Por Mario Luzuriaga

Vicente Feilú es uno de los más grandes músicos de la escena cubana.

Creador de la «Nueva Trova Cubana» con otros grandes como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, se presentó en Rosario ayer por la noche  en «El Aserradero» (Montevideo 1518), y realizó un recorrido por toda su amplia carrera.

Antes de su actuación Feilú dialogó con Conclusión acerca de su música, el Che Guevara, Mercedes Sosa y muchas cosas más.

¿Cómo lo recibió el público rosarino en su presentación?

—Se encontraron con un Vicente más viejo (risas), pero hubo canciones nuevas y otras muy viejas y que se sienten nuevas. Hice un recorrido por mi obra y lo que canto un poco siempre. Me encanta cantar con la gente de Rosario y canté sobre el Che Guevara ya que se cumple un nuevo aniversario de su fallecimiento, y eso genera tristeza y alegría. Tristeza por el asesinato de un hombre y alegría por el nacimiento de un símbolo.

—¿Cuál es el sentimiento que tienen los cubanos respecto al Che?

—Imagínate que tu que lo hemos seguido y añorado siempre porque ha sido un paladín. No solamente en la guerrilla, sino como ser humano, de brillantez, de revolucionario cabal. Es alguien como para seguir. Mi generación fue enteramente guevarista y guevariana.

—¿Las canciones que usted le dedica al Che, son de alegría, de tristeza o de esperanza?

—Se trata de todo un poco, el Che nunca fue un hombre triste. Y su epopeya y holocausto tampoco lo fueron, es algo que liberó a la gente, aunque no haya liberado a Bolivia. Pero lo que realmente liberó fue un pensamiento, liberó una manera de actuar y de pensar. Yo hice un disco hace 20 años que se llamó «Guevariano» y todavía tiene vigencia cada vez que lo llevo a Rosario. Son canciones dedicadas a él, otras inspiradas por él y otras pensadas en situaciones muy similares en las que él pensó y vivió.

—¿Qué es lo que más le atrae del público argentino?

—Lo que me atrae del público es que tienen una tradición tremenda de buena música. De hacer buena música y escuchar buena música, hay música de autor. Y es uno de los mejores lugares donde me siento cómodo tocar.

— Ha tocado con grandes referentes musicales de nuestro país como León Gieco, Mercedes Sosa y Víctor Heredia ¿Qué recuerdos tiene de esos momentos?

—Con Mercedes fue muy lindo porque fue con Víctor a la vez, en un concierto hace muchos años en Barcelona en la que se pedía por los desaparecidos en Latinoamérica. A los organizadores no les interesaba queyo esté presente, no sé si fue por mi ideología, y entonces también estaba León Gieco, que tuvo un gesto tan grande que me hizo subir a cantar. Mercedes yo estuve cuando ella se presentó por primera vez en Cuba y estuvimos trabajando muchas veces. Con León y Víctor hemos viajado y actuado muchas veces, León es un hermano y lo que ha hecho con «Mundo Alas», es algo brillante y algo que le apretuja el corazón. Solo un ángel puede hacer algo así.

—¿Y con sus pares como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés?

—Con Silvio nos conocemos desde que estábamos en la secundaria sin pensar de hacer música, somos como familia. Y con Pablo tuve momentos muy especiales con él, y uno de esos fue cuando estrenó mundialmente la canción «Mis 22 años», que es el eslabón perdido entre la vieja y la nueva trova.

—¿Ve esperanza en Latinoamérica y que el país del norte deje de entrometerse tanto?

—Es muy difícil, la esperanza nunca se pierde porque sino estaríamos absolutamente jodidos. La realidad no nos da esperanza, porque no estamos unidos como tendríamos que estar. Es terrible porque el mundo va camino a una hecatombe grande y no precisamente por la gente que se quiere defender. Si alguien viene y te pega, tu vas a responder de la misma manera. Ya los países chicos se están armando y los grandes están asustados porque no les gusta que los chicos tengan armas nucleares. Si los grandes han pasado toda su vida tirando bombas, puede que llegue un momento en que los chicos se levanten, no será bonito, ni agradable, pero ocurrirá. Ojalá llegaremos a la mitad de éste siglo.

—¿Qué es la música para usted?

—Es algo tremendo, Martí decía que es el alma de los pueblos. Lo que puedo decir es que la canción es un arma estratégica y que es más temible que los medios de comunicación. Los medios podrán no difundir o bloquear, pero la música sigue de generación en generación. Por eso se siguen cantando tangos y en Cuba canciones del siglo XIX. Y también tenemos que hacernos una gran pregunta eterna ¿Dónde carajo está Santiago Maldonado?