La cumbia santafecina, con su sonido alegre y tropical, ha alegrado a miles de familias y diferentes tipos de personas en los diferentes contextos sociopolíticos de la historia de la región, y este escenario de cuarentena a raíz de la pandemia, es un capítulo más de esas páginas escritas con ritmo y sabor.

Dentro del circuito de la cumbia, en Santa Fe existen varios referentes que transitan este oficio y profesión desde hace décadas, y mencionan que jamás pasaron por una experiencia como esta, en donde no pueden trabajar hace más de cinco meses.

Ezequiel Luis Romero, más conocido el ambiente artístico como el «Brujo» Ezequiel, es uno de esos artistas que han levantado la voz, junto a Tito Pennesi, Paco Perez de La Contra, Coty Hernández, Grupo Cali, Kaniche, Juanjo Piedrabuena, Trinidad, entre otros, para pedir a las autoridades gubernamentales una ayuda para palear la situación extrema que viven los trabajadores de la cumbia en cuarentena.

Las respuestas desde Provincia aún no llegaron. «Hasta ahora no tuvimos ninguna respuesta, no nos prestan atención. Los políticos tienen sus tiempos. Ellos saben especular. En negociaciones, no le vamos a enseñar a nosotros. Hay gente que está muy mal. Es preocupante todo esto. La situación de los colegas no es buena«, mencionó el icono de la cumbia.

El Brujo Ezequiel es un artista de la cumbia santafecina con todas las letras. Es parte de la historia de un género que ha logrado traspasar fronteras geográficas como culturales. Pero en este momento, está angustiado: «Se extraña mucho el escenario, pero más allá de eso, siento mucha tristeza y estoy muy preocupado por esta situación. En lo particular estoy bastante tranquilo y bien, pero hay mucha gente que no la está pasando bien y eso es lo que me preocupa».

Por lo pronto, sigue trabajando junto a muchos artistas de la movida tropical nacional desde su casa y se siente «un privilegiado porque tengo muchos amigos«. Al consultarle sobre su última participación con el reconocido productor y vocalista de La Repandilla, Oscar Belondi, el santafecino contó que con «Oscarcito decidimos hacer algo juntos, y esta bueno eso. Es un gran amigo. Había hecho dos canciones mías: Traigo una rosa y Voló para el cielo. Me los hizo conocido en toda Latinoamérica, porque el toca en todos los países».

Pero no solamente con él, sino con muchos artistas de la zona. «He hecho canciones con varios artistas. Con Mario Pereyra, con Mario Luis, con La Contra, he tenido varias experiencias. Casualmente vamos a grabar el viernes algunos inéditos. También con un grupo de Rosario que hace otro estilo, la Rosca Callejera».

La trayectoria del Brujo Ezequiel se ve consolidada en los 35 discos que lleva grabados en su carrera. Pero esto no es solo azar. Ezequiel repasó su carrera: «Son 41 años, era un chico. Siempre me gusto la música y nacido en Santa Fe estaba más obligado a hacer cumbia. Me decidí a armar un grupito de barrio que se llamó Aguamarina de Santa Fe, eso fue en el ´77. Después pasé a Tropical Maracaibo, que ya era un grupo más importante, tocaba en todos los bailes. Pasé por Los Tropicanos, por Los Tekilas y después pasé por Trinidad en la década del `80″.

La agrupación Trinidad fue un puntapié educativo para El Brujo, ya que en esa orquesta «empezamos muchos más profesionales, a grabar, tocar en todas las provincias y fue una muy buena enseñanza. Aprendí mucho«.

Su carrera solista comienza «cuando me voy de Trinidad en el 91 y grabé La Voz, con el hit La gorda me quiere». Sin perder tiempo, Ezequiel comenzó su segundo material, «Un grande«, donde ya ingresó en el sello Musigran, y después «entré a un sello muy grande como es Fonovisa y, en ese momento, fue un despegue muy importante con el disco Simplemente Ezequiel«.

Desde ese momento la carrera de Romero ha ido en ascenso. Siempre arriba del escenario, por lo este momento tan particular hace que el Brujo extrañe el escenario. Lo que no ha sido impedimento para comunicarse y estar en contacto con su gente, con sus seguidores, lo que para este artista de vieja data, es fundamental.

«Yo soy natural. Uno cuando no finge las cosas les salen bien. Es mutuo el cariño que nos tenemos con la gente, porque yo me siento bien con ellos y ellos se sienten bien conmigo. Yo creo que es como todos, la gente se da cuenta cuando le mentís. Yo trato de ser lo más natural posible», expresó el cantautor santafecino, y explicitó: «Lo hago lo mejor posible siempre y lo hago entregado por completo a mi profesión».

Para el Brujo no hay secretos en cuanto a lo artístico. Las cosas pueden salir «bien, regular o mal, pero siempre entregándolo todo, no hay que guardarse nada» en este oficio de alegrar a la gente. Y en este sentido, el artista es muy creyente: «Mientras Dios me de fuerza seguiré. Yo soy muy creyente. Hasta que Dios lo decida voy a seguir cantando».

Deseos de tocar y trabajar

El Brujo no para de grabar, escribir y producir. Más de cuatro décadas trabajando en un circuito que resulta poco agradecido con los artistas. Al preguntarle sobre los altibajos de la profesión, el cumbiero expresó: «Son cinco minutos que a veces uno se le van las ganas. En este momento no, tengo muchas ganas. En otro momento quizás si por el cansancio físico, el cansancio psicológico. Pero dura cinco minutos, en este momento tengo muchas ganas de salir a tocar«.

Los proyectos de trabajo no cesan. El Brujo mencionó que con su orquesta están «preparados para salir al ruedo cuando lo decida este virus», pero mientras tanto, «hice un video y una canción con La Contra, que fue Loco y la está rompiendo en Youtube y ahora vamos a hacer al revés con mi grupo, Se me va la voz, que ya la grabe hace un tiempo», en donde dos acordeonistas de gran trayectoria participan: «Favio y Paco se llevan muy bien, son amigos, son colegas, son dos profesionales y toda la buena onda gracias a Dios».

El artista santafecino, no deja de agradecer a la providencia. «Es una bendición de Dios. Yo no lo puedo explicar. Soy un agradecido. A uno le dan un don y uno tiene que aprovecharlo».

Las nuevas generaciones y las plataformas virtuales

A pesar de de tener tantos años en la movida, el Brujo Ezequiel supo adaptarse a las nuevas herramientas de comunicación. Con respecto a las redes sociales, mencionó que «nos estamos arreglando bastante bien con las redes. Por Facebook, por Instagram. Uno se tiene que ir adaptando. A lo primero cuando comenzamos a grabar en nuestra época, teníamos que ir a la Am con el disquito en la mano, si teníamos suerte íbamos en la televisión, después íbamos a la Fm. Pero ahora haces una entrevista por radio y vas saliendo por todas las plataformas. Bien utilizada es muy buena esta herramienta».

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Y en el marco de pandemia y cuarentena, «las redes son fundamentales para comunicarnos con la gente», alegó el artista de la cumbia, quien sostiene que en la cumbia, «uno nunca esta posicionado, hay que trabajar siempre. No hay metas. Uno tiene que trabajar para ir mejorando. Se van dando solas las cosas, si se tiene que dar, será así y si no se tiene que dar bueno. Pero uno trabaja para alegrar a la gente y para nosotros también porque nos hace felices».

Para el Brujo, «sin sacrifico no hay nada», por lo que personalmente, «fue muchísimo lo que sacrifique. Lucha, errores, fracasos, caídas, levantadas, hay de todo. La vida misma». Pero hay algo que el artista cumbiero tiene muy claro: «si Dios lo permite, seguiremos en este oficio con muchas ganas».