Es sabido que existen ciertos espacios de la nocturnidad y boliches donde el derecho de admisión es la primera carta de invitación que poseen en los ingresos a los mismos.

Lo que aún no está claro es el criterio que poseen estos espacios a la hora de aplicar este «derecho», ni tampoco que política tiene cada empresa de estos rubros para aclarar a los posibles clientes la razón por la cual no aceptan el ingreso de determinadas personas.

Este fin de semana, ocurrieron dos hechos que tienen que ver con la admisión y la prohibición de ingreso de personas a boliches, bares o espacios nocturnos, aparentemente relacionadas a la apariencia, según relataron los damnificados.

Precisamente, el primero ocurrió en el bar Basquiat de Brown y Alvear, donde tres amigos que se disponían a ingresar al lugar para cenar, fueron interpelados por el personal de seguridad, quien les comunicó que no podían ingresar porque estaba lleno y no había espacio, siendo que había varias mesas desocupadas.

Uno de los jóvenes, artista rapero y productor de la ciudad, se acercó a preguntar a uno de los encargados del espacio, ya que lo conocía y este le repitió lo mismo que le dijo el seguridad.

Según el descargo en la historia de su Instagram, esto no fue así porque había mesas vacías y, además, se dieron cuenta que este seguridad tenía una actitud de rechazo hacia ellos.

El segundo caso ocurrió este domingo, cuando la reconocida trapera e influencer Chulimane, llegó hasta el ingreso del boliche La Misión en el Parque España y fue abordada por quienes custodiaban la entrada al lugar, que le dijeron que ella no podía entrar por estar «marcada».

La influencer cuenta en su historia de Instagram que cuando preguntó por qué no la dejaban pasar «no dijeron nada, sin un porqué, cero explicación, nada».

Conclusión le consultó a la trapera por la situación que vivió en el ingreso a La Misión del Marinero y como se siente al respecto.

La joven dijo que el domingo por la noche fue «a ver un amigo que tocaba porque era el Dj de la fiesta. Cuando estoy a punto de ingresar, los seguridad me miraron de arriba abajo. Cuando viene la persona que me iba a hacer pasar, me cuenta que desde la seguridad le dijeron que yo estaba marcada por lo que no podía ingresar».

«Automáticamente pedí que me dijera por qué y los patovicas me dieron la espalda, no me dijeron nada», añadió.

Y se explayó: «Me siento indignada, me dijeron que estoy marcada y no entiendo porqué. Falta de comunicación hubo y mucha. Pretendo que cuando me digan que no me dejan ingresar, me brinden un justificativo».

Sobre su descargo en las historias de Instagram, la artista dijo que no lo hizo solo por ella «sino por todas las personas».

«En ningún lugar te tienen que prohibir el ingreso por la pinta o por tu género, no puede cerrarte las puertas del lugar. Eso es discriminación, eso es violencia y en pleno siglo 21 esto no puede existir. No tengo absolutamente nada contra los organizadores de la fiesta ni la gente que trabaja en la fiesta sino con los servicios de seguridad que los boliches contratan. Deberían aprender e informarse más», concluyó.