Por Mario Luzuriaga

El tango es la música que nos define, grandes exponentes han llevado hasta los más alto a nuestro país en el mundo entero.

Por más que pasen los tiempos sus canciones, ritmos y demás melodías permanecen e invita a nuevas generaciones a que se meten en ese mundo poético.

Es ahí donde se encuentran jóvenes músicos que se comprometen con ese material y lo fusionan con otros géneros. Este es el caso del «Quinteto Negro La Boca», que se presentan hoy miércoles a las 21.30 en el Centro Cultural Fontanarrosa.

Pablo Bernaba, integrante del conjunto, dialogó con Conclusión acerca de la presentación en la ciudad.

—¿Cómo se preparan para el recital que brindarán en el Centro Cultural Fontanarrosa?

—Vamos seguido, en 2015 presentamos el disco «Tangos libertarios» en el cual estuvo Osvaldo Bayer y la rapera Malena Galesio. El público rosarino que tenemos ya está armadito y al menos estamos por ahí una vez al año. En esta oportunidad vamos a ir con la formación más cercana a la completa, ya que vamos a llevar a los cantores femeninos y masculinos, y vamos a incluir una batería. Vamos a ir con una versión más eléctrica con bandoneón, bajo y guitarra eléctricas, piano y saxo.

—¿Cómo hicieron para fusionar los otros géneros con el tango?

—Todos veníamos de una formación de tango en distintos espacios y estilos. Después armamos un grupo que toque las milongas con un estilo más de Pugliese, que es la escuela de la que vengo. Tenía más identificación con esa escuela, si bien también seguimos a Piazzolla, pero la base orquestal es la ya nombrada. Después arrancamos sin muchas pretensiones estéticas y en camino fueron apareciendo un montón de cosas para que se abra por distintos caminos.

—¿Te gusta que el tango vaya evolucionando al fusionar los estilos?

—Si, me parece que el tango siempre tuvo mezclas ya desde sus principios. La palabra «evolucionar» me da un poco de reparo, no creo evolucionemos el tango. Pero creo que el tango se nutrió de otras músicas, es totalmente cosmopolita y hecho por un crisol de razas. Tiene el ruido del exilio, del Riachuelo, del despojado, del desamor; pero a lo que voy es que tiene muchas influencias. El tango es un movimiento en el que confluyen varias vertientes y es muy heterogéneo.

—Llama la atención lo que se escucha en «Cruces Urbanos» ¿Qué pasa cuando invitan a exponentes de otros géneros populares a que compartan la experiencia?

—Lo que buscamos es primero el concepto del disco, que es cruzar el tango con otros géneros junto a sus referentes; y después contactarlos. Ya venimos haciendo ciertos cruces en «Tangos libertarios» con gente del rap y con la murga «Falta y resto». Pero con este disco profundizamos esa fusión con Chango Spasiuk, 2 minutos, La Missisippi y Antonio Ríos. Se fue dando y va a haber un segundo volúmen.

—¿Soñas tocar con alguien en especial?

—Mirá para el próximo va a estar Raly Barrionuevo, Miss Bolivia, Kapanga, Victor Heredia, entre otros. Va a estar muy bueno y me gustaría también trabajar con Skay, Pablo Lescano, León Gieco y René Pérez.