El cine argentino sedujo una vez más al público británico en el festival de cine de Londres (BFI) con una gran selección de películas como «Sueño Florianópolis» de Ana Katz, «La flor» de Mariano Llinás o «El Ángel» de Luis Ortega.
También fueron presentadas «Teatro de guerra» de Lola Arias, nominada al premio mejor documental del BFI, «Pachamama» de Juan Antín, «La reina del miedo» de Valeria Bertuccelli, «Tarde para morir joven» de Dominga Sotomayor y el corto de Nazil Dinçel «Between Relating And Use».
En el BFI, uno de los festivales más importantes de Europa, que comenzó el 10 de octubre y culmina mañana, fueron presentadas más de 200 películas de 77 países.
La realizadora Ana Katz contó que fue una experiencia privilegiada el haber estado en el festival de Londres. En «Sueño Florianópolis», que ganó el premio especial del jurado del Festival de Karlovy Vary, en República Checa, Mercedes Morán, también premiada por su actuación en este filme, interpreta a una mujer que acaba de separarse pero que aún sigue con su marido (Gustavo Garzón) y decide irse de vacaciones a Brasil junto a sus hijos adolescentes y vivir el desafío de estar juntos pero separados.
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Al finalizar la función Katz dijo que tuvo la oportunidad de descubrir que era su película era «más universal» de lo que pensaba. «Quizás yo creía que era más local porque está hablada en un 80 por ciento en portuñol», explicó la realizadora, quien contó que en cambio percibió cómo el público conectó con los temas de la película.
A su vez Elisa Carricajo, una de las protagonistas de la película «La flor» escrita y dirigida por Mariano Llinás, destacó la comunicación y la conexión con el público con situaciones y temas de los que ella creía que eran muy locales, como el humor.
«La Flor» es un evento cinematográfico sin precedentes en la historia del cine argentino, en el que su director trabaja a través de diferentes géneros y estilos a lo largo de 840 minutos divididos en seis episodios y proyectados durante tres días.
El film, que es protagonizado también por Pilar Gamboa, Laura Paredes y Valeria Correa, integrantes todas del colectivo Piel de Lava, fue filmado durante diez años con las mismas actrices y con episodios narrativos muy diferentes.
