Por Elisa Soldano

El músico uruguayo Fernando Cabrera desembarcará en Rosario el próximo domingo 12 de junio para presentar su nuevo disco “Simple” y repasar algunos de sus clásicos, en una noche que promete ser irrepetible y que estará impregnada de música rioplatense.

El espectáculo tendrá lugar en el Teatro La Comedia, ubicado en Mitre al 958, donde a partir de las 20 los rosarinos podrán disfrutar de un show que en esta oportunidad encontrará a Cabrera acompañado por su coterráneo Diego Cotelo. Las entradas para el recital pueden comprarse en la boletería del teatro o virtualmente.

A través de sus diez canciones, “Simple” aborda temáticas vinculadas a la libertad, al amor, a la familia, a la religión y hasta al trabajo de músico. Pero la personalidad casi íntima de este material no sólo reside en la lírica: la parte musical fue íntegramente grabada por Cabrera, quien se encargó de ejecutar guitarras, piano y percusión, además de poner la voz.

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Para palpitar el espectáculo, Conclusión dialogó con Fernando Cabrera, quien brindó detalles del show, relató cómo son sus procesos compositivos y se refirió a la pluralidad de músicas que convergen sobre el Río de la Plata, entre otros temas.

–¿Qué se va a encontrar el público en este show? ¿Viene solo o con banda?

–El público se va a encontrar con una cantidad de canciones nuevas de mi último disco, que se llama “Simple” y fue editado en Argentina por el Sello Acqua. Voy a hacer varios temas de ese disco y también canciones de todas mis épocas. Me va a acompañar Diego Cotelo, que es un músico muy joven que hace poco que toca conmigo. Como ejecuta varios instrumentos, hacemos un espectáculo muy lindo juntos.

–¿Siente que hay canciones que son infaltables en las presentaciones en vivo? ¿Cómo es el trabajo previo para adaptar el repertorio según se presente en solitario o con banda?

–Sí, hay una cantidad bastante grande de canciones que no pueden faltar, incluso las voy rotando porque son unas cuantas. Ahora que voy a hacer varios temas nuevos tengo menos espacio para las canciones que la gente más espera, pero van a ir unas cuantas de las más conocidas y que a la gente más le gustan. Respecto a la adaptación de las canciones en distintos formatos, cuando toco solo, que es algo que hago mucho sobre todo cuando voy a Argentina, ya hay un proceso de adaptación del tema. Aunque en realidad hay que decir que las canciones nacen para guitarra y voz, y en todo caso después las arreglo, adapto y “orquesto” para tocar con una banda. Pero ahora, como estoy tocando con este músico que ejecuta varios instrumentos y también canta, ha habido una nueva readaptación de varias canciones para hacerlas con él. La cuestión es que todo eso a mí me tiene bastante ocupado, nunca sucede que un recital mío sea igual al anterior, eso no pasa nunca, siempre son variados.

–El disco “Simple” salió en el 2021, ¿la pandemia afectó la grabación?

–No, no me afectó la pandemia porque yo lo empecé a grabar unos poquitos meses antes de que se declarara la cuarentena, entonces allí paré, no tenía ningún apuro. Cuando hubo una pequeña apertura en Uruguay y el estudio volvió a abrir, retomé el trabajo, lo terminé y salió. La pandemia sí me afectó en términos de ingresos, fueron dos años sin poder trabajar y sin derechos de autor, entonces ahí me mató, por suerte pude disfrutar de unos oportunos ahorritos que pude hacer en los últimos años y más o menos aguanté. Ahora, desde el punto de vista psicológico o de mis hábitos, no me afectó, tengo muy poca vida social, vivo muy tranquilo. La pandemia más bien me significó un alivio de compromisos y de tener que ir a lugares: durante dos años estabas disculpado.

–¿Y creativamente impactó de alguna forma?

–No, no, fue normal. Seguí mi vida normal, con el mismo ritmo. Se me ocurrieron cosas nuevas, pero ni más ni menos que en otras épocas.

–En “Simple” aparecen temáticas que pueden generar algún punto de identificación con el oyente. ¿Buscó que el disco tenga esta impronta o se dio naturalmente? 

–Se da naturalmente, yo escribo de lo que puedo, de lo que se me ocurre. Cuando me surge un tema de interés o algo me inspira o me emociona, tengo la tendencia, desde adolescente, a con un lápiz y un papel empezar a garabatear algo y después le pongo música. Es una cosa natural en mí. Pero ojalá que las canciones signifiquen para la gente un lazo o una identidad, porque eso es lo lindo de la tarea de cualquier artista. Tanto da que haga canciones, que pinte cuadros o que sea actor o bailarín, uno siempre busca que el público sienta un lazo de identificación o representación, así que si pasa eso yo soy muy feliz. Sé que pasa en general, así que demás está decirte lo feliz que a mí me hace esta profesión.

–¿La pluralidad de músicas que hay en el Río de la Plata lo nutrió como músico?

–Sí, por supuesto. Todos los que hemos nacido en este tipo de ciudades, la población entera, somos personas muy abiertas, muy informadas, tenemos la antena puesta para todos lados. He visitado otros países y otras ciudades en Latinoamérica y no son como nosotros, están mucho más atados, hay cosas que tienen que ver con las tradiciones, cosas muy distantes en el tiempo y que ellos conservan y cuidan con un gran celo. Pero los que somos portuarios recibimos toda clase de visitas e influencias: en el arte, en las costumbres, en todo. Montevideo es un puerto, Rosario es un puerto, Buenos Aires es un puerto, eso determina mucho. Fijate que Liverpool, donde surgen Los Beatles, también es un puerto y la gente de ahí tiene una libertad y una mirada más abierta, recibe muchas influencias. Cada marinero e inmigrante que llega trae información, trae novedades, y esto en nuestro ámbito del Río de la Plata viene sucediendo desde hace 150 años.

–Ya que mencionó a Los Beatles… ¿Qué músicos lo influenciaron e influencian?

–Una cantidad muy grande, no sé si te alcanza el diario para poner todos. Cuando empecé a estudiar guitarra, a los seis años, tenía una profesora que era argentina, pero cuando se casó se fue a vivir a Montevideo y daba clases en mi barrio, en un pequeño conservatorio a cien metros de mi casa. Esta señora no solamente me enseñaba ejercicios de guitarra, solfeo y todo eso, sino que también me enseñaba canciones argentinas de los años 60, de Atahualpa Yupanqui, Los Chalchaleros y toda esa generación. Luego también la música uruguaya me influye mucho, es muy variada, tiene partes bien criollas, pero también tiene el candombe, el candombe beat, como Mateo y Rada, y por supuesto Zitarrosa. También me influyó mucho el rock y Los Beatles en adelante. Desde niño me influyó mucho la música del Brasil, sobre todo un enorme compositor brasilero que se llama Antonio Carlos Jobim, y muchos más que vinieron después. También tengo influencias de la música clásica, incluso cuando tenía entre 19 y 21 años estudié composición y algo de música culta-contemporánea en un conservatorio de Montevideo. En los últimos años me ha influido un poco el blues y otras músicas criollas de Estados Unidos, que es un país muy rico musicalmente: ha surgido el blues primero, después el jazz, que es inmenso, pero también la música folk, el country y el rock and roll. También me han influido cantautores españoles, como Serrat, así que la lista es inmensa. Pero ojo, que nombré toda gente famosa y conocida, pero un músico o una persona que está siempre con las antenas prendidas para aprender y adquirir novedades, también recibe influencias de muchas cosas que ni sabes que son, que las escuchas por la radio mientras vas por la calle, o estás en un bar o una playa con un parlante puesto, y también te influyen los colegas, los amigos, los compañeros de estudio, la gente que está a tu alrededor. A mí me influye todo, veo una película y capaz que la banda sonora me inspira una idea. Si estás atento en la vida todo te puede influir y ser útil.

–Alguna vez dijo que hace música criolla “aggiornada” a estos tiempos. Al momento de crear, ¿tiene algún peso o presión el hecho de reinventarse?

–No siento presión de lo que pueda esperar la gente, pero sí confieso que toda la vida he tenido una especie de exigencia conmigo mismo, no sé si llamarle presión, para tratar de manejarme con elementos propios de nuestra cultura, de la música del Río de la Plata, pero también intentar, no sé si lo lograré, mirar para adelante y hacer alguna modificación y aportar alguna novedad. Todo músico debe preocuparse por dejar su firma, su estilo. Yo creo que tengo un estilo, me baso muchas veces en los orígenes de nuestra música, criolla y del Río de la Plata, pero también escucho rock, escucho música clásica y tengo influencias de la música del Brasil y escucho música contemporánea. Lo que sí considero es que soy un músico de acá, que nació en Uruguay y no puedo sonar como si fuera un noruego, un canadiense o un nigeriano, sino estaría de algún modo fallándole a mi cultura.

–¿Qué le pasa como artista cuando ve que otros músicos reversionan canciones suyas?

–Es cierto que mis canciones en los últimos tiempos son muy versionadas por muchísima gente, en Argentina en particular, y eso a mí me da mucha emoción porque nunca me olvido que durante muchísimos años, en mis comienzos y en los veinte o treinta años que le siguieron, nadie hacía canciones mías, pasaba totalmente desapercibido. Pero de un tiempo a esta parte, de diez o doce años para acá, empezó toda esta cosa tan linda, esta ola tan grande, de infinidad de colegas y jóvenes que cantan mis canciones, así que para mí es muy emocionante. No hay nada más lindo para un compositor que otros colegas elijan nuestras cosas para integrar su repertorio.

–Artistas como Jorge Drexler se han referido a usted como un “maestro” y han hecho valoraciones muy positivas sobre su obra. ¿Cómo siente estos comentarios?

–Es muy lindo, ahora te diré que el maestro es él. Jorge ha hecho una carrera increíble, con una gran originalidad, es un letrista de altísimo vuelo, un músico formidable y con mucha formación. Él vaya a donde vaya llena teatros y lugares grandísimos, la gente lo adora; se ha convertido hace muchísimo tiempo en un maestro. Es un tipo muy cariñoso y afectivo que siempre me alaga mucho con sus comentarios. Jorge Drexler ha sido tan generoso conmigo que me ha abierto las puertas de muchos lados. A mí en otras épocas nadie me conocía, nunca había ido a ninguna ciudad de Argentina hasta hace unos diez años, y a mí eso un poco me preocupaba y no entendía por qué, hasta que en un momento Jorge Drexler empezó a hablar de mí a los periodistas, a los productores, a otros músicos, a insistirles que me escucharan y que me tuvieran en cuanta, y ahí se empezó a abrir esa puerta tan linda que hoy me da tantas satisfacciones y felicidad, que es poder ir a Argentina. Fue gracias a él así que imagínate lo agradecido que estoy. Él logró que yo tuviese un trabajo y una carrera en Argentina.

–Lo escuché decir que su trabajo se difundió dentro de Argentina en los últimos años. ¿A qué adjudica esta “tardanza”?

–No lo sé, no sé por qué se demoró mi conocimiento entre ustedes, nunca lo supe muy bien. De repente mi material, mis canciones, mis discos, son un poco más áridos, no los pasaban por la radio. O mi manera de cantar, que yo sé muy bien que a mucha gente no le gusta, o el hecho de que soy una persona poco propensa a la autopromoción, a llevar mi material e insistir y golpear puertas, que hay que hacerlo, yo sé que en esta profesión uno tiene que promocionarse y hacer todo lo posible para que lo conozcan, pero confieso que en ese aspecto he sido un poco quedado, pero por suerte eso se solucionó y ahora la cosa marcha mucho mejor.

–¿Qué rol tiene la música y el ser artista en su vida?

Si no fuera músico me hubiera muerto de tristeza, porque es tanto lo que me ha dado la música, mucho más de lo que yo soñaba, mucho más. Me ha dado el poder encontrarme en un teatro con gente que me escucha atentamente y me aplaude; ir por la calle y que una persona desconocida me salude y me diga una cosa linda; me ha dado también la supervivencia y una especie de seguridad mental y confianza en mí mismo que quizás de más joven no tenía, como sentirme conforme conmigo, que es algo tan difícil de lograr en la vida. Poder ir por la calle y ver en la vidriera de una disquería un material con mi cara, es impagable. Cuando sos joven y empezás, todos soñamos con poder grabar, subirte a un escenario prestigioso de tu país, ver una fiche con tu foto o un video tuyo en la televisión, son todas cosas tan hermosas que a mí me pasan a menudo y me llenan de alegría y felicidad todo el tiempo.