Por Gisela Gentile

La serie “El juego del calamar” que se encuentra disponible en la plataforma Netflix, ha traído una serie de debates profundos. Muchos de ellos ligados a la crueldad y violencia que carga cada uno de sus episodios, situación que ha despertado la intriga de los usuarios que hacen multiplicar cada día más sus reproducciones.

Esta serie surcoreana ya es un éxito. La historia que narra un sádico concurso de supervivencia inspirado en juegos que muchos hemos jugado en la infancia, va camino a convertirse en la serie más vista de la historia de Netflix.

Si bien es necesario seguir profundizando lo que acarrea que este tipo de lanzamientos sean los más vistos, o sobre la influencia que pueden tener los contenidos sobre adolescentes, y ni hablar si la misma es observada por niños y niñas. Claro está que muchas veces, no es necesario verla exclusivamente en esa plataforma ya que, en muchas oportunidades, llegan a ojos de los más pequeños mediante reels o publicidades de Youtube.

Más allá de lo anteriormente mencionado, resulta interesante poder destacar y visibilizar cuando una serie o episodio puede acarrear problemas directos e inmediatos en la salud de quienes deciden mirarla. Sin ánimos de spoilear contenido, es necesario aclarar que, debido  a las quejas de los usuarios, en el cuarto capítulo de la serie, Netflix ha tenido que incorporar un cartel avisando a los espectadores fotosensibles por una de sus escenas. Ya que la misma puede producir malestar, fatiga visual, dolores de cabeza e incluso ataques epilépticos.

Las quejas de los seguidores se centran, especialmente, sobre una escena del capítulo 4 donde aparece una secuencia de destellos de luz que forman un efecto estroboscópico. Para asociarlo con algo más habitual y cotidiano, es similar a aquel que se produce en las discotecas cuando las luces se prenden y apagan rápidamente. Debido a esto, la plataforma ha tenido que incluir una advertencia.

Para analizar sobre el efecto estroboscópico y la conexión con la epilepsia, Conclusión consultó con María Marta Bertone, presidenta de Fundhemi (Fundación de Hemisferectomía). Dicha fundación agrupa a familiares y pacientes que hayan o estén por realizarse una Hemisferectomía, que es la cirugía más radical del cerebro, y consiste en la eliminación o desconexión de uno de los hemisferios cerebrales con el fin de detener o disminuir las crisis epilépticas. “En la mayoría de las personas las crisis se producen espontáneamente. Pero existen crisis epilépticas reflejas que son inducidas por estímulos sensoriales específicos”.

Si bien los ataques epilépticos pueden tener diferentes causales, hoy nos enfocaremos en este efecto que puede observase en la serie por varios minutos seguidos. “En el caso de la epilepsia fotosensible son crisis desencadenadas por el estímulo luminoso: la mayoría de las veces por luces parpadeantes durante segundos o minutos como el sol entre los árboles, luces de boliches bailables, videojuegos o hasta telas a rayas”, aclaró.

>Te puede interesar: Sacar a la epilepsia de las sombras

Es por ello que, como parte de la rutina de los estudios de diagnóstico, está los electroencefalogramas. “Durante la realización de los mismos, en muchas oportunidades  se agregan estímulos de luces para evaluar la respuesta de las neuronas a ese estímulo lumínico”.

Al consultarle por algunas series o dibujitos animados que puedan desencadenar este efecto, sostuvo que existen algunas buenas herramientas para poner en práctica. “Aconsejan mantenerse a cierta distancia del televisor, al menos 2 metros; mayor distancia cuanto más grande sea la pantalla. La habitación donde se vea la televisión debe estar bien iluminada y se debe reducir el brillo de la pantalla. Debiendo también usar computadoras, celulares y videojuegos con pantallas protectoras cuando se pueda, y descansar un momento cada 15 minutos de utilización”.

También aconsejó y sumó más pautas tendientes a prevenir efectos no deseados. “No es conveniente jugar videojuegos estando cansado y con falta de sueño. Evitar discotecas con luces intermitentes, y ante un estímulo luminoso centelleante que se dé inesperadamente, la mejor protección es taparse un ojo”.

Para finalizar desde Fundhemi reflexionaron sobre los avisos de alerta y la necesidad de estar informados. “Es posible adecuarse mejor si hay avisos preventivos en las películas, series, y videos que usamos todos los días. De esa manera nos permiten estar preparados para poder disfrutarlas como todos sin correr riesgos innecesarios o decidir no verlas”.

Antecedentes y advertencias

No es la primera vez que se habla del efecto estroboscópico en la televisión asiática. El uso rápido y repetido de varios destellos de luz ha sido una marca registrada por ejemplo de la saga Pokemón.

Tal fue así que en la tarde del 17 de diciembre de 1997, a las seis y media de la tarde en Japón, la cadena TV Tokyo comenzó la emisión de ‘Soldado Eléctrico Porygon’, con 4,6 millones de hogares pendientes del show. Aproximadamente 20 minutos después, durante una batalla de los protagonistas, cientos de espectadores comenzaron a mostrar síntomas como convulsiones, náuseas o vómitos, dolores de cabeza, ojos irritados, somnolencia o incluso pérdida de conocimiento. Más de 610 de ellos, la mayoría niños y niñas, fueron trasladados a hospitales, y aunque muchos dejaron de sufrir los efectos en el intervalo de una hora, más de 100 tuvieron que ser hospitalizados.

Luego de ello debieron informar con anticipación que podía producir malestar, fatiga visual, dolores de cabeza e incluso, multiplicar por tres la probabilidad de sufrir un ataque epiléptico en la audiencia fotosensible, pérdida de conciencia y ceguera momentánea.

La información empodera y es necesaria que esté al alcance y de manera previa, para que cada usuario tenga el poder de decisión sobre lo que está a punto de presenciar. Destacando que la inclusión y prevención debe salir de las grandes productoras de contenido, y no esperar a las quejas de los usuarios.