«Me súper sorprendió», aseguró Diment después de recibir el sábado el Premio del Público del famoso certamen internacional. El éxito que cosechó en Sitges esta extraña «fábula trágica», cuyo guión es obra del propio Diment, Sebastián Cortés y Martín Blousson, es una confirmación de que el cine argentino se está haciendo un hueco en un género de gran trascendencia a nivel mundial y que hasta hace poco era algo marginal en Argentina.
«El crecimiento del cine de género en Argentina ha sido inmenso en los últimos años, y si bien todavía no se reconoce mucho en nuestro país, tiene una penetración muy grande en los festivales internacionales», destacó Diment, quien ha dirigido El sentido del miedo (2007), la TV movie El propietario (2008), el documental Parapolicial negro (2010) y La memoria del muerto (2012).
El realizador argentino se mostró entusiasmado y orgulloso de haber logrado este reconocimiento con una película que él mismo considera «pequeña y extraña», pero que, definitivamente, ha conquistado a un público exigente.
«Los premios del jurado son muy azarosos, dependen de los gustos y de la arbitrariedad de las tres personas. En cambio, el publico es estable y ser premiado significa que la gente que vio la película disfrutó y puso un voto positivo, y eso es increíble», remarcó Diment.
Para un film argentino de este tipo, ganar un premio en un Festival como el de Sitges supone «un empujón grande», reconoce el director argentino.
Pero no sólo eso. Algunos podrían pensar que «El eslabón podrido» es una película de terror o de cine fantástico que responde estrictamente a los cánones del género y que por eses motivo ha sido apreciada por los espectadores.
Sin embargo, el festival de Sitges es una muestra muy abierta, con un abanico de producciones amplio y diverso, con propuestas que destacan cuando, precisamente, logran superar las expectativas o los límites del género de terror y fantástico.
«En la programación había películas como The Assassin, la última del director Hou Hsiao-hsien, premiada en Cannes, o Love 3D, de Gaspar Noé, o una titulada Tangerine, que es una historia de travestis filmada con un Iphone. Todas estas películas que se relacionan con el género, igual que la mía -aunque tiene sangre-, pero no lo son estrictamente«, explicó Diment.
En opinión de su autor, el «gancho» de «El Eslabón Podrido» con el público ha sido que la audiencia de Sitges se acercó «sin ideas previas y dispuesta a descubrir».
«Es una película con un ritmo pausado, que tiene una propuesta muy particular. La gente se dejó llevar por la emotividad de las situaciones, por la profundidad que van ganando los personajes, y una vez que entraron en ese paseo, todo fluyó», entiende Diment.
«Cuando salieron dijeron: que cosa extraña, esto que nos encantó. Hubo un entusiasmo relacionado con el descubrimiento de la cosa extraña», indicó el director, quien cuenta como anécdota que él y Cortés -coguionista- se equivocaron a la hora de votar a favor de su propio film.
El film «El Eslabón Podrido» transcurre en un pequeño pueblo aislado en el medio del campo, donde vive una familia compuesta por un leñador, que es débil mental (Luis Ziembrowski ), su madre (Marilú Marini- una actriz extraordinaria que vive en Paris y es un milagro que esté en la peli- apunta Diment, y la hija, (Paula Brasca) que es la prostituta del pueblo.
«Todos los del pueblo conocen a la prostituta y hay una especie de maldición que le transmite la madre a la chica cuando le dice: ojo con el que nunca estuviste, porque si estás con todos te matan. A partir de ese hecho comienza una especie de turbulencia», relató Diment, quien en la película interpreta a un cura.
Los seguidores del cine fantástico y de terror no suelen estar acostumbrados a que este tipo de historias tenga como escenario a la Argentina. «El público se sigue sorprendiendo y en ese sentido, la película es muy argentina. Por ejemplo, toda la música es chamamé», dijo. «Se preguntan donde está el pueblo así no van», añade con una sonrisa de satisfacción.
«De entrada, esto es lo que quería», apuntó, haciendo referencia a la posibilidad de llegar a un público amplio pero manteniéndose fiel a un cine de autor.
«Cuando terminé mi anterior película, ‘La memoria del muerto’, tenía que pensar qué quería hacer. Si iba tratar de montarme en el recorrido que tuvo y mantenerme en un espacio más comercial o si iba a apostar por algo más personal. Y si esto no lo hacía yo no lo hacía nadie», concluye después de que su especial cuento rural recibió aplausos unánimes y felicitaciones.
En cuanto al resto de premiados, «The Invitation», de Karyn Kusama, se llevó el Premio a la Mejor Película de la Secció Oficial Fantàstic de Sitges 2015 en su 48 edición. La otra gran vencedora ha sido «The Final Girls», de Todd Strauss-Schulson, que obtuvo el Premio Especial del Jurado y el Premio al Mejor Guión.
En tanto, el premio a la Mejor Dirección fue para S. Craig Zahler, por la película Bone Tomahawk, mientras la Mejor Interpretación femenina la ganó Pili Grogne, por su papel en «Le tout nouveau testament» y la masculina Joel Edgerton, protagonista -y director- de The Gift.
Los Mejores Efectos Especiales y el Gran Premio del Público fueron para «I Am a Hero», de Shinsuke Sato; la mejor fotografía para Demon, de Marcin Wrona; y Turbo Kid, de Anouk Whissell, François Simard y Yoann-Karl Whissell, obtuvo el Premio a la Mejor Música. Finalmente, el mejor corto fue They Will All Die in Space, de Javier Chillon.