«Es un libro pensado desde un enfoque de la solidaridad y del nuevo pacto que tenemos que tener entre nosotras, un nuevo entendimiento entre mujeres», define María Florencia Freijo lo que pensó cuando empezó a dar forma a «Solas», un libro que tiene mucho de sus interacciones en redes sociales, donde generó un espacio de encuentro y diálogo con sus lectoras.

«No todas van a poder a salir de esa matriz, no todas pueden, no todas quieren, pero la idea de este libro es mostrar la desigualdad que tenemos todas las mujeres. Por consiguiente, entendiendo eso, nos podemos parar desde otro lugar», dice, a sabiendas que el enfoque es colectivo y no individual, y de ahí que en este trabajo se haya ocupado de ofrecer «datos globales para visualizar que el problema no es de una sino que es una problemática social».

Por eso, Freijo, que trabaja como asesora legislativa y también en forma privada y da charlas y clases, asegura que «no quise hacer un libro para que ayude a cada mujer, yo quise hacer un libro para que esa mujer de su condición pueda ayudar a otras».

En sus redes, como en Instagram en una clave más intimista, Freijo se concentró en conceptos tales como el de la carga mental o la crianza en soledad aún acompañadas: «Empecé a hablar de estos temas y un montón de personas se sintieron identificadas. Son conceptos que no estaban tan socializados y me parece fundamental para mostrar cuál es la condición de la mujer en la sociedad actual, incluso aunque hayamos conquistado un montón de derechos humanos, todavía nos falta muchísimo a nivel cultural».

En ese sentido, las redes se convirtieron en el terreno de la interacción con otras mujeres, porque «a través de las redes sociales surgen historias que me dejan pensando y me permiten profundizar sobre lo que he estudiado, es un aprendizaje que hacemos de manera colectiva. En ese sentido, las redes colectivizan y democratizan el acceso al conocimiento».