Por Elisa Soldano

En la noche del 9 de octubre de 1940, mientras aviones alemanes bombardeaban a la ciudad inglesa de Liverpool, John Lennon gritaba por primera vez. Nacer en medio de la guerra, tal vez, fue su primer acto de rebeldía. Algunos años después, sería ese mismo grito el que haría olvidar los estruendos bélicos y pondría al mundo a bailar rock and roll.

En sus 40 años de vida, Lennon fue una figura que revolucionó el mundo de la música. Junto a Los Beatles, fue creador de un movimiento que no entendía de clases sociales o de barreras temporales y geográficas. Además, gracias a su audacia, talento, crítica y a la activa militancia a la que se abocó en sus últimos años, dejó un legado que va más allá de lo musical.

Need somebody: una infancia con ausencias

John Winston Lennon fue el primer y único hijo del matrimonio conformado por Julia Stanley y Alfred “Freddy” Lennon. Su segundo nombre rinde honor al entonces primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill, aunque al pisar los treinta años, el músico decidió cambierlo por “Ono”.

La infancia de John estuvo marcada por las ausencias y por una relación algo inestable entre sus padres. Para 1945, el matrimonio Stanley-Lennon llegó a su fin y Julia rehízo su vida. Esta situación llevó a que Mary Elizabeth Smith, hermana de Julia y más conocida como la “tía Mimi”, se llevara al pequeño John a vivir con ella en una casa ubicada en la avenida Menlove, en el barrio liverpuliano de Woolton.

Durante este período se produjo un hecho que marcaría la vida de John. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Freddy Lennon regresó a la ciudad inglesa con la idea de instalarse con su hijo en Nueva Zelanda, pero ante la oposición de Julia, el padre le preguntó John –de tan solo cinco años- con quién quería pasar el resto de su vida. El niño lo eligió, pero al ver que su mamá se alejaba corrió tras ella. Pasarían unos veinte años para que los Lennon vuelvan a verse las caras.

La tía Mimi -una mujer a quien suelen atribuirle un carácter severo-, se ocupó de la educación del niño. Una de sus mayores preocupaciones era que John no hable con la tonada característica de Liverpool que, en el orden social inglés, era una señal de “desprestigio”. Al ingresar a la escuela primaria de Dovedale, Lennon conoció a Pete Shotton e Iván Vaughan quienes además de ser sus vecinos, serían piezas fundamentales en los hechos que se avecinaban.

Comenzada la década de los 50’, John ingresó al “Quarry Bank High School” y, para disgusto de Mimi, su desempeño escolar no era el esperado por los profesores. Sus amigos lo definen como un adolescente “despreocupado y alegre” que ocupaba su tiempo dibujando caricaturas que más de una vez fueron descubiertas por las autoridades del colegio y le valieron varios golpes de vara.

A pesar de no vivir juntos, Lennon nunca perdió el contacto con Julia. Ambos se visitaban con cierta frecuencia y, en medio de la emergencia del rock and roll, comenzaron a compartir esta pasión por la música. Tal vez la herencia más importante que John recibió de sus padres fue aprender a tocar el banjo. Cuando eran novios, Freddy le enseñó a Julia a manipular el instrumento y la mujer le transmitió este conocimiento a su hijo.

John Lennon y su madre, Julia.

Lovers and friends: The Quarrymen

Fascinado con el movimiento del skiffle y del rock and roll, en 1955 Lennon propuso a sus compañeros de colegio formar una banda, y así nacieron Los Quarrymen. El grupo interpretaba covers cuyas letras eran copiadas a toda prisa cuando la radio las transmitía y las melodías eran sacadas de oído. Además –y debido a las quejas por “ruidos molestos” de los padres-, no tenían un lugar fijo de ensayo.

Entusiasmada con las andanzas musicales de su hijo, en 1956 Julia le compró por correspondencia su primera guitarra: una Gallotone acústica. Como Mimi no apoyaba esta faceta artística, el instrumento permaneció en la casa de su madre. “La guitarra está muy bien, John, pero nunca podrás ganarte la vida con ella”, solía decirle su tía, quien confiaba en que el joven se aburriría de la música.

Sobre sus inicios con la guitarra, Lennon recordaría: “Comencé con el banjo a los quince años, cuando mi madre me enseñó unos cuantos acordes. Cuando era joven tocaba la guitarra como si fuera un banjo, ¡con la sexta cuerda floja!”.

The Quarrymen.

El 6 de julio de 1957, Los Quarrymen tocaron en una fiesta que organizaba la iglesia St. Peter en Woolton. Iván Vaughan, miembro de la pandilla que solía tocar en la banda cuando alguno de sus integrantes se ausentaba, invitó al evento a un amigo llamado Paul McCartney. Cuando finalizó el espectáculo, Vaughan presentó a Paul y al resto del grupo. En un intercambio de palabras, McCartney tomó una guitarra –para zurdos, claro- e interpretó “Twenty flight rock”. Su demostración dejó fascinado a Lennon, quien no sólo quedó impactado con su capacidad para aprender letras de canciones, sino también por su habilidad para afinar el instrumento. Días después de este encuentro, McCartney se sumó al grupo.

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El 15 de julio de 1958 ocurriría un hecho que marcaría, una vez más, la vida de John. Julia había ido a visitarlo y cuando regresaba a su casa fue atropellada por un policía que manejaba en estado de ebriedad, muriendo al instante. La pérdida de su madre significó un duro golpe que acentúo en el joven un carácter rebelde, por un lado, y por el otro lo acercó a McCartney, quien también había perdido a su mamá a causa de un cáncer de pecho. Ambos encontraron en la música un refugio ante tal dolor.

Run to the station: Bellas Artes y Hamburgo

Para ese entonces, John Lennon ingresó en la Escuela de Arte de Liverpool. Su paso por esta institución estuvo signado por exámenes reprobados y una expulsión temprana, pero allí conoció a dos personas que tendrían un rol importante en su vida. Una es Cynthia Powell, quien sería su primera esposa y madre de su hijo Julian; el otro es Stuart (Stu) Sutcliffe, un joven artista que se haría muy cercano a Lennon y tocaría el bajo en Los Quarrymen.

Al comenzar la década de los 60’, los demás integrantes de la banda abandonaros el proyecto para dedicarse de lleno a sus estudios. De esta forma, el grupo quedó formado por Lennon, McCartney, Sutcliffe, un amigo de Paul que había sido incorporado unos años antes, llamado George Harrison, y Pete Best, el baterista. Tras comenzar a actuar en la escena local, consiguieron una gira por Hamburgo (Alemania), donde se presentaron en clubes nocturnos y, cuenta la leyenda, llegaron a estar más de ocho horas diarias tocando en vivo. Durante estos años la banda experimentaría su identidad. Pasó de llamarse “The Quarrymen”, a “Johnny and the Moondogs”, luego “The Silver Beatles” y finalmente adoptó su nombre definitivo: “The Beatles”.

A fines de 1961, Brian Epstein se convirtió en el representante de Los Beatles. Luego de la audición para Decca, donde la banda fue rechazada porque “los grupos de guitarra no prosperarían”, firman contrato con Parlophone Records (EMI) y Pete Best fue reemplazado por Ringo Starr en la batería.

All you need is love: Los Beatles

Con el cuarteto conformado, lo demás es historia. En 1963 Los Beatles publicaron “Please please me”, su primer disco, y la carrera del grupo no paró de crecer hasta 1970, cuando pusieron punto final a la banda.

En plena emergencia de la beatlemanía, Cynthia Powell –entonces novia de John- quedó embarazada, por lo que la pareja decide casarse. En abril de 1963 nació Julian Lennon, el primer hijo del músico. Sin embargo, Epstein pidió mantener el matrimonio y la paternidad en secreto.

En 1963, Los Beatles tocaron ante la Reina Isabel –monarca del Reino Unido- y la princesa Margarita. Justo antes de interpretar “Twist and shout”, John disparó: “Para nuestro último número me gustaría pedir su ayuda. La gente de los asientos más baratos puede aplaudir, el resto puede sacudir sus joyas”. La audaz presentación disparó aplausos y risas entre el público.

La relación del grupo con la realeza no terminaría ahí. En 1965 –tras convertirse en un fenómeno mundial- John, Paul, George y Ringo acudieron al Palacio de Buckingham para recibir la Medalla de Miembros de la Orden del Imperio Británico por su contribución a la música inglesa. Pero cuatro años después, Lennon devolvió la insignia. Esta fue su forma de protestar ante el apoyo que el gobierno británico brindó a Estados Unidos en la guerra de Vietnam.

En 1966, en una entrevista para un medio inglés, John dijo que “Los Beatles eran más populares que Jesús”. El comentario pasó desapercibido para el público británico, pero no para el estadounidense. La frase del beatle generó tal impacto y descontento, que muchos fans quemaron discos y artículos relacionados con la banda y el propio John recibió diferentes amenazas. Esto, sumado a que el grupo –y a causa de los gritos de los espectadores- cada vez disfrutaba menos de los shows, llevó a que Los Beatles decidieran poner punto final a sus presentaciones en vivo.

Fue por esta época, también, cuando Lennon comenzó a aplicar un consejo que le dio Bob Dylan: escribir letras más comprometidas con la realidad. Sin duda, este aspecto marcaría el trabajo compositivo de John durante los últimos años de Los Beatles y su carrera solista.

En marzo de 1969 Lennon se casó con la artista plástica Yoko Ono y cambió su nombre a John Ono Lennon (aunque los documentos oficiales no le permitieron eliminar formalmente el “Winston”). Es en este año cuando dio el portazo final en Los Beatles y se encaminó a una carrera musical junto a su esposa.

Mind games: carrera solista y asesinato

Si bien durante los últimos años de Los Beatles John había lanzado algunos discos junto a Yoko (como Two Virgins o Life with the Lions), la carrera solita de Lennon estuvo marcada por una activa militancia pacifista. La cama de la paz y canciones como “Give Peace a Chance” o “Happy Xmas (War is Over)” son algunas de las acciones políticas y artísticas más destacadas de Lennon.

El 9 de octubre de 1975 –el día que John cumplía 35 años- nació su segundo hijo: Sean Ono Lennon, fruto de su matrimonio con Yoko. A partir de este año, John se alejó del mundo artístico y se dedicó a cuidar de su hijo durante cinco años.

John y Yoko en la cama de la paz.

En 1980, el músico volvió a escena con Double Fantasy, su séptimo y último disco de estudio, que incluía canciones como “Just like starting over”, “Woman”, “Beautiful boy” y Watching the Wheels”.

En la tarde del 8 de diciembre de 1980, John y Yoko abandonaron su departamento en el edificio Dakota para dirigirse al estudio de grabación. Al salir, un hombre llamado Mark David Chapman los interceptó en la vereda y pidió que el músico le autografiara su copia de Double Fantasy. Un fotógrafo que acompañaba a la pareja captó este momento, registrando así el último autógrafo que firmó Lennon.

John Lennon firmando un autógrafo a Chapman.

A la noche, cuando el músico regresó a su casa, Chapman continuaba en la vereda del edificio. Al verlo, le disparó cinco veces por la espalda. John Lennon llegó al hospital sin vida.

Será porque se animó a imaginar, porque le recordó a los hombres de ninguna parte que el mundo está a su mando, porque logró que realeza y pueblo se muevan al ritmo de su música o porque en un planeta en guerra le cantó a la paz y al amor, que a 80 años de su nacimiento el grito de John Lennon sigue siendo escuchado.