Pueblo perdido, suerte de Atlántida sin prensa y cita obligada de fotógrafos, Epecuén,  ha fascinado por años a aquellos que se han acercado a su historia, la que, por cierto, no se popularizó hasta hace muy poco tiempo.

Villa Epecuén fue un pequeño pueblo balneario, que se convirtió en uno de los polos de turismo termal más concurridos a fines de la década del 70 y principios de los 80. Con un promedio de 1500 habitantes, la villa llegó a albergar alrededor de 25.000 turistas por año.

En noviembre del 1985, fue engullido por un lago cuya crecida lo sumergió en más de 8 metros de agua y lo condenó para siempre. Sus moradores se vieron obligados a abandonarlo todo, casa y recuerdos, que quedaron flotando junto a los ataúdes que emergían del cementerio local como si no hubieran tenido tierra encima.

Hasta el último momento, los funcionarios públicos se empeñaron en negarlo todo, y la localidad entera naufragó entre las tragedias individuales y colectivas,  el desarraigo y el abandono,  las mezquindades humanas y la negligencia estatal.

Hoy, las ruinas de Epecuén resurgen de las aguas —que se fueron evaporando con el paso de los años— y traen consigo un paisaje de posguerra, y preguntas. ¿Es posible que un pueblo desaparezca en silencio? ¿Qué tipo de relato queda escrito en Epecuén? Josefina Licitra busca las respuestas entre los evacuados y las fotos. Sobre esta historia la autora construyó su crónica de paraíso en olvido, recuperándolo de las ruinas del naufragio.

Sobre la autora

Josefina Licitra (1975) es periodista y narradora argentina. Escribe, entre otros medios, en Babelia (suplemento cultural del diario El País de España) y en las revistas Piauí (Brasil), Letras Libres (México), Internazionale (Italia) y Ya, Domingo y El Sábado, que dependen del diario chileno El Mercurio. Es autora de los libros Los Imprudentes. Historias de la adolescencia gay lésbica en Argentina (2007, Tusquets), Los Otros. Una historia del conurbano bonaerense (2011, Debate) y El Agua Mala. Crónica de Epecuén y las casas hundidas (2014, Aguilar). Muchas de sus crónicas figuran en varias antologías del género, entre ellas Crónicas Filosas de Rolling Stone y Antología de Crónica Latinoamericana (Alfaguara). En 2004, ganó el premio a mejor texto otorgado por la Fundación Para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, fundada por Gabriel García Márquez.

La presentación de «El agua mala» se realizará hoy, a partir de las 19 hs. en el Centro de formación Profesional de Pichincha, (Santiago 146 Bis)