Por Federico Morel

Con una trayectoria de 25 años, la banda de reggae que supo construir una profunda personalidad y reafirmarla en cada uno de sus presentaciones, llegó al Hipódromo de Rosario a partir de las 20 -con la Cool Confusion-, en un verdadero ritual de música y encuentro.

La banda presentó el disco que lleva de titulo su nombre «Nompalidece», en una constante reafirmación del trabajo y el oficio que estos músicos vienen realizando desde hace más de dos décadas, sin descanso.

Este disco refleja la esencia de la banda, que es la misma del primer CD. Grabado en su sala-estudio de Tigre por Adrián Pagliano y mezclado en Limonhero por Marcelo Masceti, «Nonpalidece» cuenta con 10 temas que contienen la esencia misma de una banda que la pateó.

«Nompa» toca en vivo por primera vez este disco, por lo que la preparación y el ensayo previo al show de esta noche ha sido meticuloso, riguroso y objetivo.

Conclusión entrevistó a la voz de la banda, Néstor Ramljak, quien habló en la previa del show del proceso y la meticulosidad con que realizaron y prepararon este nuevo material, así como también de lo que significa para él y para los músicos poder vivir de lo que más disfrutan: compartir su música.

 

– ¿Cómo se encuentran para la fecha en Rosario? ¿Hay inspiración?

– Estos momentos son días de preparación, porque este concierto que nos tiene atentos, tiene que ver con ensayar un disco producido, compuesto y grabado en pandemia de una manera atípica para nosotros y esa cosa que nos dio la distancia y no poder vernos. Nos encontramos cuando terminamos el disco que no lo teníamos tocado como los otros. Solemos tocarlo mucho, ensayarlo mucho y después se graba. En este caso fue totalmente al revés. Se grabó por capas, se fueron agregando esas capas y ahora ensayando mucho porque hay que aprender a tocar el disco. Es re loco pero es la verdad, así que metiéndole duro y por eso te digo que son días de preparación y cuando llegue el momento del show que la inspiración nos tome y que la interpretación de toda esa lista hermosa que armamos de más de 25 canciones fluya y los haga poner contentos a todo nuestro público.

– Néstor, son muchos años de trabajo y eso se nota en el escenario. ¿Sentís que es así?

– Los Nompalidece, que somos esos siete que estamos en la tapa ahora, somos los mismos siete que grabamos el primer disco allá en el año 2000. La banda el primer concierto lo dio a mediados del ´96 y esos años fueron años de ir componiendo el primer disco que fue Fuera de control y fue como mutando algunas piezas, porque arranco como un cuarteto el proyecto, hoy en día somos 12, y al ser los mismos después de tantos años hace una diferencia a la hora de salir a tocar porque nos conocemos mucho en ese lenguaje que es el escenario y ensamblar y hacer música. Entonces hemos aprendido juntos este camino. Éramos unos chamaquitos cuando empezamos y con Nompa venimos desde los 18 años míos y tengo 47 hoy. El tiempo pasa y hemos aprendido. Hay oficio.

– La tenacidad y el esfuerzo es un valor fundamental para ustedes.

– Hay un factor determinante al ensayar, al tocar, a todo el trabajo que hay previo, pero hay un factor determinante que es la conexión con el público que no se da así nomas. Nosotros fuimos una banda que fue creciendo en ese sentido. Nuestro primer público eran nuestros amigos, nuestros compañeros del colegio, los amigos del barrio, familiares. En un momento empezás a llevar otra gente, tocas en un festival y el que te descubrió empieza a ir, pero esa masa de público que interactúa hoy con Nompalidece, que va a presentar un disco a Rosario y metemos mil personas, mil y pico de personas como nos ha pasado, público entusiasta el rosarino si los hay, canta, baila, y después de casi dos años de no tocar en vivo, si bien estuvimos en febrero en el Anfi, cuando vos salís a tocar después de todos estos años y que tenés distintas experiencias porque tocaste para diez, para cincuenta, para ciento cincuenta y tocaste para diez mil en el Luna Park, tocas para 30 mil en un festival gratuito como nos ha pasado en Mar del Plata, y eso te va haciendo el callo. Pero cuando vos salís a tocar con esa cantidad de gente, ya tenés más de 500 personas que están mirando el recital y que participan, eso te pone en un estado de ida y vuelta, una cosa re linda, hay una energía que se retroalimenta.

– ¿Extrañaron mucho tocar en pandemia? Fueron muchas las restricciones. Faltó la parte espiritual que dan los vivos.

– Hubo como dos patas con eso. Estaba la abstinencia de tocar, somos una banda que toca mucho, promedio de 80 recitales por año. Giramos mucho, viajamos a otros países. Veníamos a ritmo. Por eso nos demoramos 7 u 8 años en sacar un disco, un poco por toda esa gira interminable que, a pesar que había una demanda de que hagamos música nueva, a través de las redes la gente nos decía vengan a tocar. Había mucho de eso. Esa abstinencia se notó pero también es cierto que nosotros somos una banda que hace unos años vivimos de Nompalidece. Además de una abstinencia espiritual y de conexión con la música y de salir a tocar para la gente y todo eso, nos quedamos sin laburo, entonces en un momento se puso cuesta arriba. Entonces en un momento es como direccionamos todo ese pensamiento que nos estaba llevando hacia un lugar negativo y le empezamos a meter toda esa energía a componer un disco que comenzamos de cero y de una manera que nunca habíamos compuesto, la banda mandándome riddim a mí, yo escuchando eso, tratando de escribirle letras, hacer melodías que no se parezcan a lo de los otros discos, empezamos a mandarnos audios y empezamos a reconectar con esa primera etapa y el entusiasmo con esa primera etapa. También es como que se nos vino encima los 25 años, aunque el disco no tenga conceptualmente un hilo que lleve a los 25 años, se nos juntó el cumpleaños con la salida del disco. Nos vimos en el espejo y estamos re canosos, venimos pateando la calle hace un montón y nos puso súper feliz el disco que hicimos. Le pusimos Nompalidece al disco por todo esto que te estoy contando, por muchas cosas, por nuestra historia. Se resignificó, se revaloro el nombre y ahora estamos muy contento de poder presentarlo, empezar a viajar, ahora comienzan a salir fechas y estamos muy expectantes de que sea un verano donde podamos presentarlo y tocarlo mucho y volver a llevar esa alegría consciente de fiesta y reflexión que considero son los recitales nuestros.

– Nompalidece es una marca registrada.

– Es valioso que el proyecto haya tenido esa personalidad de marca registrada, que Nompa suena a Nompa y que también me timbre de voz y mi manera de cantar hizo que sea reconocible de inmediato. En las bandas que están sonando, en las bandas que editan música, inclusive en Centroamérica, siento que cuando suena Nompa la banda suena a nosotros y creo que eso es un gran objetivo logrado, si bien hay mucho que aprender aún, tener tu propia personalidad, tu sonido y que se reconozca es un gran mérito. Yo lo siento así.

– ¿Cómo se llevan con las tecnologías y las plataformas digitales?

– Nos llevamos bien. Nos amigamos con todas las herramientas que la tecnología nos brinda. Tenemos un adn analógico y de vieja escuela, pero también avanzando con todas estas herramientas. De grabar en estudio y eso, olvídate. Nosotros nunca grabamos en cinta. Pero hoy hay más herramientas que te permiten la grabación digital. Por eso hay tanta grabando música porque lo podes hacer en tu casa, tampoco necesitas equipos de 10 mil dólares traído desde Alemania y el micrófono y eso. Obvio cuando usas esos tipos de fierros se percibe, el que sabe escuchar música lo percibe. Pero es una manera muy rara de acercase a la nuevas tendencias, por ejemplo la música urbana tiene una tendencia a ciertos ritmos que parecen reiterativos o demasiado parecidos. Si bien cualquiera podría decir que el reggae suena igual, me parece que hoy en día hay un abuso de esas herramientas.

– Las redes sociales para comunicación son fundamentales también…

– La tecnología asociada a la difusión. Antes nos editaban pequeños sellos, porque no había manera de que tu música llegue. Por ejemplo, nosotros hicimos un lanzamiento el 1 de octubre y entendemos que es un estreno mundial porque hay gente en todo el planeta que le da click a ese disco que se editó en las plataformas. Ya sea de una argentino exiliado en Shangai o un marroquí que estuvo exiliado en Buenos Aires que nos vio en La Trastienda y le copo la banda porque la chica que conoció lo llevo al recital, y eso nos da como una situación de facilidad en la comunicación y en llevar música a otros puntos que realmente eran inimaginables para nosotros. Venimos de la generación que sacaba fotos por duplicación, hacíamos fotocopias de los volantes, íbamos a la salida de los colegios a repartir los volantes, contratamos pibes para que vayan a repartir a la salida de otros recitales. Hoy es todo mucho más sencillo. Me parece que las herramientas bien utilizadas pueden potenciar a proyectos que recién comienzan. Te permite linkearte con referentes. Me paso algo re loco de escribirle a referentes y que me contesten, decir “ no lo puedo creer, me contesto Michael Roose”. Me ha pasado con otros músicos con otros que nos mandan material y uno lo ve, por ahí te enganchas sobre eso y haces una devolución o no, pero la posibilidad está.

– Parece un mundo donde está todo al alcance de la mano.

– Son herramientas que antes no existían, no pensaste nunca que iba a ser todo tan sencillo en ese sentido. Después, esa situación puso a la música en una situación numerológica un poco insoportable. Ese anhelo por los likes y los números de reproducción. Hoy en día cuando te hablan de un artista bueno te mencionan los números que tienen, o cantidad de seguidores, o cantidad de reproducciones y lo presentan como un logro, que posiblemente lo sea, pero tampoco es sinónimo de nada.

– Tienen invitados en el disco ¿Quiénes son?

– Este disco tiene dos invitados. Uno es Juanchi Baleirón de Pericos, que grabó toda una guitarra en una canción en formato solista, un reggae pesado, de ritmo y letra pesada en comparación con los otros temas del disco. Y Stuart hace un featuring en una canción que se llama «La alegría manda» donde le mete una impronta de freestyler y a mí me encanta.

– ¿Te copaste con el rap, con las batallas?

– Las conocí tarde, las conocí en pandemia y empecé a verlas y me empecé a copar con él. Bromeo porque lo empecé a seguir antes de que salga campeón, veía en vivo las batallas porque me había fanatizado, una cosa tremenda de estar ahí en casa y después a la noche miraba, y me llamo mucho la atención la capacidad de generar ese freestyle. Así que lo contactamos por Instagram y creo que fue lo más vanguardista que hicimos en el disco, invitarlo a Stuart por Instagram, porque el sonido de la canción es un sonido One Drop, re contra clásico, que es el aro golpeando con el bombo en un tiempo determinado y es muy característico del reggae. Es un ritmo muy característico y creo que de los diez temas hay ocho que tiene ese ritmo.

– ¿El reggae resultó ser el genero por excelencia para ustedes?

– La verdad que no nos movemos de ahí porque nos gusta, porque nos representa, y creíamos que lo que teníamos que mejorar es la composición, la canción, más allá de innovar en sonido. Siempre hay esa búsqueda en el audio. Por eso trabajamos con un amigo hace más de 15 años que es ingeniero que nos produce y siempre esta esa búsqueda de sonar Hi-Fi pero con una estructura medio vieja escuela. Eso es un poco la búsqueda de la banda. Crecer en composición, en las canciones. Me parece que a partir de eso se generan muchas cosas hermosas.

– ¿Es el público rosarino uno de tus preferidos?

– Seria demagógico decir que prefiero al público rosarino, pero si tengo que reconocer que tenemos una historia de muchos años de ir, desde el under completo al Sótano. Vamos con el productor histórico, nuestro Gerardo Stranieri, que hace 18 años trabajamos con él. Tocamos en el Sótano, pero también tocamos en la carpa de Shambala, tocamos en el río, en las Salas de las Arte, en Metropolitano, tocamos en la isla en Rosario. Eso reconozco. Siento que es un público reconocedor del estilo. Conoce, escucha y sabe curtir el género. Toca Cool Confusión, un gran crédito local y abre el show. Cada público tiene su particularidad.