Por Hernani Natale

Establecida como una de las grandes reinas del pop de la nueva era desde su última visita al país en 2017, y con un aclamado disco bajo el brazo, la británica Dua Lipa puso en marcha anoche su serie de dos conciertos del «Future Nostalgia Tour» en el porteño Campo Argentino de Polo, con un show a puro baile, color y pegadizas canciones retrofuturistas que confirmó sus pergaminos.

En un set que abarcó la totalidad de su consagratorio álbum, más algún que otro hit en colaboración y apenas algún breve repaso por su pasado, la joven diva se puso al frente de un espectáculo que emuló a una discoteca desde lo sonoro y a un gran show teatral desde lo visual.

Dueña de un gran magnetismo y en plan juguetón desde la sensualidad, la estrella británica cautivó a un variado público, de adolescentes, jóvenes y familias con hijos pequeños, quienes coincidieron en acompañar con movimientos del cuerpo cada pasaje del espectáculo.

En tal sentido, fue una hora y media de canciones enlazadas que daban la sensación de estar en una pista de baile, interpretadas con una gracia sin igual y acompañadas de notables coreografías, lo cual no dejó resquicios para el aburrimiento.

No faltó el cotillón, los cambios de vestuarios y los distintos cuadros de baile para cada canción; mientras que Dua Lipa aportó su sex appeal y sus buenas interpretaciones.

En tanto, la selección del repertorio giró en torno a la totalidad de su último trabajo, caracterizado por un pop que pareciera inspirado en el de décadas atrás, por lo que el show también fue conceptualmente una especie de viaje emotivo sonoro pero con creaciones nuevas.

Aunque también es cierto que esta elección significa una aceptación total de que finalmente se encontró el camino artístico buscado. Es elocuente que el resto de las canciones interpretadas sean colaboraciones recientes, como el caso de «Cold Heart», y apenas dos viejos éxitos, «Be the One» -muy coreada, por cierto- y «New Rules».

Los sintetizadores y las pistas de aires tecno fueron grandes protagonistas, al punto que la banda en vivo integrada por un baterista, un bajista, un guitarrista y una tecladista, quedó en un segundo plano durante gran parte del show. Apenas la irrupción de un solo de guitarra o una buena línea de bajo en «Levitating» rompieron ese esquema.

Quienes sí tuvieron una preponderancia casi a la altura de Dua Lipa fue el numeroso cuerpo de baile y las coristas, aliadas indispensables de la estrella británica, quien solo tuvo unos breves momentos solitarios en el escenario y fueron en pasajes de canciones más intimistas.

Pero más allá de las irresistibles melodías y del impacto visual, sin dudas todas las miradas se las lleva la protagonista de la noche, una suerte de sucesora de Kylie Minogue, con sus delicados pero sensuales movimientos, su carisma de aire distante y, tal vez lo más importante, su buena voz.

Todas estas cartas se mostraron ya desde el arranque -con una puntualidad digna del país de origen de la artista-, cuando luego de una introducción de música electrónica grabada, irrumpió en el escenario Dua Lipa con «Physical». «Buenas noches, Buenos Aires. Aquí comienza la fiesta», dijo en castellano una Dua Lipa enfundada en un ajustado traje verde, uno de los tantos vestuarios que utilizó.

En la siguiente hora y media, continuó una sucesión de canciones sin respiro, con apenas algún momento del cuerpo de baile en el centro de la escena, que ofició de descanso para la artista.

En esta tónica fueron pasando algunos éxitos como «Cool», «Break My Heart» -un alto punto bailable- o la épica «Boys Will Be Boys». Pero sin dudas, las grandes palmas se las llevaron la pícara «Good in Bed» y una demoledora «Levitating».

«Cold Heart» trajo en pistas la voz de Elton John y, a modo de tributo, hubo despliegue de banderas argentinas y de la diversidad por parte de todo el cuerpo de baile; mientras que «Future Nostalgia» calentó los bises con sus rimbombantes gráficas.

La gran estrella que tiene un paso arrollador sobre el escenario y que maneja un pulso de diva tuvo sin embargo sus momentos terrenales cuando el público local le manifestó su cariño. Como ejemplo, basta remarcar cuando pidió que enciendan las luces para ver a la gente ovacionarla luego de «Break my Heart».

«Estoy muy muy feliz de estar aquí. Gracias a todos, gracias por el amor, por el apoyo. Te quiero mucho, Argentina», expresó en esa ocasión, mezclando inglés y castellano.

Hacia el final, como toda fiesta que se precie de tal, hubo papel picado, grandes pelotas para que la gente la vaya pasando y reparto de corazones inflables al público.

Dua Lipa dará esta noche su última función en la Argentina para luego seguir con su recorrida mundial. Quienes fueron testigos de este paso por el país, saben que la felicidad de estas noches serán nostalgia para el futuro, pero ¿quién quita todo lo bailado?