Por Santiago A. Fraga

¿Qué mejor momento para largar un ciclo de live sessions que cuando una pandemia ocasiona que no haya recitales presenciales por un buen (mal, pésimo) tiempo? Si bien lo cierto es que las sesiones Broda ya estaban pensadas desde antes de que todo esto ocurriera, su llegada al mundo se dio en un momento más que preciso (y necesario).

Por un lado, estas producciones audiovisuales representan una vía de encuentro y conexión entre les artistas y el público que por otros medios ha sido cercenada, manteniendo asimismo un cuidado nivel de calidad visual y sonora y un ambiente íntimo que también juega con esta nueva experiencia para el espectador. Por el otro, también llegan en un momento generacional en el que, principalmente en los últimos años, la música rosarina se ha visto fuertemente renovada gracias a la creatividad, el ímpetu y el talento de una gran cantidad de jóvenes artistas y proyectos que han surgido en este tiempo y ya han copado la cancha con sus propias reglas.

Cuando hablamos de jóvenes talentos, además de les musiques también hacemos mención a quienes trabajan en los aspectos visuales y técnicos, como es el gran ejemplo de las tres productoras que, en conjunto, llevan adelante Broda: Mariscal Media, Fango Films y Nymbus.

De este tridente -que en lo particular ya cuenta cada uno con varias destacadas producciones con distintos artistas locales-, fue que hace tiempo surgió la idea de estas live sessions, cuyo horizonte comenzó a ser más claro y factible una vez que entre las tres productoras consiguieron un espacio propio en conjunto.

Del ciclo, participan destacades artistas emergentes (y ya no tanto) de la escena rosarina, en géneros más bien “modernos” o en auge como pueden considerarse el indie, la música urbana (rap/trap) o la electrónica synthwave, entre otros.

Un espacio para la escena emergente local

Fermín Sagarduy, Kavará, Joako22, Ani Bookx & Dez Moabit y Shanti son les artistas que protagonizaron las cinco sesiones disponibles hasta el momento.

La más nueva, estrenada el pasado 11 de octubre, es protagonizada precisamente por Shanti Irupé Bustos, cantante y actriz hija de artesanos y trovadores que a sus 15 años empezó teatro y canto y desde entonces nunca se bajó de las tablas, incursionando en la música, con títeres y en la radio.

Desde hace dos años, Shanti (cuyo significado hace referencia a “paz interior”) se encuentra componiendo para su proyecto solista y resulta inminente la salida de su primer EP, en el que desde comienzos de año está trabajando junto a Blas Urruty, con un estilo fuertemente atravesado por el funk, el soul y el rap.



Además, forma parte de otros dos proyectos musicales y en estos momentos estudia producción musical, para profundizar aún más sus conocimientos.

Me gusta en mis letras contar como soy y también inventar personajes. El feminismo fue y es de gran impulso para animarme a escuchar mi propia voz y compartirla al mundo, me encanta este momento en que las chicas estamos sacando a la luz todo lo que nos atraviesa. ¡Ya era hora!”, dijo la artista rosarina a 70/30.

De la sesión, además, formaron parte Lautaro Canals (Kunyaza y Chokenbici), Franco Olima (Caliope Family) e Ignacio Seret (Kanada y Bad), como banda interpretando las canciones compuestas por Blas Urruty.

Rosario y el talento de autogestionarse sin morir en el intento (y aún así, crear cosas de gran nivel)

Todas las sesiones Broda cuentan con un gran trabajo en sonido a cargo de Longplay Records y una cuidada puesta en escena, que incluye iluminación, mapping, escenografía, maquillaje, vestuario y cámaras de alta definición.

Por todo este trabajo, que generalmente requiere de entre ocho y diez personas -según la sesión-, Broda no percibe absolutamente ningún dinero más que la monetización que generen las reproducciones de Youtube, que en caso de realmente llegar a significar algo de plata ésta será destinada a financiar y retroalimentar el proyecto.

Este laburo a pulmón, hecho con los recursos de las productoras y las manos con las que ya contaban, es a su vez una muestra del panorama de las producciones audiovisuales en la ciudad. Técniques de gran calidad, productores de gran calidad, músiques de gran calidad, y poco dinero para financiar proyectos a la altura de lo que merecen les artistas. En otras palabras: mucho talento, poca inversión.

Así, Broda se propone también ser una ventana para mostrar a Rosario al mundo, enseñando la calidad de artistas que hay en la ciudad y la calidad de producciones que se pueden realizar desde aquí, aspectos que incluso no solamente son para mostrar a “los de afuera”, sino también para que les rosarines reconozcan y disfruten el arte que nace en su misma tierra.

Sobre todo esto y más, 70/30 dialogó con Martín Casse, uno de los fundadores de Mariscal Media y de Broda. El criterio de elección de artistas, las herramientas con las que cuentan y cuáles son sus influencias a la hora de hablar de producciones audiovisuales fueron algunos de los temas sobre los que profundizó.

70/30 – ¿Cómo surge Broda y cómo se da la unión entre las tres productoras? ¿La idea se dio antes o durante la pandemia?

Martín Casse – Broda originalmente nace hace algunos años, primeramente con sesiones más acústicas, unplugged, en diferentes puntos de la ciudad, con artistas también locales y una premisa de cámara en mano, más tranquila y austera desde la producción, pero así y todo muy auténtica. Después por algunas razones permaneció un poco pausado el canal, y desde hace un tiempo las tres productoras que hoy producen esta nueva etapa de Broda comparten un espacio físico. Antes de la pandemia, habíamos empezado a reacondicionar ese lugar y después todo esto nos cortó un poco, pero apenas pudimos reencontrarnos seguimos reactivando eso, por lo que claramente es una idea que venía surgiendo desde hace un tiempo. Siempre un poco por estar relacionados, además desde lo audiovisual, al arte, de alguna u otra manera, y con todes les amigues músiques que tenemos, la cosa fue tomando forma. Primero por el espacio con el que contábamos, que nos da la ventaja de poder producirlo en nuestro propio lugar y sin hacer un movimiento grande de algunas cuestiones. Una vez con eso, juntando recursos -no solamente los audiovisuales sino los que tienen que ver con lo escenográfico, con el sonido y con la iluminación- empezamos a ver un poco más posibles esas sesiones, y ahí empezamos hasta a pensar en cómo podíamos darle una buena difusión. Ahí encontramos que teníamos este canal de Broda pausado, que ya contaba con un buen piso de suscriptores, y nos pareció un buen anclaje a que pueda renacer desde ese lado.

70/30 – ¿Cuánta gente trabaja en cada producción?

MC – Así como fue naciendo este resurgimiento de las sesiones, de igual manera venía de la mano la premisa de que también sea algo que lo podamos resolver no solamente con los recursos técnicos propios, sino con los recursos humanos propios. Es decir, con la gente que integraba el espacio entre las tres productoras, y que llegado el caso de que hubiese un rol que no podamos abarcar, ahí sí integrar a algunes amigues y gente que siempre está dispuesta a estas producciones y propuestas que nacen desde las tres productoras. En general, más o menos sería un promedio de ocho personas en adelante, según lo requiera la sesión, pero además de las tres productoras contamos con un apoyo muy importante en el sonido de Martín Valci -con el estudio Longplay Records-, también con Mariana Soto -de Fuega Producciones- y Lucía Pozzi -que está con el makeup y el vestuario-. Esa es la gente que un poco conforma nuestro equipo permanente también para otras producciones. Así y todo, la idea es que cuando el contexto nos deje, invitemos gente a que pueda explayar su arte en lo que es el contenido de la sesión, no solamente musical. Por ejemplo, ya para las últimas sesiones que hemos grabado ha venido gente externa para hacer lo que es las visuales y el mapping que conforman la escenografía, y la idea sería también ir rotando en algunos puestos para que no solamente se tenga la posibilidad de construir desde los músicos y las productoras, sino desde amigues que siempre están dispuestos para eso.

70/30 – ¿Cuál es el criterio para elegir a los artistas que protagonizan cada sesión? ¿La idea será mantenerse con artistas rosarinos o también en un futuro expandirse?

MC – Más que criterio, es un poco la manija que nos mueve. De poder recorrer la escena estos últimos años, cada uno desde sus propios gustos, pero al ser también un grupo de personas cada uno lo fuimos abordando conjuntamente e individualmente, y eso hace mucho más rico el criterio a la hora de elegir artistas que protagonicen cada sesión. Claramente está guiado un poco por esos gustos personales, que por ahí tienen que ver más con este tipo de música a veces más urbana, más hip hop, un poco de electrónica experimental, y entendemos que el crecimiento de las sesiones, si bien en parte tenemos algunos criterios, nos va a ir guiando. La idea claramente es en principio mantenerse con artistas rosarinos, porque consideramos que hay mucho material, mucho potencial en los artistas que hoy nos rodean y que nos nutren y creemos muy firmemente que Rosario es una plaza y una escena para potenciar y elevar. Si bien en un futuro próximo la idea también es expandirse a artistas más nacionales, y también pueda ser el momento para abrirse a otros géneros, principalmente consideramos que es un buen momento para que Rosario pueda mostrar al mundo lo que se está haciendo desde acá.



70/30 – ¿Cómo ven a la escena musical rosarina actualmente, con los jóvenes talentos que surgen o se consolidan y siendo varios de ellos quienes protagonizan estas sesiones?

MC – A cada manera cada uno fue recorriendo la escena, y nos emociona y nos inspira muchísimo lo que está ocurriendo acá en Rosario, con muchos géneros y con muchos artistas y propuestas con una amplia diversidad, de las cuales siempre desde que resurgimos esta etapa de Broda nos desvivimos por ver cómo podemos adaptarla a la premisa y también difundirla. Esto tiene que ver también con la respuesta anterior, que ese criterio viene de la mano de conocer muches músiques amigues de la ciudad y también haber trabajado con elles un tiempo atrás. De alguna u otra manera estar relacionados, por conocerlos por algunos recitales a los que fuimos a cubrir o mismo por videoclips, y la verdad es que en cada sesión que venimos grabando nos emociona también ver la comunión que hay entre esos artistas y cómo también están en esta misma sintonía y frecuencia de elevar la escena a través de estos productos.

70/30 – De igual manera, ¿cómo ven el campo de las producciones audiovisuales en Rosario, relacionadas a la música? Allí también se nota un crecimiento en la calidad y cantidad de producciones, siendo muchas de ellas incluso creaciones de alguna de las tres productoras que conforman Broda.

MC – Si bien es real que se percibe un crecimiento en la calidad de las producciones, consideramos que es totalmente producto del puro corazón puesto por los realizadores audiovisuales y por los músicos. Y hablamos de puro corazón porque en casi todas las ocasiones no hay una situación económica acorde a lo que implican y lo que ameritan muchas veces las producciones audiovisuales que se están haciendo acá en Rosario y también a lo que amerita cuando un músico necesita difundir un material y estar a la altura de todo lo que se ve hoy en la web y en Youtube a nivel nacional e internacional. Pero bueno, al no haber una industria y un mercado, muchas veces las cuestiones que se están produciendo audiovisualmente vienen y tienen un condimento muy de corazón y de poder hacer producciones con los recursos que se tienen. Desde siempre decíamos que esto de Broda también es parte de hacer crecer, y que no solamente sea desde afuera sino sobretodo de acá adentro. Que el público rosarino mismo también comience a consumir más artistas rosarinos y a difundirlos, y que ese elevar la escena no solamente sea desde los artistas sino desde ese público que respeta, consume y difunde a los artistas que están naciendo y haciendo en su propia ciudad. Creemos que hay mucho, mucho camino aún por recorrer en cuanto a poder contar con las condiciones audiovisuales o lo que implica un rodaje en las condiciones en las que ellos trabajan, y también en muchas otras cuestiones que creemos que estamos trabajando para poder acercarnos a eso. A que quienes trabajan de la industria audiovisual acá en Rosario tengan los recursos y las comodidades que necesitan y que merecen para poder seguir creando estas producciones y que tengan la calidad que ameritan.

70/30 – ¿Cuáles son sus influencias o referentes a la hora de hablar de live sessions o productoras de contenido audiovisual musical?

MC – Desde siempre, en nuestro estudio y en el lugar que compartimos, es moneda corriente compartirnos mucho material que tenga que ver no solamente con lo musical sino con el hecho de si tiene un condimento audiovisual que lo acompaña. Eso siempre es motivo para que lo disfrutemos y para que lo debatamos e inspire, sobe todo. Colors es una sesión que desde siempre nos gustó y que la hemos consumido bastante, también quizás por lo austero desde su propuesta pero desde lo elevado de la calidad musical; bueno, Tiny Desk ni hablar, y que es también un poco la guía para todo esto en cuanto quizás a lo tranqui o desenchufado de algunas sesiones, si bien algunas de las últimas que venimos grabando se pusieron un poco más picantes; después Cercle nos parece un canal excelente de producciones, que está un poco más relacionado a la música electrónica, a DJs tocando en algunos lugares bastante exóticos y divertidos del mundo, con o sin público, pero siempre es un contenido que recomendamos porque nos parece algo muy lindo; también existen las sesiones Pardelion Music, que son uruguayas, con un condimento también de ser muy tranquilo y en lugares cerrados (Cercle es más en lugares al aire libre y majestuosos) y que nos han inspirado bastante. Por último, también me gustaría poder destacar también que en Rosario se están haciendo cosas muy importantes desde Distrito Siete, que siempre vemos mucho lo que hacen y nos encanta y nos parece algo increíble la cantidad de producciones que van haciendo; y también lo que es Angola, que ha sacado unas sesiones que están muy buenas y que nos parece que está buenísimo y súper valorable que desde acá, de Rosario, junto con Broda existan estas propuestas.

Desde Broda, aseguran que el espíritu del ciclo es ampliar el espectro musical y poder mostrar nuevas propuestas que por la vorágine del mainstream no llegan a posicionarse o hacerse tan populares. Por ello, se invita a todas las bandas o solistas que quieran compartir su material a hacerlo a través de la web bebroda.com.