Por Elisa Soldano

Las muralistas rosarinas Aymará Sosa y Camila Guerra, se encuentran varadas en Cusco (Perú), junto a otros quince rosarinos, a la espera de que un vuelo los traiga de regreso al país. Las artistas tenían pensado retornar a fines de marzo, pero su estadía en el país andino se prologó cuatro semanas y el regreso a Argentina se tornó incierto.

Ambas viajaron a Cusco a comienzos de marzo para participar de un festival de muralismo en el marco del Día Internacional de la Mujer, pero debido a la aparición del coronavirus y a las medidas preventivas que tomaron los diferentes países latinoamericanos, su regreso a Argentina se vio impedido.

Si bien se realizaron vuelos de repatriación, debido a su edad las muralistas fueron consideradas dentro del grupo menos vulnerable. Así, a fines de marzo les dijeron que debían permanecer quince días más en Perú y que regresarían a Argentina durante la segunda semana de abril. Sin embargo, en las últimas horas se les informó que su estadía se prolongaba otra quincena, con lo que llevarían cuatro semanas sin poder regresar a Rosario.

Camila Guerra

“Ya tenemos cuatro semanas de cuarentena. Cancelaron todos nuestros vuelos de regreso, cancelaron los derechos civiles, la policía puede dispararte o entrar a tu casa si tenés la música fuerte o si sospechan de reuniones, hay toque de queda y escasos recursos. Después de tantos días el sistema de salud está colapsado y nos miran bastante mal porque creen que nosotros (los argentinos) trajimos el virus a sus tierras”, expresó Aymará Sosa.

“En nuestro caso tenemos comida, techo y estamos bien, pero cortas de guitas de tantos días de estar acá. Pero realmente hay gente que la está pasando muy mal, casos más desesperantes por falta de medicamentos, de dinero, comida y techo. Muchos hospedajes fueron cerrando y desalojando a la gente”, contó la muralista a Conclusión.

Y agregó: “Han repatriado gente y en teoría nos tocaba volver esta semana, pero ahora nos dijeron que esperemos dos semana más, nos vienen pateando desde hace cuatro semanas”.

Cuando se dictó el aislamiento preventivo y obligatorio, había cerca de 500 turistas argentinos en Cusco. Actualmente sólo quedan 150, entre ellos diecisiete rosarinos, cuyo regreso fue postergado porque se consideró que pertenecían al sector “menos vulnerable”.

“Más allá de ser jóvenes y saludables, teníamos vuelo para antes de que termine marzo, y que de repente nos digan que nos tenemos que quedar dos semanas más cuando ya extendimos nuestro viaje cuatro semanas, es chocante. Queremos volver cerca de la familia, como todo el mundo”, sostuvo Sosa.

Las muralistas expresaron que viven días de total incertidumbre agravados por la falta de comunicación y con la amenaza de quedarse sin dinero, ya que su viaje se extendió mucho más de lo planeado y deben pagar alojamiento y comida.

“Por ahora no hemos recibido ayuda del estado peruano, aunque hemos llenado unas cuantas planillas. En Perú la salud es malísima, mucha gente piensa que nosotros trajimos el virus. Además, hay días de compras de mujeres y días de hombres. En teoría acá los hombres ‘no saben hacer las compras’ entonces los días de mujeres la cola al súper da la vuelta a la manzana, es innecesariamente peligroso”, concluyó la artista.