Por Santiago A. Fraga

El avance voraz de la tecnología en materia de comunicación, sumado al ‘boom’ de las plataformas de cine por streaming y las transmisiones en directo de cualquier cosa, potenciadas ambas aún más por la pandemia, modificaron por completo la forma de pensar la industria cinematográfica, tanto por parte de quienes producen como del público.

En un contexto en el que además las salas continúan cerradas y es difícil tanto rodar como estrenar esas producciones, principalmente a raíz de la emergencia sanitaria pero también ante la situación económica, desde Rosario hace su aparición una propuesta inédita en la Argentina y de la que se registran pocas experiencias en el mundo.

En un mundo donde todo está inventado y correrse del eje pareciera cada vez más complicado, el reconocido director Gustavo Postiglione se lanza con “Simulacro”, una película que toma el concepto de cine en vivo para brindar una sensación única.

Quienes vean el film presenciarán una película típica, con sus respectivas actuaciones, su iluminación, sus movimientos de cámara y planos, su vestuario, sus títulos, su música, su sonido y su edición, pero con una pequeña gran diferencia: absolutamente todo estará sucediendo en vivo. Sin cortes, sin segundas tomas, sin post-producción.

Desde las escenas hasta la música, todo se estará generando en el mismo momento en que lo está viendo el espectador, con la naturaleza propia de lo que deja de estar fríamente calculado y da lugar a la apertura de un infinito abanico de posibilidades sobre lo que puede acontecer.

«Simulacro», que cuenta con las actuaciones de Lara Todeschini, Gustavo Guirado y Claudia Schujman, tendrá su estreno el jueves 4 de febrero a las 21, con su rodaje teniendo lugar en el Complejo Cultural Atlas y siendo transmitido en simultáneo por streaming desde www.octubretv.com para cualquier parte del mundo.

Foto: Andrés Nicolás.

Según contó a Conclusión y Revista 70/30 el director Gustavo Postiglione, creador de una de las obras más conocidas del cine rosarino -“El asadito” (2000)-, este cruce del lenguaje teatral, cinematográfico y televisivo que da lugar al cine en vivo “es un formato nuevo”, del que “no hay muchas experiencias hechas en ninguna parte del mundo”.

En efecto, solamente surgen dos grandes casos a nivel internacional, hechos por parte de grandes personajes del mundo cinematográfico y con grandes presupuestos.

Por un lado, Francis Ford Coppola, director de obras maestras como El Padrino, escribió un libro sobre «El cine en vivo y sus técnicas» a raíz de las prácticas experimentales que pudo realizar en universidades estadounidenses. Por otro, la primera película en este lenguaje de la que se tiene registro ocurrió en 2017, escrita, dirigida y protagonizada por Woody Harrelson. La misma se llama «Lost in London» y fue rodada en vivo y transmitida en más de 500 salas de cine de Estados Unidos, consistiendo en un plano secuencia de unos 100 minutos con una historia desarrollada a través de las calles de la capital inglesa.

Luego, se registran algunos antecedentes muy puntuales en televisión en vivo, pero nunca una película y menos en Argentina, por lo que “Simulacro” puede ser el puntapié para comenzar a explotar una forma de comunicar novedosa y que abre un mundo de posibilidades.

A su vez, la historia que narra la película también se relaciona directamente con el mundo en streaming que se vive hoy en día y las transformaciones que ha sufrido el cine en cuanto a contenido en los últimos años, enfocándose en lo que considera como “la muerte de la ficción”.

– ¿En qué consiste este formato de cine en vivo?
– Es un formato nuevo, en el sentido de que no hay muchas experiencias en ningún lado hechas, en el mundo. Entonces, de por sí, eso ya es algo interesante porque estamos planteando una forma de producir y de hacer las cosas de una forma bastante diferente a la que veníamos haciendo hasta ahora, y a su vez nos permite narrar de otra manera. Así que como que hay una doble cuestión. Por un lado, un formato de producción distinto, y por otro, un formato narrativo distinto. “Simulacro” es, fundamentalmente, cine en vivo, que es que lo que ves está sucediendo mientras lo ves. Los actores están actuando en el momento en que lo estás viendo actuar, la música se está poniendo en vivo en ese momento, la iluminación, el sonido, la cámara, todo está pasando en ese mismo momento. Ese sería un poco el concepto del cine en vivo.

– ¿De qué trata la historia de “Simulacro”?
Es una situación que tiene que ver con un ensayo de una sala de teatro, donde hay un director, una actriz y otro personaje que después entra de manera fantástica a participar de la situación. Fundamentalmente, lo que narra la historia es un debate acerca de la muerte de la ficción. Cómo una ficción hoy está totalmente preformateada, en distintos formatos, y que todo lo que vemos termina siendo una copia de lo que ya vimos, y hay un cuestionamiento a ese director que termina queriendo hacer algo que termina siendo muy parecido a lo que hacen los demás, o una copia de eso. Pensar qué hacer; de alguna manera la película intenta encontrar una respuesta a eso.

– ¿Esta muerte de la ficción es algo que empezaste a ver más en esta época de plataformas de cine en streaming o ya venía sucediendo desde antes?
– Yo creo que hace un tiempo hay algo que tiene que ver con el hecho de la repetición, fundamentalmente. Que los formatos se van ajustando a los soportes. Entonces, hoy creo que también con este año que pasó, en donde se acrecentó todo eso, quizás eso se puede ver de una manera más clara o se puso de manifiesto de otra manera. Pero eso creo que es algo que viene sucediendo desde hace tiempo. Como decir “la muerte del periodismo”, por ejemplo. Hay maneras narrativas que son típicas bien del siglo XX, fundamentalmente, del desarrollo grande, y esas formas narrativas terminan siendo de alguna manera también parte de algo que es una repetición de lo que ya vimos, y una repetición de la repetición… y no hay nada nuevo para contar. Si no hay nada nuevo para contar, ¿lo contamos o dejamos lo que ya está contado?

– Pusiste de ejemplo al periodismo, donde hay un debate que aún se está dando sobre las audiencias y si las personas ahora prefieren leer textos cortos y rápidos en lugar de notas más extensas. En cuanto a estas transformaciones del cine, ¿pensás que responde netamente al público o es algo que condujo la industria?
– Siempre hay una imposición de la industria. Es inevitable. Pero también la industria se impone a partir de ciertos gustos, no a partir de lo que supone que debe ser. De alguna manera hay una formación del gusto, un interés en que la gente vea determinado tipo de cosas, y a partir de ahí se genera la oferta. De todas formas siempre hay cosas diferentes, no todo es lo mismo, por suerte.

– ¿La idea de este formato nace de una inquietud tuya de probarlo que ya venía de antes o surgió a raíz de este contexto y de buscarle la vuelta?
– Las dos cosas. Por un lado, el contexto distinto, donde uno tiene que pensar en qué podemos hacer dentro de este contexto, pero también lo veníamos planificando de antes esto. Ya a principios del año pasado teníamos la idea de hacer cine en vivo. Obviamente que con la pandemia se paró todo, y lo retomamos ahora, pero también el inicio del año pasado nos encontraba en un lugar en donde veníamos de unos años en donde el cine había quedado bastante relegado en cuanto a la posibilidad de producir, y teníamos que buscar también otra forma de producir que no sea siempre la misma. Creo que esto nos permite hacer las cosas de otra manera, y de una interesante. No sé si todo lo que pensamos lo podemos hacer a través de esto, pero es una alternativa.

– Cuando se esté rodando “Simulacro”, ¿qué es lo que va a ver la gente?
– Al no estar la sala habilitada, todo se va a ver por streaming, por lo que la gente va a ver la película -no va a ver otra cosa ni nada del detrás-, desde la pantalla que quiera verla. Vos lo que vas a ver es una película como cualquier otra que ves en cualquier lado, ya sea en el cine, en Netflix, en Amazon. Es una película con los títulos, con los actores, con la música, con el sonido, con las luces, todo todo igual. La única diferencia es que esos que estás viendo como si fuera cualquier película, vos vas a saber que está siendo registrado en vivo en ese momento. La idea es justamente que la experiencia de verlo en vivo sea una experiencia diferente. No es lo mismo verlo en vivo en ese momento que verlo a lo mejor después, cuando vos sepas que se hizo en vivo, la historia, etc. Por eso es importante la experiencia.



– Este formato tiene una mezcla de distintos lenguajes. Por un lado mucho de lo teatral, algo de la cuestión del vivo televisivo, obviamente todo lo cinematográfico.
– Tiene distintos lenguajes que conviven, pero el criterio cinematográfico prima. Vos tenés aspectos teatrales con la misma puesta, tenés cuestiones relacionadas con la transmisión en vivo que pueden ser como la de un show, un espectáculo o un partido de fútbol, pero el concepto es cine. El encuadre es cinematográfico, el cine es cinematográfico, la actuación cinematográfica. Por eso le llamo cine en vivo. Podría tener otro nombre también en algún futuro, pero hoy por hoy es cine en vivo porque nos parece que es el término que podemos usar.

– ¿En Argentina esta sería la primera experiencia?
– Sí, la primera en Argentina y casi en el mundo también, porque en el mundo hasta ahora que sepamos hay una experiencia que hizo Francis Ford Coppola, unas pruebas que hizo en la universidad en Estados Unidos, y una experiencia que hizo Woody Harrelson, que supuestamente hizo la primera película hecha de esta manera, que se llama Lost In London, en el año 2007, que sería la primera película hecha de esta forma. Nosotros no sé si será la segunda, pero sí la primera en Argentina y quizás en América Latina, y una de las primeras experiencias en el mundo. Lo que pasa es que también estamos intentando ver qué pasó en otro lado porque eso también nos da a nosotros una idea de dónde estamos parados.

– Hablábamos antes de cómo se fue transformando el contenido cinematográfico, y te pregunto por cómo ves en estos momentos la situación de los cines con la pandemia, también con los años difíciles que ya se venían arrastrando desde antes.
– El hecho de que no abran los cines es un problema, obviamente. Pero también hay que pensar que es complicado abrir un cine hoy. Quizás en el momento en que se abran las salas de teatro o los espectáculos de show musicales, los cines tienen menos riesgo en el sentido de que la gente por lo menos no come comida adentro, o sea, no se sientan a comer una empanada. Pero igual yo creo que hoy por hoy es un problema digamos. No es fácil pensar en abrir un cine hoy en esta situación. Lo que sí creo es que esto ha modificado mucho la realidad cinematográfica, amén de que también nosotros veníamos mal por historia.

– Mientras tanto, hace poco se estrenó el trailer de tu próxima película, “Singapur”.
– Espero estrenarla más adelante, quizás ya en condiciones de sala y todo eso.

– Con todo esto que pasó, ¿hubo complicaciones en la producción de esa película?
– No, fue una producción a lo largo de unos años que hicimos con Julieta Cardinalli, una propuesta súper independiente que en realidad la fuimos haciendo de a poco a medida que podíamos hacerla, y yo terminé la edición ahora durante la pandemia, para ver qué pasa ahora en los festivales y cosas por el estilo.

– Casualmente, la historia de Singapur narra un mundo post-apocalíptico.
– Sí, pero es anterior, así que fue como premonitorio.

– Hace poco se cumplieron 20 años de El Asadito. ¿Qué sensaciones te genera el paso del tiempo, ver también lo que ha sido tu carrera en este camino y que esa película esté tan bien considerada como lo está dentro del cine rosarino y nacional?
– Es una película que de alguna manera a mí y a todo el equipo que la hizo nos cambió la vida, y que hoy por hoy todavía tenemos los resultados de esa película. Es algo que fue así, que surgió de esa manera, no estaba previsto, pero también es una alegría que todavía uno pueda hablar de esa película.

– ¿La volvés a ver cada tanto?
– Por lo general no vuelvo a ver las películas mías. A veces, si no me queda otra, las veo. Cada tanto la vuelvo a ver, pero son películas que ya no las puedo juzgar, porque ya forman parte de otra historia y de la propia gente.

– ¿Cómo ves el cine rosarino hoy en día? ¿Hay cosas que te llamen la atención?
Creo que hay mucho talento en el cine rosarino y en el cine de las provincias. Creo que necesitamos también un poco más de difusión a nivel nacional de lo que pasa en el nivel federal. Creo que es necesaria una federalización mucho mayor de todo lo que sucede, porque es importante eso. Lo que pasa es que es una lucha histórica el tema de lo federal en el cine. Es algo que yo particularmente vengo peleando hace mucho, y bueno… lo seguiremos peleando. Pero sabemos que hay que laburarlo. Pero sí, yo veo mucha gente talentosa, y creo que los más jóvenes seguramente va a surgir inclusive gente que no conocemos y que nos va a dar sorpresa en cualquier momento. Eso es lo bueno de todo esto, que siempre hay algo nuevo para hacer y para ver.

– En Rosario siempre, y para todo, está como esa sensación de que si querés pegarla o llegar a realizar cosas tenés que irte a Buenos Aires.
– Sí, yo creo que en eso al menos traté de hacer las cosas de otra manera, y de eso zafé. Pero bueno, creo que un poco cada uno tiene que arriesgarse a hacer las cosas como mejor le parezca. Algunos se animan y otros no.