Por Mario Luzuriaga

Tiene más de 40 años en el periodismo deportivo y ha visto todo. Hace algunos años la gente se sorprendió al ver que Miguel Ángel Tessandori actuara en diferentes obras de teatro rosarinas. Hoy en día apuesta un nivel más en su carrera artística presentando su primer unipersonal.

Tessandori encabeza «Una pintura de Miguel Ángel», dirigido por Damián Ciampechini y con la participación de Mery Fernández. El estreno será el viernes 17 a las 21 en el teatro La Comedia.

Conclusión tuvo la oportunidad de charlar con Miguel, quien adelantó que su obra hará un recorrido por su vida, su familia, su trayectoria en los medios de comunicación y su pasión por el cine.

—¿Cómo fue tu primera experiencia en los medios de comunicación?

—Es una historia larga porque esto pasó hace 45 años atrás; en el año 72 mi viejo veía que estaba comprometido en el periodismo después de que terminé la secundaria y me metí en ciencias económicas. De ahí le consultó a un gran amigo que tenía él si podía meterme en algún lado y fui a LT8 y empecé en «Confirmando» con Gerardo Mármora. Ahí escuchaba radio, no hablaba por micrófono y en ese momento conocí a grandes como Vidaña, Lovera a Orselli que era el locutor comercial y por supuesto a Mármora que fue mi maestro, de él aprendí muchas cosas periodísticas y fue el primero que me permitió trabajar en un equipo periodístico.

«Lo que no me puedo permitir es aprovechar mi nombre televisivo para hacer un espectáculo que no tenga una impronta o una creatividad»

—¿Después de ahí optaste por el periodismo deportivo?

—El deporte siempre estuvo conmigo, lo que pasa es que yo fui dando muestras de capacidad. Y en 1973 establecíamos un programa que se llamaba «Esperando el gol» que iba antes de los partidos y ahí empecé a hacer notas. Yo tenía un viejo grabador wincofon de cinta (risas) que había que llevarlo a las concentraciones cuando venían los equipos; entonces al hacer notas uno empezó a agilizarse en la radio. En el 74 ya empecé a hacer estudios centrales en el fútbol con Adolfo Chababo y acompañarlo y de ahí en más no lo solté más, porque de ahí en más llegó la televisión y todo lo demás. Fue y es mi vida el periodismo deportivo.

—¿Cómo o a quién se le ocurrió que incursionaras en teatro?

—El tema pasa por lo siguiente, todos los que expresamos comunicación tanto visual como radial, tenemos una pasión metida muy fuerte. Esa pasión nos lleva a desarrollar otros tipos de desafíos personales, nunca fue lei motiv hablar de fútbol en mi vida, también me interesa todo que conlleve a un crecimiento personal. Por eso a través de la lectura, de las salas cinematográficas, uno se fue metiendo realmente en el conocimiento y en la expansión de su cultura. Y si yo no consigo gente que no vaya al cine, no la concibo; es un vínculo tan maravilloso. Pero no sólo esto fue lo que me llevó a subirme a las tablas, sino que tengo el antecedente de mi viejo que había sido actor y director vocacional de teatro en el San José. Yo me acordaba de los viejos teatros del San José, siempre me gustó el tema de la actuación. Y un día me vino a buscar Manuel Cansino, porque yo le había hablado de hacer algo con él, y pasó un año y me llamó para hacer «Noche brillante». Fue una experiencia inolvidable hacer revista y fue mi primera vez arriba de un escenario.

«Prefiero estar del lado de los soñadores que de los que buscan rédito económico»

Me encontré con gente macanuda como el negro Zaúl, Rocío Guirao Díaz, Rubén Matos, Silvana Michelini, Gachy Roldán, el Negro Moyano, todos se portaron muy bien conmigo y me ayudaron en las tablas. Y ese bichito me picó y tuve el contacto con Damián Ciampechini que me invitó a hacer un personaje en «Voyeur», Damián es uno de los mejores directores teatrales de la ciudad, tiene un talento inagotable, lástima que es muy bohemio y no se sabe vender. Pero prefiero estar del lado de los soñadores que de los que buscan rédito económico.

—¿Cuándo te propuso hacer este show?

—Hace un año me propuso hacer una representación teatral de mi vida y de eso se trata «Una pintura de Miguel Ángel» que estrenamos el 17 de marzo en el teatro La Comedia.

—¿Con qué se van a encontrar los espectadores?

—Me van a encontrar «en carne viva» como dice Raphael, voy a exponer todo lo que fue mi vida: la niñez, la adolescencia, mi familia, los hijos, lo bueno de ellos y lo dramático que fue la pérdida de mi hijo mayor; el periodismo, los contactos que he tenido y hasta voy a interactuar con el público y además hay una actuación con películas. Porque yo elegí 6 películas que me marcaron para realizar el desarrollo del espectáculo; porque inician cada ciclo de mi vida y cierro con una que es mítica. Es un formato muy ágil y de mucho color.

«Voy a recordar, a apelar a la nostalgia, porque mucha gente va a sentirse identificada con el barrio, con el pasado, con los artistas, con los que marcaron la vida de las personas»

—¿Es difícil trabajar sólo en el escenario?

—Sí, podría calificarme de kamikaze, pero no lo soy porque lo que yo hago, primero lo siento, conozco del tema, y me siento capaz de hablar sin cansar de diversos temas. Esto lo logro gracias a Damián que armó un esquema y hemos ideado algo que entretenga, que tenga movimiento; a pesar que sea una persona y tengo el acompañamiento de Mery Fernández que es una chica muy linda y me acompaña en ciertos momentos y va a despegar en cualquier momento. Voy a recordar, a apelar a la nostalgia, porque mucha gente va a sentirse identificada con el barrio, con el pasado, con los artistas, con los que marcaron la vida de las personas como Serrat o Raphael. El esfuerzo es supremo y es un gran desafío. Lo que no me puedo permitir es aprovechar mi nombre televisivo para hacer un espectáculo que no tenga una impronta o una creatividad. Lo mejor que me puede pasar es terminar satisfecho con lo que hice y que la gente lo reconozca.