A la crisis de años que arrastran los espacios culturales de la ciudad, producto en gran parte de la ausencia de políticas culturales municipales y provinciales específicas para regular y acompañar al sector, los más de seis meses de parálisis de actividades que estos lugares sufren desde el inicio del aislamiento social y obligatorio profundizaron enorme y preocupantemente la situación de los mismos.

Es por esto que, nucleados en el Colectivo Rosarino de Espacios Culturales (Crec), los espacios decidieron declararse en Estado de Emergencia, exigiendo una inmediata respuesta por parte de los gobiernos para ayudar a que los mismos, vitales para el entramado de una ciudad que se reconoce cultural, no sigan cerrando o agigantando sus deudas.

Desde que en Argentina se dictó la Fase 1 del distanciamiento social y obligatorio en el marco de la pandemia del coronavirus el pasado 20 de marzo, los espacios culturales de la ciudad y alrededores cancelaron todas sus actividades. Allí fue que tomó forma el Crec y se realizó un relevamiento que brindó datos alarmantes.

En esa recolección de datos, dieron cuenta que las problemáticas que afectaban a estos espacios se profundizaron y la total e histórica ausencia de políticas culturales para acompañar el desarrollo del sector se convirtieron en un cóctel explosivo que, junto a cuatro años de recesión económica, transforman en inviable el sostenimientos de los mismos.

De los 70 espacios registrados por el colectivo en aquel entonces, 10 debieron cerrar sus puertas recientemente (La Bartolina, Le Bal, Bracco, Quilombo 27, Club 1518, Combo Club, entre otros), dejando un vacío para aquellas personas que encontraban allí lugares de esparcimiento, formación y encuentro, así como también a sus trabajadores. Estos se suman a una decena de espacios que cerraron en los últimos cinco años (El Olimpo, El Espiral, La Chamuyera, La Isla, Nómade, etc), algo que da cuenta de que la situación ya venía siendo grave y todo este contexto sólo lo empeoró.

Ante las actividades suspendidas, el pago de alquileres, servicios, impuestos, salarios, es inexistente y está generando una deuda impagable a futuro.

“A seis meses de no poder trabajar a nuestra capacidad habitual y sin poder realizar todas las actividades que habitualmente se desarrollan en nuestros espacios, hemos vuelto a la actividad parcial con protocolos que se cumplieron firmemente sin tener casos de contagios ni irregularidades. Sin embargo, nuestra actividad sigue siendo relegada en las que se encuentran permitidas en los últimos anuncios, siendo perjudicados tanto los espacios como les docentes que allí desarrollan sus actividades laborales”, explicaron desde el colectivo a través de un comunicado.

“Nos manifestamos sobre la firme la convicción de que los Espacios Culturales no sólo son espacios FUNDAMENTALES para el crecimiento de la actividad cultural de la ciudad y la región, sino que son ESPACIOS DE TRABAJO para artistas, docentes, gestores, técniques, agentes de prensa, en fín, los distintos eslabones de la industria cultural. Cabe destacar que muchos de los espacios están dedicados a la formación, brindando cursos y talleres que no se encuentran en otros lugares”, continuaron.

La declaración de Emergencia de los espacios culturales, a raíz de la desesperante situación, incluye las siguientes exigencias:

  • Una legislación provincial y municipal específica para el rubro, para así poder acceder a préstamos y subsidios que así lo solicitan.
  • Incorporación del sector a la asistencia económica de emergencia.
  • Subsidio universal para espacios culturales no concursable.
  • Que se apruebe el decreto de exención de TGI y Drei.