«El espacio la frontera final», así comenzaba la mítica serie «Viaje a las estrellas» y durante dos décadas se intentó conquistarlo. Dos potencias se disputaban la conquista del espacio y una de ellas le llevaba una considerable ventaja a la otra.

La Unión Soviética ya había enviado los satélites Sputnik 1 y 2 y al primer hombre al espacio que fue Yuri Gagarin. Esto inquietó a los norteamericanos e hizo que se ponga en marcha su plan espacial más ambicioso: Poner un hombre en la luna.

Este es el punto de partida para que el director Damien Chazelle cuente la historia del primer hombre que pisó la luna: Neil Armstrong. Poco se sabía de la vida de este ingeniero espacial que fue el que encabezó la misión del Apolo 11 y que aterrizó en la luna el 20 de julio de 1969.

En esta tercera película Chazelle apela nuevamente a presentar personajes cuya historia personal es de constante superación. Se pudo ver en «Whiplash» y en «La la land», en la que sus personajes están buscando su propia superación. Aquí la superación es mucho mayor porque además de ser personal es a nivel país y poder ganar  una «batalla», contra el enemigo, en este caso la URSS.

Por su parte Ryan Gosling hace un muy buen trabajo a la hora de interpretar a este hombre que halla la solución a sus dramas familiares y personales en el trabajo. Armstrong era un hombre totalmente triste (debido a varias pérdidas) que al final logra su cometido. Claire Foy, quien interpreta a su esposa, es la voz que tiende a mantener a su esposo y poder ser el verdadero sostén de la familia.

La película es larga y recorre los siete años de preparación de la misión y por momentos esas escenas tienden a ser aburridas y el espectador podría distraerse. Pero en sí es una película que puede ser reconocida en entregas de premio, sobretodo por las actuaciones de Gosling y especialmente de Foy.

Calificación: Buena.