La decadencia de la dictadura militar dejó expuesto el daño inmoral y deshumano que significó este arrebato de cólera hacia la democracia argentina. Pero también, fue testigo del nacimiento de colectivos culturales que fueron transcendentales para el resurgir del país. Uno de estos nacimientos es, en 1980, La Trova Rosarina.
Un conglomerado hiperconcentrado de talento y poesía, que compartían el amor por la música en el Cafe de La Flor y la Sala Lavarden. Conformado en aquel momento por jóvenes que lograron fusionar rock, folklore, tango y canciones llenas de protesta frente a un gobierno militar que llenó de censura y muerte a quienes fueran capaces de interpelarlos.
La Trova Rosarina, luego de 38 años, volvió a sonar en Buenos Aires, más precisamente en el Teatro Colón. La presentación se realizó en el marco del Festival Únicos, donde en el primer día tuvo a Aznar con dos invitados de altísimo vuelo, Charly García y David Lebón, sus compañeros de Serú Giran y quien finalizó el evento en su última día fueron, nada más y nada menos, que Los Palmeras.
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Un dream team de músicos hizo vibrar el Colón cuando, plantado e impecable, el «conductor del colectivo», colmó de letras el auditorio con su voz, con el acompañamiento de Silvina Garré, Ruben Goldín, Adrian Abonizio, Jorge Fandermole y Fabian Gallardo. Sumado a los arreglos escritos por el maestro Gerardo Gardelini, director de la orquesta estable del teatro, «Era en Abril» comenzó el repertorio de los músicos rosarinos que repartieron, cuales niños de jardín, las estrofas y solos de cada una de las canciones que tenían en la lista. Las ausencias: Lalo de los Santos, fallecido en 2001 y Fito Páez, en una gira internacional.
El tema más esperado, «El tempano», sonó para finalizar el show en un teatro Colón con sus butacas completas y una llena de memoria y emoción, que se transformó en un solo grito cuando Baglietto entonaba «voy hacía el fuego como la mariposa y no hay rima que rime con vivir» acompañado por una Trova decidida y en excelente performance física.
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La nueva canción rosarina, ya hace 40 años atrás, se consagró como un colectivo cultural que surgió para ser voz de tantas personas que no la tenían y dieron vuelta la estructura del rock en nuestro país. Este domingo la Trova Rosarina escribió nuevamente un capitulo de la historia de la música que nació para decir.
