Por Federico Morel

La historia de “2 Minutos”, icónica banda punk argentina, marcó en su génesis el particular contexto político que transitaba el país, con la salida del primer gobierno democrático a cargo de Raúl Alfonsín, luego de la dictadura, casi anunciada y un complejo ánimo social.

Entre especulaciones y saqueos, el punk iba tomando protagonismo en aquella época como la voz cruda y resonante de una generación que pretendía ser escuchada a través de un ritmo veloz y simple, pero con un mensaje contundente en sus letras.

Es así que Walter “Mosca” Velásquez, junto a Alejandro “Papa” Ainadjian, se encuentran con Marcelo Pedrozo en un recital en la Casa de la Cultura, pleno Parque Japonés de Buenos Aires, y comienzan a pensar en la necesidad de armar una banda al mejor estilo hardcore-punk.

Conclusión pasó una tarde noche con el cantante y líder de esta agrupación que, sin tener muchas expectativas al inicio de su carrera artística, le pusieron voz a los reclamos de jóvenes de clase trabajadora, de varias generaciones, que encontraron cánticos de lucha en las letras de “Dosmi”. Se dio una rica charla, con anécdotas e historias imperdibles.

-¿Cuándo se formó “2 Minutos” y cómo comienza la banda?

– Hace treinta y tres años. Hacía frío, era invierno y cerca del Jardín Japonés en Buenos Aires había una plazoleta, se llamaba Casa de la Cultura. Tocaban bandas de rock, había un escenario, yo había ido a ver una banda rockabilly de esa época, que sacó dos discos. Era “Los Casanovas” y estamos hablando del invierno del ’87. Ahí conocí una parejita de punkis y resultó que eran de mi barrio pero que nunca los había visto. Charlamos pum, pam, pim, ‘yo te veo cara conocida’, ‘yo a vos también, ‘¿vos sos de Valentín Alsina?’, ‘sí’ le dije, ‘yo a vos te crucé en el bondi’. La cosa que el chabón era baterista y se había separado de su banda que se llamaba Cacaviva y yo tenía una banda en la cual el Papa tocaba el bajo conmigo. Se llamaba Héroe Camps, que también se había separado. Entonces le digo, ‘mirá loco, vos tocas la batería, yo tenía una banda que se separó, yo soy cantante y tengo bajista’. Empezamos a hablar de las bandas que seguíamos cada uno y caíamos todos en bandas de punk y hardcore. Y ahí fue el encuentro, tomando vino en cartón económico, por supuesto. Ahí empieza el embrión. Nos pasaron un montón de cosas, no conseguíamos guitarrista.

– O sea que arrancaron sin guitarrista…

– Teníamos unas cancioncitas, que “zapábamos” con chicos del barrio, no cazaban un fulbo de punk rock y de hardcore punk. Nos hacían la segunda pero no le cazaban la onda.

-Se dice que tocaron por primera vez el día que asumió la presidencia Menem, ¿es cierto?

– El país estaba descontrolado, era la época del presidente Alfonsín con hiperinflación a full, saqueo en supermercados, etc. Yo no recuerdo cuando sube el sucesor, Carlos Saúl. Nosotros tocamos por primera vez en un bar que se llamaba El Bondi. Creo que sí, ya había asumido. Era un momento re jodido.

-¿Cómo era el contexto social en ese momento?

– Se corría la voz de que iban a reventar un supermercado. Los almacenes de barrios la flasheaban. Había como una tensión general. Era una cosa muy loca. En esa época yo laburaba de cadete. Siempre laburé de cadete.

-Recién en el ’94 sale Valentín Alsina. Un disco icónico…

– Veníamos tocando mucho. En el ’92 sacamos un compilado de 8 bandas y sacamos dos canciones: ‘Ya no sos igual’ y ‘Arrebato’. En el ’94 sale a la palestra nuestro primer disco, ‘Valentín Alsina’. Nosotros no sabíamos que iba a ser así. Firmamos contrato con una compañía multinacional que en su momento se llamaba Poligram, y que ahora vendría a ser Universal. Y dijimos ‘qué bueno que vamos a tener el primer disco, vamos a cumplir un año y nos van a pegar una patada a los cuatros, pero por lo menos ya tenemos el disco’. La cosa que salió ese disco y explotó, no entendíamos nada. Fue disco de oro y platino. Salimos como banda revelación en el suplemento “Sí”, de Clarín. Toda una revelación.

-¿Por qué creés que ese disco fue tan popular en esa época?

– No tengo la menor idea. Hasta el día de hoy, ‘no sabe no contesta’, porque no sé qué explicación darle a esa pregunta, y me la han hecho un montón de veces y no sé qué contestar. Estuvimos en el momento justo. Sinceramente, no lo sé.

-Contiene canciones, como ‘Novedades’, cuya letra parece de actualidad…

– Ese es un tema que al día de hoy, lamentablemente, sucede. Y eso lo escribí a principios de los ’90 y fue plasmado en nuestro primer disco que es del ´94. Y, lamentablemente, sigue sucediendo.

-¿Cómo surge la participación del escritor y periodista Enrique Symns en la canción Mosca de Bar?

– Yo fui cadete de la revista Cerdos y Peces. No recuerdo bien pero desde el ’89 al ’91. ‘Andá al bar del gallego y decile lo de siempre para Enrique, un vodka con Gancia, que en la canción lo nombra, a la mañanita’. Para mí fue genial, aparte era lector de Cerdos y Peces desde el principio. Yo entré en la segunda etapa y era un ávido lector de esa revista. Enrique había sacado su primer libro que era la banda de Los chacales, que es muy bueno. Y entro a trabajar ahí, para mí fue genial, y con Enrique la mejor. Entonces cuando grabamos el disco, yo le quería hacer como un homenaje a Enrique. A él siempre se lo comparó con Bukowski. En esa época había salido una película que se llama Barfly, donde Micky Rourke hace de Chinaski y Faye Dunaway de prostituta y que se tradujo a ‘Mariposas de la noche’. Entonces dije, cómo le van a poner a esta película Mariposas en la noche si Barfly le dicen los americanos al borrachín que está siempre ahí. Hice una historia para Enrique, la titulé ‘Mosca de bar’, por la película que debería haberse llamado así.

-¿Cómo fue tocar bajo la modalidad de presentación streaming?

– Es muy raro. Se extraña mucho lo anterior a esta pandemia. Tuve dos experiencias. En julio o agosto fue el Cosquín virtual, donde tocamos en vivo “posta posta”, es decir treinta minutos a las chapas. Dije hola somos ‘2 Minutos’ y estamos tocando “posta posta” y arrancamos, y al único que veía era a nuestro asistente que estaba al costado del escenario. Después, a un amigo nuestro como a una cuadra dentro de un Luna Park vacío, que lo he visto lleno un montón de veces, y un muchacho que estaba abajo del escenario que era el que manejaba la grúa de la cámara. Y miraba y decía estamos tocando en el Luna Park vacío. Igual nos re concientizamos con que íbamos a salir a matar, en el buen sentido de la palabra, y del otro nos estaban viendo por una tele, una notebook, celular, en la compu, una Tablet, como sea, y fue raro pero es la única forma que tenés. Después hicimos el streaming nuestro en el Malvinas Argentinas que también es un lugar muy grande. Eso fue el 19 de septiembre, y todo lindo pero raro a la vez, sin público con las cámaras que te están filmando. Ojala que termine esto de una vez. Extrañamos mucho salir de gira, tocar, viajar por todas las ciudades posibles que se pueda”.

-¿Extrañan tocar en el escenario?

– Extrañamos horrores, te querés matar. A veces en Instagram mirás y decís, mira esta foto y estábamos todos felices y ahora estamos todos encerrados con barbijo. Y así como nosotros hay un montón de bandas más, millones, ¿no? Deben estar extrañando eso.

-Disfrutás de tocar en Rosario. ¿Cómo es la relación con esta ciudad?

– La primera vez que vinimos a Rosario fue en el año ’92 en un club al aire libre, pero no recuerdo como se llama. Ese fue nuestro primer desembarco en esta ciudad. Hemos tocado en millones de lugares que ya no existen más, pero hemos tocado mucho siempre. La última vez que vinimos fue el año pasado cuando estábamos festejando el cumpleaños 25 de Valentín Alsina. Creo que tocamos en la Sala de las Artes.

-¿Pensás que el punk puede relacionarse de forma dinámica con los nuevos géneros musicales?

– Yo conozco el trap. Tengo un hijo adolescente y cuando viene a casa ponemos Youtube y le digo vamos a poner un tema y un tema. ¿Y esto qué es, dónde quedó lo que papá te enseñó? Yo no sabía ni qué era y me presentó bandas de acá, de allá, y conozco bastante por él y todo bien. Yo creo que es un estilo el trap, que hace rato que está, que se ganó su lugar y es un estilo de música que vino para quedarse. Yo creo que se puede llegar a dar, asumo que sí. Es un estilo que la viene batallando y que me parece salió de las riñas de gallos. Le ponen ganas y están todos a pleno. A los chicos y chicas que están haciendo este género les va muy bien.

-¿Hay “2 Minutos” para rato?

– Hasta donde dé este cuerpito y esta cabecita, y la salud nos acompañe, yo creo que le vamos a seguir dando.