El tribunal Meshanski de Moscú condenó a 30 días de reclusión al activista del colectivo artístico feminista Pussy Riot, Aleksandr Sofeev, por colocar banderas arcoiris en las fachadas de algunos edificios públicos en Rusia en el 68vo. cumpleaños del presidente Vladimir Putin.

Sofeev fue hallado culpable de “reiteradas violaciones al desarrollo de las iniciativas públicas” por participar en febrero en una manifestación frente el edificio de la Duma y corrió con menos suerte que otros cuatro activistas que fueron liberados, según informó el sitio web de noticias Meduza citado por la agencia ANSA.

El miércoles pasado para el cumpleaños de Putin, activistas de Pussy Riot plantaron las banderas arcoiris del orgullo LGBT en las fachadas del cuartel general de la inteligencia rusa, de la Corte Suprema, de la administración presidencial, del comando de policía del distrito moscovita de Basmanny y del ministerio de Cultura.

La acción tuvo como finalidad reclamar el fin de la discriminación hacia los homosexuales, la legislación de las uniones entre personas del mismo sexo y una investigación sobre la denuncia de raptos y asesinatos de miembros de dicha comunidad en Chechenia.

No es esta la primera vez que integrantes de Pussy Riot tienen problemas con la justicia rusa. En 2012, dos semanas antes de que Putin ganara las elecciones para un tercer mandato, tres jóvenes de la agrupación ingresaron en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú y le cantaron una plegaria a la Virgen María para que depusiera al presidente: Recibieron una condena por dos años de prisión.

Con todo, uno de los episodios más resonantes impulsados por el grupo ocurrió en los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, en 2014, en la que algunos miembros fueron agredidos con una fusta por cosacos rusos y la más reciente, en la final del Mundial de Fútbol 2018 cuando ingresaron en el estadio reivindicando al poeta coterráneo Dmitri Prigov.