MIéRCOLES, 27 DE NOV

El Cosquín Rock cerró con más de 50 mil personas que disfrutaron de Ska-p y Ciro

También tocaron Attaque 77 y Eruca Sativa, entre otras bandas. Entre las dos fechas, hubo una concurrencia de 115 espectadores.

Ciro y Los Persas y Don Osvaldo fueron dos de las bandas más convocantes en la última jornada de la 19a edición del festival Cosquín Rock, que tuvo anoche un cierre de lujo de la mano los españoles de Ska-P y presentaciones de Eruca Sativa y Attaque 77.

Con una jornada alejada de la lluvia, aunque nuevamente los pronósticos vaticinaban lo peor, el festival cautivó más de 50.000 almas que estuvieron desde el principio caminando al sol sus remeras de Mano Negra, Los Piojos, Linkin Park, Rolling Stones, Sumó, La Renga y un millar de bandas más.

Eso es el Cosquín Rock, un espacio en el que la música hace es denominador común en una marea de idiosincrasias que cohabitan en sintonía, cuerpos que tal vez nunca hubieran compartido un mismo sitio.

Eruca Sativa inauguró en el escenario Norte, tras el show de Cuatro Pesos de Propina que ya congregaba banderas uruguayas bajo el rayo del sol, un segmento de música alternativa que despidió Carajo.

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Paralelamente, el espacio Alternativo se colmaba de veinteañeros por la presencia del fenómeno Valentín Olivia, popularmente conocido como Wos, uno de los referentes del rap y hip hop local, y campeón internacional del Batalla de Gallos.

Antes había tocado Soy Rada and the Colibriquis, una banda que fusiona el pop con los géneros urbanos y reggae, y había dejado la atmósfera propicia para la tríada Wos, Orion XL y Emanero, y la presentación posterior de Miss Bolivia.

Sin embargo, en un momento del atardecer, sin dudar entre la variedad de propuestas que la grilla ofrecía en ese horario, el público corrió hacia el escenario Sur: allí se presentaba Don Osvaldo, un fenómeno que cultiva cada día más oídos y que en esta ocasión cautivó a la mitad del predio.

La filosofía del aguante que caracteriza al rock barrial parece nunca agotarse; donde toca la banda, su público hace una fiesta con la postal de las banderas flameantes; donde la banda se presenta, su gente pone el corazón; parece ser una relación de identificación y reconciliación más que un vínculo creado estrictamente por lo sonoro, y ese afecto se respira en el aire.

En ese mismo tenor también transcurrieron los recitales de Los Gardelitos, Ojos Locos y La 25, para luego dar paso al momento reggae de la noche y bajar los decibeles con Dancing Mood, Zona Ganjah y Nonpalidece.

En ese recambio, las mayoría de las banderas se fueron mudando al escenario principal para ver a Ciro y Los Persas, que ofreció un show con sus temas más populares, recuerdos de Los Piojos, la participación de Micky Rodríguez y los juegos vocales con su público; una fórmula que nunca falla pero que ya es sabido de memoria por quienes lo siguen siempre.

Cinco años después de la última presentación de Pulpul (voz), Joxemi (guitarras), Julio Cesar Sánchez (bajo), Kogote (teclados) y Luismi (batería), la banda regresó al país para presentarse el viernes 8 en La Plata con un recital demoledor bajo la lluvia y hacer lo propio dos días después en la despedida del encuentro serrano.

Anteriormente había sido el turno de Attaque 77 con una lista de temas que logró hacer lagrimear a más de uno con clásicos para alimentar el pogo como «Espadas y serpientes», «Donde las Águilas se atreven», «Setentistas», covers y otros temas más recientes como «Como salvajes».

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