La historia de la radiodifusión en nuestro país resulta extensa y con muchas anécdotas que hacen de este oficio un libro abierto de historias y experiencias que atraviesan la emocionalidad de quienes hacen radio y los oyentes.

Gustavo Olmedo, periodista y conductor de radio, ex director de Rock and Pop, es un referente contemporáneo de esta profesión. Comenzó en los años 90′ siendo el rock su materia principal de trabajo y luego mutó en el analisis y difusión de otros géneros musicales que expone en los programas radiales que lleva adelante en Radio Cantilo 101.9, de la ciudad de la Plata, radio en que comenzó a desempeñarse a finales del año pasado, cuando dejó la mítica emisora porteña.

En un extenso diálogo con Conclusión quedó plasmada no sólo su experiencia en el medio, sino sus reflexiones sobre la difícil actualidad del periodismo, de los medios de comunicación y la realidad del rock nacional.

-¿De qué se trata el nuevo proyecto radial que emprendiste en FM Cantilo?

-Teniendo en cuenta la situación de las radios en general, que es una especie de catástrofe, estamos todos muy contentos con Cantilo. Es un estilo diferente, pero muy similar al laburo que hacíamos. Si bien la exposición no es la misma que estando en una radio mainstream, en cuanto a los contenidos y a la manera de hacer las cosas, me recuerda bastante a ciertas épocas de Rock and Pop, en cuanto a la onda en general y a la libertad de hacer cosas y trabajar cómodo. Podés sentirte relajado al aire y experimentar un poco, que es lo que estoy haciendo: tratando de meterme en lugares nuevos para mí. Este año está creciendo bastante y se están generando proyectos e ideas para una web nueva que lanzó la radio para contenidos en redes. Dentro de poco va a haber un estudio nuevo, así que estoy muy contento en ese sentido.

– El traspaso de una radio a otra con un formato distinto, una nueva búsqueda, no debe haber sido nada sencillo.

-La verdad que sí. Los últimos años en Rock and Pop fueron muy difíciles, muy complicados, y ya no lograba disfrutar del laburo. El clima no era para nada agradable. Encontré la posibilidad de hacer algo distinto en esta radio. En Rock and Pop hacía tira y acá propuse hacer un programa tres veces por semana, y me dijeron que sí, sin preguntarme mucho por dónde iba a ir. Así que empecé a hablar de otra manera, a expresarme distinto a lo que venía haciendo, y en cuanto a estilos de música también. De hecho, hago un programa de hip hop, que a mí siempre me gustó y hace tiempo tenía ganas de hacer algo. Está esa sensación de algo nuevo que arranca, con mucha experiencia de los que trabajan que vienen de Capital como Di Natale o el Ruso Verea y con gente de La Plata, que es como un universo aparte: tiene un funcionamiento único, distinto e independiente, diferente a lo que puede pasar en Capital y que uno muchas veces ni se entera.

-¿Cuáles son las cosas que te llevás de la Rock and Pop?

-Como siempre sucede, a medida que pasa el tiempo, comenzás a tomar conciencia de lo que fue y a valorar todo lo que pasó ahí. Porque en ese momento es como que estás en la rueda y nunca te tomás el tiempo para frenar y decir «¿Qué es lo que estoy haciendo?», y hoy que lo veo a la distancia te digo que fue increíble todas las cosas que vivimos ahí. En un país que tiene una historia como la nuestra, donde el sufrimiento está siempre presente, nosotros estuvimos ahí durante tantos años viviendo bien y haciendo lo que más nos gusta. Siendo creativos, pudiendo expresarte y cagándote de risa. Yo iba todos los días a reírme al laburo. Muy poca gente puede hacer eso. La verdad me siento muy agradecido por la experiencia que pude tener, y que ahora con la gente con la que me cruzo todavía en los shows o en la calle te dicen cosas sumamente halagadoras sobre tu laburo, con mucho cariño. Ahí tomás conciencia real de lo que fue, de todo lo que hicimos durante todos esos años, y bueno, ahí tomás dimensión de todo lo importante.

«En un país que tiene una historia donde el sufrimiento está siempre presente, nosotros estuvimos en Rock and Pop durante tantos años riendo y haciendo lo que más nos gusta»

-Volviendo a lo periodístico, en una entrtevista te preguntaron si te gustaría hacer tele y en ese momento respondiste que «la televisión iba a ser cada vez menos importante». ¿Seguís sosteniendo eso? ¿Por dónde pensás que va a ir el periodismo, más que nada de cara a lo que viene y a cómo puede seguir evolucionando?

-Te digo la verdad, hace años que no miro tele. No sólo porque no tengo, sino porque no me interesa en lo mas mínimo. No tengo ganas de que me bombardeen con malas noticias y con toda la mierda y lo asqueroso que es todo. Porque te condiciona, te arruina el día, así que la verdad es que hace año que no miro tele. Sí miro Netflix o alguna serie, que por otro lado es un fenómeno que hay que ver dónde termina porque los actores que acaparan todo el mercado son cuatro o cinco: Spotify o Netflix o Amazon, que abarcan todo el mundo y son los dueños del universo entero (porque no es que se da solamente en Estados Unidos, es el planeta entero y es muy poca gente con muchísimo poder; eso no está bueno). Habrá que ver qué pasa más adelante. No es que no lo haría, lo analizaría si vale la pena, pero es muy difícil saber por dónde va a pasar porque el cambio es constante y permanente. Mañana te aparece una herramienta nueva y te cambia todo, y muchas veces alguna aplicación, algún streaming que funcionó, desaparece, queda obsoleto ante la aparición de otra. De nuevo, hoy todos somos generadores de contenidos, estamos posteando quintillones de cosas o boludeces todo el tiempo y obviamente trascender ahí es muy difícil. Tenés que hacer algo muy especial que capte la atención o que sea diferente y que sirva de algo. Por otro lado, yo escucho todo el tiempo a muchos hablar del periodismo como si fuera la revolución o la espada de la verdad y la justicia, y me parece una hipocresía total y absoluta. Digo, los periodistas son los que tratan de enaltecer y enarbolar la profesión como si fuera algo noble, y es una hipocresía total. Básicamente hoy es imposible que seas totalmente honesto o independiente y que puedas funcionar al margen de lo que sucede, porque te quedás solo en tu casa. Si vos decís «no voy a trabajar para los malos», te quedás solo. Los malos son casi todos. Entonces vos no podés ir a trabajar a un medio y hacerte el Che Guevara porque no durás nada. Estará en cada uno cómo llevar la profesión y la gente va a decidir si le cree o no, si le gusta o si está bien o mal. Tampoco es que la gente sea dueña de la verdad, pero intentan darle un significado a la palabra periodismo que no lo vale, que no lo tiene. No soy el salvador de nadie y mucho menos los que laburan de hacer periodismo político o económico, son todos falsos.

«Hoy todos somos generadores de contenidos, estamos posteando cosas todo el tiempo, y  trascender ahí es muy difícil, tenés que hacer algo muy especial que capte la atención»

-Vos trabajaste mucho durante los 90′, ¿cómo fue vivir esa experiencia con la música en esos momentos que tenían mucho que ver con la situación política del país? ¿Cómo lo ves hoy en día?

-Una cosa no puede estar sin la otra. Obviamente lo que sucede en determinado momento es consecuencia del contexto. Ahora mismo estamos atravesando cierta etapa y uno reacciona de acuerdo a lo que pasa ahora y a todos nos sucede lo mismo, cada uno en su ámbito. Las cosas cambiaron mucho y muy rápido, me da la sensación de que el rock ahora se encuentra sin rumbo, sin saber a dónde ir o cómo, sin saber mucho qué decir, sin saber cómo llegar al mainstream que funciona en nichos y no todo necesariamente es masivo. La mayoría de los históricos o se murieron o no están en su mejor momento, si bien hay algunas bandas de los 90′, sobre todo con las que yo nací que siguen siendo las más interesantes. Lo charlo todo el tiempo, pero para mí la banda más importante que existe hoy en día en la escena es Babasónicos. Es de las bandas históricas que siguen siendo desafiantes, que siguen siendo relevantes, siguen siendo talentosos. Pero también mi experiencia en el mundo del hip hop me hizo aprender y ver muchas cosas. Si bien la historia del hip hop viene hace mucho, los que están ahora en la escena son muy pendejos, ya son de otra generación y ya nacieron de otra manera, entendiendo el natural funcionamiento en el actual sistema de las cosas. Ellos nacieron así y nosotros somos los que tuvimos que adaptarnos a ese cambio. Hay como algo que siempre estuvo en la superficie, pero hay otras expresiones que para conocerlas tenés que meterte en el circuito. Por ejemplo, el rap en español es fundamental para cierta generación, y ahora pasa lo mismo con el trap y la expresión centroamericana. El trap que funciona acá está muy fusionado con el reggaeton y con la cumbia a veces. De hecho, los exponentes de trap de acá están continuamente relacionándose y colaborando con artistas centromericanos, y eso les da una exposición mucho más grande y saben perfectamente cómo laburar. Por ejemplo Duki, que es el más conocido, rechazó ofertas con discográficas importantes a nivel internacional, y eso me parece un hecho importante. El pibe ya tiene armada su historia, es autosuficiente y no necesita de sellos discográficos, que le van a restar más que sumar. Hoy una banda de rock no puede hacer eso, no le sucede a ninguna. Estos chicos suben un video hoy y mañana ya tienen cinco millones de visitas. Hay una llegada tremenda a su gente porque, insisto, manejan ese lenguaje desde cero y entonces le están dando forma a lo que pasa con la música en la Argentina. Yo comencé a hacer el programa de hip hop en Cantilo hace un año y medio y la mayoría de los que me conocen me miraban con cara rara, y hoy todas esas personas al menos saben que existe, saben lo que es el trap, saben quién es Duki, que es un fenómeno que explotó hace seis meses. Entonces hay que ver a dónde va todo esto que esta sucediendo ahora.

«Para mí la banda más importante que existe hoy en día en la escena es Babasónicos. Es de las históricas que siguen siendo desafiantes»

– Generalmente siempre se te había considerado un periodista del rock. Sabiendo el pensamiento de los «fundamentalistas», ¿qué significa esto de abrirte a conocer las expresiones de las nuevas generaciones?

-Sí, también hay muchas bandas que están funcionando y que están alejadas de cómo funciona esto con el mainstream, como por ejemplo, Nagual, Sueños de Pescado, De la Gran Piñata, son bandas que tienen una impronta más tradicional y que hay un público para ellos también. Es en gran medida parte de la esencia del argentino que escucha ese tipo de música y que convive con otros tipos de propuestas. Hoy convive todo me parece, uno tiene un millón de opciones para elegir y muchas veces hay movimientos que funcionan sin que uno se entere y funcionan para mucha gente. Eso antes no pasaba porque los medios de difusión eran menos, eran los mismos y no había tanto acceso. Hoy hay fenómenos de redes como Youtube, como los instagramer que tienen cinco millones de seguidores y no sabés quién carajo es o qué hace.

-¿Cómo vez en retrospectiva todo aquello que contabas en El Circo del Rock?

-Eso te lo separo en dos partes. Primero, todo esto de la experiencia vivida, resumido en gran parte de lo que hice todo ese tiempo, son muchas experiencias condensadas en un librito. Por otro lado, lo releí hace poco y me da un poco de vergüenza. En realidad, lo que queda escrito es lo que peor envejece. Vos hablás en radio y ya fue, aunque quede grabado pasa, pero ahí queda escrito y queda reflejado lo que decís de un momento clave. Hoy creo que lo escribiría muy distinto, pero igual no deja de ser valioso el sentido de contar la experiencia y creo que fue bastante novedoso ese formato. Aprovecho para contarte que estoy por sacar un segundo libro que tiene que ver con El Circo del Rock, así que le propuse a la misma editorial hacer un relanzamiento y lo leí nuevamente, pero si lo corrijo me dije «tengo que hacer uno nuevo», así que va a ser un libro doble. Por un lado, va a ser este con algunos capítulos extras que escribí en esa línea, y cuando lo das vuelta tiene otra tapa. Así que sería como dos libros juntos, y esta nueva parte va a tener historias más cortitas de color de artistas nacionales.

-¿Cómo se vive esta lucha desde el lugar de periodista?

-En un momento Rock and Pop era algo bastante insalubre. Todos los que laburamos ahí la pasamos bastante mal. Si bien para mí había sido un logro importante llegar a ser director de la radio, para mí que empecé ahí y volver como director era un sueño cumplido. Me parece que Rock and Pop es la radio más importante de la historia de Argentina, entonces era un honor y un orgullo, pero a la vez, al poco tiempo, tuvimos que empezar a lidiar con esas situaciones, que a la vez no hablábamos para afuera de eso. Y a pesar de que te da bronca y un poco de tristeza, siento alivio al no estar más ahí, porque yo como otros, vivimos épocas de oro.