El prime time ha sido por excelencia el horario más disputado por aquellas producciones televisivas que encontraban en esa franja horaria a los televidentes en casa y aprovechando su tiempo de ocio, por lo que las ofertas de programas siempre buscaron superar las expectativas de las personas que estaban frente a la pantalla para consolidarse como el «show nocturno más visto y elegido» por la audiencia.

En la actualidad, el «horario central» se ha visto modificado tanto por los cambios en la manera consumir entretenimiento, pero sobre todo por la cantidad de opciones que ofrece la tecnología en cuanto a las plataformas audiovisuales que hoy existen.

Es por ello, que un equipo de jóvenes productores y trabajadores de los medios de comunicación local, haciendo una especie de «remake» de esa costumbre tan familiar de sentarse en la mesa a disfrutar de un programa de entretenimiento, decidió avanzar con la idea de desarrollar un programa que se posicione en el horario prime time, pero desde su propio canal de YouTube.

No hay clase, un night live con una propuesta moderna, divertida y en el horario estelar que supo contener a programas que formaron parte de la familia y la mesa de los argentinos.

Conclusión entrevistó a Aima Ferro, productora y conductora de esta nueva propuesta, y le consultó sobre el surgimiento de esta idea, en parte ambiciosa pero con buenas intenciones, que comenzará el martes próximo.

«La idea es un live night, como se llamaba en la vieja época al top show capaz, con todo su esplendor: charlas, juegos, secciones, la idea es recuperar el prime time, estar a las 10 de la noche y que la gente esté en su casa, prenda la tele, solo que es por Youtube, y que pase un rato con nosotros. Que sean, básicamente, amigos nuestros«, expresó la conductora de No hay clase.

Al consultarle por la elección del nombre del programa, la joven productora dijo que «No hay clase, es como un juego. Va por el lado como concepto de hacerse la chupina, o la pijamada, o una fiesta en una casa. Todo lo que signifique que no haya clases. No hay una elegancia, es como más entre nosotros y el que se quiera sumar se suma».

El prime time es un concepto que, en términos generales, pertenece a una época diferente a la que se vive hoy con los avances tecnológicos.

En relación a ello, Ferro explicó que «somos una parte sub-25, otros sub-30 pero lo que tenemos en común es que seguimos el paso del tiempo, el cambio tecnológico, el cambio de era, los medios de comunicación».

«Queremos retomar cosas que estaban buenas del 2000, como el horario central de las 10 de la noche donde llamaba Susana o estaba Videomatch, sentarse delante de la tele y también podes la opción de Netflix o de YouTube o de Amazon, seguís eligiendo más allá de que hay muchísimas opciones, pero siempre en el contexto de `sentarse a ver´ y estamos ahí con una puesta en escena que esta buenísima, se laburo un montón con las luces, con las cámaras, con mucha gente laburando», agregó.

La idea de encarar esta apuesta rosarina, nace desde el trabajo de Ferro en conjunto con Juan Cruz Avergolli y Estefano Prestera, amigos y socios dedicados a la producción de contenidos que rompan con las estructuras establecidas en la industria audiovisual y de entretenimiento.

Sobre esto, la conductora del programa contó que «a pesar de que somos jóvenes, hace algunos años que estamos en medios de comunicación y no nos hallamos del todo cómodo con los medios tradicionales y vimos que hay otras posibilidades y armamos nuestro propio proyecto, con nuestras ideas, con la gente que queremos que esté, no nos condicionamos por los viejos mandamientos de la tele o de la radio«.

El programa, naturalmente, va a estar dividido por secciones. «La primera es como un plus, una previa. Un warm up donde habrá distinto deejays con bandejas y vinilos pasando música para que la gente vaya entrando un ratito antes de las 10 de la noche y se sienta acompañado. Mostrar también el lugar, que es Warecloud en Alvear 144, que nos presta la casa. Tenemos también la Flapera de la gratitud, que es un balde de birra con papelitos de cosas que podemos agradecer, porque estamos todos post-pandémicos, agradecimiento en diferentes aspectos de la vida. Queremos que el público sea nuestro amigo«.

La producción de No hay clase intenta reunir recursos técnicos y audiovisuales aggionardos a esta generación y a las posibilidades de elección que existen hoy en día en cuanto al consumo de entretenimiento de una audiencia cada vez más versátil.

Ferro concluyó: «No inventamos nada. Reunimos varios recursos y ganas. Considero personalmente, y creo que mis compañeros piensan lo mismo, que vivimos en una ciudad que es muy rica culturalmente y en los últimos años les faltó un empujoncito. No quiero decir que somos el mesías, porque estamos lejos de eso, pero queremos agregar un poquito de algo local. Nosotros consumimos cosas de Buenos Aires, pero siempre lo federal nos tira un poco«.