Por Mario Luzuriaga

La primera película que se estrenó fue «La revolución de Mayo» que data del año 1909, una película muda y argumental. Ese fue el puntapié inicial para que el cine crezca, años más tarde Argentina se convirtió en uno de los países con más producción fílmica de Latinoamérica junto con Brasil y México.

Durante 1930 y 1950 se consideró la «era dorada» del cine argentino con filmes como «Tango», «La guerra gaucha» basada en textos de Leopoldo Lugones y dirección de Lucas Demare; como así también películas protagonizadas por Carlos Gardel bajo la producción de los estudios Paramount de Estados Unidos y películas protagonizadas por grandes como Tita Merello y Luis Sandrini y no olvidarnos del entrañable hincha de Enrique Santos Discepolo. Mirtha Legrand y sus «Martes orquídeas» también fueron parte del ADN de la época.

Ya en los años 60 y 70 y los diversos gobiernos democráticos o de facto hubo cine dedicado más al público familiar y levantando la bandera de «patria, familia y propiedad» con películas que exaltaban valores morales como la familia y poniendo a las fuerzas de seguridad como instituciones como modelos a seguir. Ejemplos de esta clase de cine fueron películas protagonizadas por Luis Sandrini como «El profesor hippie», Carlitos Balá con su «Canuto Cañete» y el cine hecho por Palito Ortega que pregonaba lo que expliqué anteriormente.

Con el regreso de la democracia muchos actores y directores volvieron luego de ser perseguidos y censurados. Se volvió a respirar y hubo películas comprometidas que hablaban de lo sucedido como «La historia oficial» de Luis Puenzo que ganó el premio Oscar a la mejor película extranjera, «Plata Dulce», «No habrá más penas ni olvido», «La búsqueda» entre otras. También fue la época del «gran destape» donde las mujeres mostraban sus cuerpos desnudos y escenas de sexo fuerte con temas tabú como lo fue «Correccional de mujeres» y mucho antes Isabel Sarli en sus películas eróticas dirigidas por Armando Bo.

A la hora del humor se destacaban la dupla Olmedo-Porcel con sus películas cómicas con tintes sexistas de la época. También fue el gran inicio de la saga de «Brigada Explosiva» encabezada por Emilio Disi y las divertidas desventuras de «Mingo y Anibal» con dos grandes cómicos como Juan Carlos Altavista y Juan Carlos Calabró. Y cómo olvidar la gran comedia argentina que fue «Esperando la carroza» de Alejandro Doria junto a Antonio Gasalla, China Zorrilla y Luis Brandoni.

En los noventa nuevos realizadores y productoras ocuparon la parada y aparecieron películas excelentes como «Convivencia», «Caballos Salvajes», «Comodines», «Un lugar en el mundo», «Cenizas en el paraíso» y «Pizza, birra y faso». Realizadores como Fabián Bielinsky y Juan José Campanella en estos días abrieron caminos para exportar contenidos como lo hicieron con «Nueve Reinas» y «El hijo de la novia».

Nuevos directores aparecieron y cuentan historias nuevas y tienen una nueva visión que es lo que hace que el público consuma más cine nacional sobre el norteamericano como es el caso de Damián Szifrón, Juan Taratutto, Pablo Trapero y Adrián Caetano entre otros que han hecho obras como «Tiempo de Valientes», «No sos vos, soy yo», «Carancho» y «Un oso rojo». En estos últimos años el cine nacional creció gracias a las historias creadas y galardonadas en el extranjero como «El secreto de sus ojos» que ganó el Oscar a la mejor película extranjera y «Metegol» que fue un paso importante al cine de animación de estos tiempos que se asemeja a lo hecho por Disney/Pixar y Dreamworks.