Alberto Ajaka es uno de los actores que triunfa en televisión, en cine y en teatro.

Su primer gran éxito fue «Guapas» en donde tenía una relación sentimental con el personaje que interpretaba Carla Peterson. Pero ya venía haciendo grandes actuaciones como lo hizo en teatro interpretando a «Juan Moreira».

Este año protagonizó una de los unitarios del año como lo fue «El Lobista» junto a Rodrigo de la Serna, pero también estuvo participando en producciones santafesinas cinematográficas como «El silencio» y «Cauce».

Pero este domingo 23 de septiembre lo trae, junto a un gran elenco, protagonizando «Hamlet», el clásico de William Shakespeare.  La cita es en el Teatro La Comedia, a las 19.30.

Antes de su llegada dialogó con Conclusión.

—Llegan este domingo con este gran clásico a Rosario

—En Buenos Aires estamos todos los fines de semana con funciones y está bueno poder salir a mostrar esta obra. Hace unos cuantos meses que está la obra en cartel y también estuvimos de gira por La Plata y fue extraordinaria. Esperamos que lo mismo suceda en Rosario.

—¿Siempre es un desafío interpretar un texto de Shakespeare?

—Si efectivamente, es un desafío que empieza cuando aceptaste el ofrecimiento. Por suerte comparto elenco con grandes compañeros y van a ver una puesta actoral sólida.

—Cambiando de tema, tuviste un año importante en tele ya que estuviste en «El Lobista».

—Tomé la decisión bastante férrea de hacer una construcción de su apariencia sesuda. Veía cómo se podía comportar, cómo tenía el pelo, cómo se iba a vestir, el nudo de la corbata; eso me fue organizando ciertos comportamientos, sumando a los que ya estaban supeditados en el guión.

—¿La relación de «gato y ratón» que tenes con el personaje de Rodrigo de la Serna fue creada por ambos?

—Está sugerida por el guión pero después la fuimos trabajando los dos, más que nada creamos esa «complicidad» que tienen los personajes. Vos entendías que eran enemigos íntimos y de alguna manera buscamos ciertos puntos con el director, que fue Daniel Barone, que refuercen esa relación.

—También has hecho cine en Santa Fé.

— Hice «El silencio» y «Cauce» fue una experiencia bárbara, salvo el calor agobiante (risas). La onda de los chicos fue muy buena, hice amigos y fue importante desde el primer momento que me llamaron. Lo interesante de estos chicos es que hacen sus películas desde su lugar de origen y muestran mucho de ese lugar y eso me parece re importante.