Michel Noher es uno de los actores que está pasando un gran momento en su carrera artística. Interpreta a Fidel en «100 días para enamorarse», un profesor que enfrenta sus miedos personales.

Pero también en teatro está pasando por un gran momento, ya que este viernes se presentará a las 21.30, con su unipersonal llamado «El hijo eterno» en Plataforma Lavardén.

Antes de su show habló con Conclusión acerca de su presente artístico.

—¿Cómo te preparaste para interpretar a éste padre primerizo?

—Estoy muy contento con la obra y lo que está pasando. Es un trabajo desafiante para mí porque es mi primer unipersonal y encima de este calibre. Son 25 años de historia de vida en una hora de escena. La obra está basada en una novela de Cristóvão Tezza, que es una novela autobiográfica que trata la vida de un padre primerizo con un hijo con síndrome de down, y el devenir de éste padre que transita el miedo y el amor. Es una obra muy emotiva que va transitando por varios espacios, hay mucha alegría, tristeza y humor, y todo el tiempo hay algo humano que la hace tan valiosa y tan cercana al público.

—¿Hay alguna cuota propia sobre este padre?

—Inevitablemente, uno está ahí y es uno. Cada uno tiene su propia historia e idiosincrasia en la que uno ve el mundo y eso también está en juego. Creo que si no sería padre la obra sería diferente.

—¿Le pediste algún consejo a tu papá para componer el personaje?

—Mi viejo es el productor de la obra y es parte fundamental del proceso, no le pedí un consejo en particular.

—Cambiando de tema, sos parte de una de las ficciones que está dando que hablar en la tele hoy en día.

—  Es un personaje muy interesante y que está muy bueno, que expone sus contradicciones como cualquier otro. Es el típico caso «en casa de herrero, cuchillo de palo» (risas), es un tipo que está todo el tiempo tratando de inculcar una visión más inclusiva y abierta del mundo,  pero a su vez le cuesta mucho aceptarse y aceptar lo que siente. Está bueno lo que está permitiendo la novela y que se pueda ver algo más que un mero entretenimiento y que lo lleve a cuestionarse y a abrirse a abordar temas que no se discuten en la mesa familiar.

—¿Cómo te llevas con el cine?

—Bien, el otro día salimos a tomar un café (risas). Bien, estoy esperando a que a fin de año se estrene una película que filmé en España junto a Leo Sbaraglia que se llama «El desentierro»; es la ópera prima del director Nacho Ruipérez.