Día gris para la música. La leyenda del blues B. B. King, conocido por su punteo corto de guitarra y por haber inspirado a generaciones de músicos durante su larga carrera, murió a los 89 años este jueves, según informó su hija.

Patty King confirmó el viernes a la cadena de televisión CNN que su padre había muerto el jueves por la noche.

El legendario guitarrista, que ofreció conciertos hasta el año pasado, informó el 1 de mayo en un comunicado que estaba recibiendo cuidados paliativos en su casa de Las Vegas.

La noticia de la muerte de King provocó un despliegue de homenajes de músicos de todas las generaciones, que consideraban a King como un artista de gran influencia.

«BB, cualquiera podría interpretar un millar de notas y no llegar a decir nunca lo que tu decías en una sola de ellas. #DEP», escribió en Twitter el guitarrista y cantante Lenny Kravitz.

El cantante canadiense Bryan Adams tuiteó: «DEP BB King, uno de los mejores guitarristas de blues de todos los tiempos, quizá el mejor. Él podía hacer más que nadie con una sola nota».

Nacido en una familia pobre de Mississipi como Riley B. King, la futura leyenda aprendió a tocar una guitarra que le dio el propietario de unas plantaciones cuando tenía 12 años.

King aprendió a dominar el instrumento y más tarde bautizó su guitarra con el nombre de Lucille.

Actuó en 1968 en la sala de conciertos Fillmore West de San Francisco, un paraíso para los hippies, y un año después fue telonero de los Rolling Stones en 18 conciertos en Estados Unidos.

Interpretaba su tema insignia, «The Thrill is Gone», que reflejaba la angustia a menudo tan característica del blues, con punteos cortos de guitarra.

En 2003, la revista Rolling Stone afirmó que era el tercer guitarrista más importante de la historia después de Jimi Hendrix y Duane Allman y por delante de Eric Clapton.

Su estilo no se centraba en la velocidad o en acordes amplios, sino en notas sostenidas y bien escogidas.

King llegó a ofrecer más de 300 conciertos al año. A pesar de padecer diabetes crónica en las últimas dos décadas, hasta hace muy poco mantuvo un calendario de giras que cansaría a músicos mucho más jóvenes que él.

«Tengo una enfermedad que creo que podría ser contagiosa», dijo King a la AFP en una entrevista en 2007. «Se llama necesito más».

Una vida dedicada al blues

B. B. King fue una de las últimas leyendas del blues, un estilo que interpretaba desde finales de los 40 y que continuó defendiendo en los escenarios hasta su muerte, siempre con su fiel guitarra, «Lucille».

Afectado por nuevos problemas de salud, B. B. King había sido hospitalizado a principios de mes en Las Vegas por una deshidratación, según su hija Patty King.

«El Rey del Blues», como se le conocía mundialmente, llevó una vida de sucesivas giras, conquistando al público de unos cien países con su guitarra y canciones de amor y de angustia como «The thrill is gone» y «How blue can you get».

Artista consumado de voz ronca, consiguió enganchar a todas las audiencias: desde el tradicional público afroamericano hasta los fanáticos del pop y del rock.

King llegó a dar hasta 300 conciertos al año y fue el músico de blues que más premios Grammy recabó, un total de quince.

Por su sentido del espectáculo y su prolífica carrera, quizá sea el músico de blues que más ha influido en el rock. Referente de Eric Clapton, King también acompañó en una gira a los Rolling Stones en 1969 y a U2 veinte años depués, consiguiendo acercar el blues a todas las generaciones.

Si bien sufría de una diabetes crónica y de una dolencia en las rodillas que no le permitía tocar de pie, King aseguró en una entrevista a la AFP en 2007 que su «enfermedad» más importante se llamaba «¡Necesito más!», prometiendo tocar «hasta la muerte».

La infancia de Riley Ben King, nacido el 16 de septiembre de 1925 en Itta Bena, cerca de Indianola (Mississipi), se parece a la de miles de niños negros, trabajadores agrícolas en las grandes plantaciones de algodón del sur segregacionista.

El joven King, huérfano, tuvo la suerte de contar durante su adolescencia con el apoyo protector de Bukka White, su primo. Este guitarrista, muy reputado en la región, lo inició en la guitarra y le hizo descubrir la gran ciudad de la música, Memphis, donde vivió a partir de 1947.

El futuro B. B. King se codeaba con Sonny Boy Williamson (Rice Miller), Robert Lockwood Jr, Bobby «Blue» Bland y tocaba regularmente en Beale Street, donde más tarde abrió un club con su nombre, el «Broadway» de la música negra en Estados Unidos.

B. B. King y Eric Clapton, mirá el video: