Rubén D’Audia, director del Teatro Nacional Cervantes (TNC), donde comenzaron los ensayos de las obras ganadoras del concurso «Nuestro teatro» bajo estrictos protocolos sanitarios, resaltó que si bien las piezas serán filmadas y difundidas por canales digitales sin público ni el intercambio que caracteriza la actividad, se trata de una «medida de emergencia de carácter solidario para uno de los sectores más golpeados por la crisis».

«Para nosotros el teatro sigue siendo un acto vivo en un espacio y en un tiempo donde hay quienes lo representan y quienes observan esa representación, pero entendemos esta instancia como una respuesta que tenemos que dar como responsables de organismos nacionales», dijo D’Audia a Télam, a una semana del inicio de los ensayos de las piezas ganadoras del concurso del cual participaron más de 1.500 personas de todo el país.

«Dentro de las posibilidades que las condiciones sanitarias permitan, es nuestra responsabilidad llevar adelante la tarea», agregó, y señaló que la idea del ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, era «poder llegar a la mayor cantidad de participantes posibles con un estímulo económico, y eso se ha cumplido».

Las piezas serán filmadas y difundidas por canales digitales sin público ni el intercambio que caracteriza la actividad, se trata de una «medida de emergencia de carácter solidario para uno de los sectores más golpeados por la crisis».

Un total de 21 de esas obras -diez en esta primera etapa- se representarán en la sala María Guerrero del TNC, sin público, a los efectos de ser filmadas para su posterior subida al canal Cervantes Online en YouTube, en tanto que otras 12 se realizarán y grabarán en las distintas regiones del interior del país, bajo la supervisión del Instituto Nacional del Teatro.

En ese contexto, el pasado lunes 7 el Cervantes anunció el reinicio de su actividad «interna», con un protocolo específico para comenzar tareas de ensayos, montaje y filmación de las obras seleccionadas del concurso.

Para eso, se programó un esquema de regreso gradual, comenzando con una dotación mínima indispensable de personal que comenzará a trabajar por turnos y en equipos reducidos bajo estrictos controles sanitarios.

«Las circunstancias que estamos atravesando son novedosas para todos y todas», señaló D’Audia, quien recordó que, ante la incertidumbre, en las bases del concurso aclaraban que las instancias de ensayo, montaje y filmación quedarían «supeditadas a las condiciones sanitarias».

«En el medio apareció el protocolo para la actividad teatral sin público y otro para quienes trabajamos en el Cervantes por fuera del elenco, que nos permitió volver a la tarea con cierta organización respetando las normas imperantes de orden sanitario y llevar a cabo esta segunda parte de ensayos y filmaciones», contó.

Télam: ¿Cómo está resultando esta primera experiencia?

Rubén D’Audia: Tenemos diez elencos conformados, con sus directores y directoras, y con actores y actrices, más colaboradores. No podemos trabajar con más de cinco a la vez porque dentro del edificio tenemos identificados cinco espacios con la distancia suficiente entre sí y, a la vez, cada espacio tiene los metros cuadrados y sistemas de ventilación necesarios. Será un trabajo escalonado de diez ensayos por obra, que será registrada audiovisualmente en la sala María Guerrero, que es la más grande, con la cantidad de metros cuadrados necesarios para las cuatro cámaras y un equipo mínimo necesario. En términos concretos, empezamos con un solo elenco esta semana y se irán incrementando.

T: ¿Cuán complejo está resultando congeniar el trabajo artístico con las disposiciones sanitarias?

RD: Es una instancia casi experimental de cómo llevar a cabo una puesta teatral dentro de la pandemia, de lo que la pandemia nos está obligando a hacer: distancia social, ensayos con una logística donde se sanitizan todos los elementos antes y después del uso, la utilería, todas las personas de las áreas técnicas con tapa nariz y boca además de pantalla plástica facial. Somos optimistas, pero el Covid-19 nos plantea una realidad dinámica manteniendo como prioridad la salud de los involucrados en el proyecto.

T: ¿Qué aprendieron de esa nueva normalidad tan dinámica?

RD: Estamos haciendo algunos aprendizajes que creemos que son significativos. A pocos días de que empezó la pandemia arrancamos con el Cervantes Online, nuestro canal de YouTube, donde repusimos espectáculos que se habían dado en nuestras salas y que tenían un registro audiovisual que técnicamente permitían volver a emitirlos. Más de 600.000 usuarios ingresaron a la plataforma para ver contenidos gratuitos. Mucha gente del interior agradecía la herramienta por tener, por ejemplo, la posibilidad de ver «Jettatore», la última puesta de Agustín Alezzo en el Cervantes. Hacia adelante, cuando la normalidad impere y volvamos a hacer el teatro que conocemos, pensamos incorporar los espectáculos mejorando esos registros y una vez que el espectáculo haya terminado su vida en el escenario, que pueda tenerlo abierto a la comunidad