La semana pasada se desarrolló en Mendoza la Feria del Libro, evento que en esta oportunidad, dada la pandemia de coronavirus, se realizó virtualmente y propuso múltiples actividades que fueron desde presentaciones de libros, talleres, charlas con invitados y entrevistas, hasta homenajes y ciclos de bibliotecas públicas y populares, entre otras ofertas.

En este evento, la arquitecta mendocina Cecilia Raffa presentó el libro “Construir Mendoza. Obras y políticas públicas en el territorio (1932-1943)”, un material en donde aborda las obras públicas que se desarrollaron en la provincia durante estos años. La obra fue presentada a través de un video que emitido el pasado jueves 12 de noviembre a las 16. 

En diálogo con Conclusión, la autora celebró que a pesar de la pandemia la Feria del Libro se haya podido realizar y destacó: “Lo presencial tiene su encanto, pero la virtualidad amplía la dimensión. En el caso de los autores mendocinos, los videos que armamos para la presentación de los libros quedan en la web, entonces tiene otra escala de difusión que para mí es buenísima”.

En relación a su libro, Raffa explicó que eligió analizar la obra pública en ese período ya que, a nivel nacional, fue una época donde mayor proliferación tuvo esta actividad. “Los gobiernos conservadores, entre 1932 y 1943, apostaron a la obra pública para reactivar la economía del país, porque entendían que generaba mano de obra pero además reactivaba otras industrias como la maderera, la metalúrgica, la cementera y el transporte”, evaluó.

En este sentido, señaló que en el caso de Mendoza este es el “período es el más rico en cuestión de arquitectura”, al tiempo que destacó que su libro se centra en los edificios construidos durante estos años.

“Mendoza tuvo un terremoto en 1861, el cual prácticamente destruyó la ciudad. A partir de ahí empieza un proceso de reconstrucción de la provincia que inicia en la capital y en los departamentos vecinos. En la década del 30’ surge la necesidad de que las instituciones tuvieran materialidad y las políticas públicas empiezan a estar enfocadas al territorio provincial. Así se empieza a pensar en Mendoza como una provincia y se extiende la obra pública con la construcción de escuelas y centros de salud en zonas desérticas y montañosas”, ilustró Raffa.

La arquitecta indicó que los edificios construidos durante la década de 1930 se caracterizan por ser de “muy buena calidad constructiva” y expresó que muchas de estas obras continúan en funcionamiento, como es el caso del Hospital Central de la ciudad. Además, fue en este período cuando se edificaron escuelas urbanas y suburbanas y hoteles de montaña, los cuales fueron “el primer escalón para que las clases medias puedan acceder al turismo”.

El libro de Raffa cuenta además con planos y fotografías que permiten que el lector pueda meterse en el ambiente de la época y en el uso que se le daba a esa arquitectura.

Consultada por las modificaciones que la obra pública manifestó a lo largo de estos noventa años, la arquitecta detalló que “hay un cambio de escala importante” relacionado con las Oficinas Técnicas, las cuales en la década del 30’ presentaban una misma directriz que permite identificar ciertos rasgos en las construcciones. Sin embargo, a partir de 1960 estas oficinas se diversificaron y surgieron muchos criterios para el desarrollo de la obra pública. A esto se le suma que a mitad del siglo XX aparecen los concursos de proyectos, con lo que ya no era el Estado el que generaba la arquitectura, sino que esta tarea recaía en manos de quienes presentaban estas propuestas, ampliando los estilos y diseños.

Raffa consideró que la calidad de la obra pública reside en que “los profesionales que participan en su ejecución sean especialistas” en la materia, pero observó que al tratarse de un Estado tan grande y diversificado “es difícil que pueda haber un lineamiento” común a todas las obras. No obstante, señaló que un posible lineamiento podría ser la sustentabilidad.

Finalmente, la arquitecta analizó la organización de algunas ciudades del país y sostuvo: “Hay ciudades que han mantenido los centros coloniales y a partir de ahí empezaron a crecer. Mendoza tiene la particularidad de haberse construido después del terremoto de 1861, como una ciudad oasis, donde el entorno es desértico. Tiene arboleda pública muy importante para contrarrestar las temperaturas estivales, tiene un sistema de acequias, que originalmente colaboraban en el crecimiento de esos árboles. Hay imágenes de ciudades como Mendoza, La Plata o Córdoba que identifican ciertos rasgos materiales. Todas las ciudades responden al momento en que fueron pensadas, por eso uno tiene que analizarlas con la lógica histórica”.

Cecilia Raffa nació en Mendoza en 1975, es arquitecta y Magister en Arte Latinoamericano y Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Cuyo y actualmente se desempeña como investigadora del CONICET. Es autora del libro “Plazas fundacionales. El espacio público mendocino entre la técnica y la política, Mendoza (1910-1943)”; compiladora y co-autora de “Profesionalizando un Estado provincial. Mendoza (1890-1955)” y directora y co- autora de los dos tomos de “Arquitectos en Mendoza. Biografías, trayectorias profesionales y obras”, y “Proyectos y Concreciones. Obras y Políticas Públicas durante el primer peronismo en Mendoza”.