Por Santiago Fraga y Elisa Soldano

La murga uruguaya Cayó la Cabra presentará su show “El Club de los malos modales” el próximo sábado 6 de julio a las 21.30 en la Plataforma Lavardén (Mendoza y Sarmiento).

La historia que presentarán es la de un club secreto, que no se sabe dónde está ni quienes lo integran y del que sólo se conoce su única regla: que no hay reglas. Lo llaman “la misa del pecado” y es un lugar libre, donde cada uno puede hacer lo que quiere y a partir de allí se va desarrollando la trama de esta sociedad de los malos modales.

No obstante, tanta libertad (o “libertinaje”) en el correr del espectáculo generó que la cosa se desvirtúe un poco, despertando la ironía y el absurdo de sus habitantes, que comenzaron a pedir que vuelvan “los buenos modales” y “las buenas costumbres”.

Así, como lo describió a Conclusión el director de Cayó La Cabra, Lucas ‘Pelusa’ Pintos, es como se desarrolla este show imperdible, que genera una reflexión constante sobre el día a día de argentinos y uruguayos y sobre esta ola de gente pedidora de “buenos modales”, que generalmente se ve representada en el apoyo a gobiernos de derecha, manifestaciones antiderechos o la clásica “mano dura”.

Originalmente, el conjunto se creó en el 2007 para participar de “Murga Joven”, un encuentro que se realiza todos los años en Montevideo y del cual forman parte agrupaciones de murga integrada por artistas noveles de entre 12 y 35 años.

Cinco años después, -en el 2012- “las cabras” participaron por primera vez en el Carnaval Mayor de Uruguay y nunca más se bajaron de los tablados. Con espectáculos cada vez más elaborados y textos cargados de críticas y de humor, la murga le dio su sello a la fiesta y rápidamente se fue ganando el apoyo de multitudes.

El año pasado, con el espectáculo “Las aventuras del escuadrón rebelde”, la murga tuvo su mejor performance en concurso oficial, quedando en segundo lugar. Sin embargo, la competencia tuvo su cuota de polémica, ya que cuando el conjunto interpretó un cuplé en el cual se criticaba al empresario uruguayo Paco Casal -conocido en tierras argentinas por su labor como representante de jugadores de fútbol-, fue censurada por la empresa audiovisual Tenfield, que transmite en vivo el carnaval y los partidos de fútbol y que es, justamente, propiedad suya.

En el diálogo que mantuvo este medio con ‘Pelusa’ Pintos, el director de “las cabras” consideró que a la murga “no la para nadie, tiene una fuerza bárbara” y además habló sobre la actualidad política de América Latina, la situación del Carnaval uruguayo, la censura y los procesos creativos de la agrupación.

-¿De qué se trata “El Club de los malos modales”, el espectáculo que van a presentar el próximo 6 de julio?

-El espectáculo es el que presentamos en febrero en el Carnaval de Montevideo, se llama “El Club de los malos modales” y es la historia de un club y de sus habitantes. Es un club particular porque es secreto, no se sabe dónde está ni quienes lo integran y la regla es que vale todo; la regla es que no hay reglas. Es libre, le dicen la misa del pecado, y es en ese marco donde sucede todo. Un lugar donde cada uno puede hacer lo que quiere. Entonces ahí se va desarrollando más o menos la trama y vamos tocando distintos temas, pero siempre con ese marco del vale todo.

-En partes de sus espectáculos hablan sobre la posibilidad de que se instale un gobierno de derecha o sobre la resistencia a la educación sexual. A la hora de pensar las problemáticas de Uruguay, vemos que terminan siendo muy parecidas a las que sufre Argentina. ¿Cómo lo piensan a la hora de armar el espectáculo?

-Nosotros somos como el hermano menor de Argentina, van sucediendo como las mismas cosas o el debate si está antes acá después se traslada al otro lado: por ejemplo, con las guías de sexualidad, que acá fue un tema de debate y ese año estuvo sobre la mesa en Argentina, o como el aborto, o ni que hablar lo de los gobiernos de derecha. Dentro de éste club en un momento como que se desvirtuó demasiado esto de los malos modales y se les ocurre, obviamente en la ironía y el absurdo, pedir que vuelven los buenos modales, y ellos tienen como buenos modales los gobiernos de derecha. Más o menos nos va atravesando lo mismo a los dos países.

;

-En sus textos hay cuestiones que muchas veces están destinadas al público uruguayo. ¿Hacen alguna adaptación al momento de traerlo a Argentina para que la audiencia entienda las letras?

-Sí, siempre antes de cada gira intentamos leer el texto para ver si hay algún nombre propio de acá que no se entienda, ver si lo podemos modificar y si no podemos, hacer una introducción explicando esas cosas que son “nuestras”. Siempre buscamos tener un pasaje. Hay una escena donde se explican estos nombres propios que del otro lado pueden no entenderse, para no dejar a nadie afuera.

– Por ejemplo, el nombre de Sartori, ¿lo cambian o cómo introducen un personaje así?

– Y bueno, ahí está bueno que la gente lo conozca a este personaje nefasto que hay en Uruguay y explicar y quizás encontrar uno del otro lado para hacer una comparación y empatizar con el espectador. Son formas que uno hace también para generar humor y para generar crítica, y vemos en qué momento sí es fundamental cambiar la letra o quizás en esa explicación hacer humor también y no cambiar, pero más o menos estamos en esa etapa de leer el texto y adaptarlo en el caso en que lo necesite.

– Dentro de lo que ha sido el avance de la derecha en el continente, Uruguay todavía se mantiene con un gobierno de izquierda, pero surgen estos nombres como Juan Sartori y demás. ¿Cómo lo viven desde su lugar de uruguayos y latinoamericanos?

– Atentos. Los vecinos ya lo están padeciendo, ya les tocó, y nosotros estamos ahí como bancando en el mostrador, pero estamos atentos y esperando que eso no suceda, creyendo en que la gente va a usar bien su voto, y nosotros desde la murga con nuestras herramientas intentando, con esta crítica y con estos cuplés, colaborar un poquito para seguir usando bien el voto. Pero de a ratos aparecen estos personajes nefastos como Sartori, que aparecen de la nada. Sartori es un personaje que apareció hace tres meses y peleó con Lacalle Pou en las internas para ser candidato a presidente. Hace tres meses nadie lo conocía. Bueno, ustedes ya saben de esas historias, que aparecen esos personajes con plata solamente y los manejan desde aún más arriba. Entonces, da un poquito de miedo, pero tenemos la esperanza de que se va a seguir por el cuarto gobierno.

– En los últimos años Cayó La Cabra sufrió censuras por parte de Tenfield (productora audiovisual que emite en vivo por la televisión uruguaya eventos deportivos y culturales, como el Carnaval) por nombrar a un personaje como Paco Casal. ¿Cómo impactó esto en ustedes?

– Al principio obviamente no entendíamos mucho. Eso sucedió en el 2015 y después el año pasado, en 2018. Nosotros siempre vamos con el humor y no fue con la finalidad de que la empresa que televisa el carnaval y el fútbol sea nuestro enemigo, sino que estábamos manifestando la opinión pública. La murga llevó a su texto lo que manifiesta la opinión pública, y no fue tomado muy bien del otro lado. La murga no fue pasada en televisión cuando la tenían que pasar. Pero eso nos sirvió, se fortaleció el grupo, ayudó a que después de lo del año pasado no vuelva a haber censura, un montón de murgas se solidarizaron con nosotros, y está bueno cuando a veces suceden las cosas porque quedan a la vista y después sirven para lo que viene. De algo que no estuvo bueno, porque no fueron días lindos, después queda un montón de aprendizaje.

– También les pasó que les cambiaron el lugar de ensayo y otro tipo de cuestiones que no están para nada buenas. ¿Cómo quedó hoy esa relación con ellos? ¿Sigue habiendo un conflicto? ¿Los han llamado o han hablado?

– Sí. Intentamos solucionar, porque cuando nace una cuarteta o algo escrito no era para generar una guerra de dos bandos ni nada de eso. No es con la empresa tampoco, sino con un personaje en particular. Entonces nada, pudimos juntarnos, charlar, obviamente tuvo un montón de consecuencias como las mencionadas, lo de perder ensayos y un montón de otras cosas, pero ya es tema del pasado y está bueno también poner el foco en otro lugar y no en eso.

– Desde 2012 hasta hoy, ¿Cómo vieron la evolución y cómo ven actualmente el carnaval de Uruguay?

El carnaval y la murga como género no está ajeno a la evolución de las cosas. Algunas cuestiones sí siguen estando estancadas, pero artísticamente, desde arriba del escenario se ve una evolución y está buenísimo, porque hoy las herramientas son otras y las referencias también. Entonces después uno ve espectáculos que son realmente grandes shows cuando en su momento la murga no era eso. La finalidad era cantar y nada más. Hoy en día la murga brinda un espectáculo muy completo, y esa es una de la variedad de cosas que evolucionó en el carnaval y el género. Está buenísimo porque estoy hablando con ustedes y ya eso es parte de la evolución. Era impensado en otros tiempos hablar con un murguista. No porque fuera algo malo, sino que no era tan común, ni girar, ni que a la murga la escuchen en otros países, ni que haya murga estilo uruguayo en otros países. Todo eso es parte de un gran combo de algo que tiene más de cien años pero no la para nadie, tiene una fuerza bárbara. La murga ni que hablar y el carnaval uruguayo que es una fiesta preciosa.

;

– Mencionabas algunas cosas “que no soñaron”. ¿Alguna vez se imaginaron que los iba a seguir tanta gente como en este momento? Pensando también en lo que es el numeroso público joven que los sigue.

– Esas son las cosas que son regalos, que te sorprenden. Laburamos un montón para lograrlo, no vino de arriba ni mágicamente. Se hizo un plan de trabajo y se dedicaron un montón de horas para que hoy en día la murga tenga este presente. Pero nos sigue sorprendiendo, o personalmente a mí me sigue sorprendiendo el cariño de la gente y realmente uno toma dimensión de lo que puede generar en el otro. Uno a veces escribe las cosas encerrado en la casa y es para uno, y después eso sale y cada persona lo agarra y hoy en día ya son historias que nos cuentan como “la canción final de tal año me hace acordar a mi madre”… ya son historias que nos mandan, ya son tatuajes, palabras, abrazos de la gente. Nosotros siempre decimos en el grupo, cada vez que nos sucede algo bueno, “gracias a Cayó La Cabra”, como si fuera una persona. Pero eso, está bueno ser agradecidos con los que nos gusta ser, y con la murga que nos da un montón de cosas. Nosotros le damos, pero la murga nos da mucho más.

– Hablábamos de cómo ha ido evolucionando el carnaval en estos años. En éste en especial, también por el contexto que se viene dando en Latinoamérica y en el mundo, y puntualmente con lo que pasó con la Falta y Resto, ahora se está hablando mucho más del rol de la mujer en la murga, de la murga paritaria. ¿Qué lectura hacés al respecto?

– Eso está buenísimo. Tiene que suceder cierto movimiento. Tiene que aparecer para romper, para abrir la puerta. Que aparezca una murga paritaria y que haga ruido, que no la dejen participar, pone el tema. Igual es algo que ya viene en el ADN de la Murga Joven, que es una movida de acá preciosa. Eso está en el ADN de la mujer y el hombre compartiendo géneros, no siendo solamente la murga para los hombres. Está bueno que se ponga el tema en el tapete y se siga construyendo. De eso se trata. No hay que olvidar tampoco que el carnaval tiene más de cien años, y son esas estructuras que se quieren mover, pero cuestan. No son de un día para el otro, pero está buenísimo trabajar en ellas e ir para este lado que también se está yendo de reflexionar, de pensar y de construir un carnaval cada vez más inclusivo y que sea realmente para todos. Está buenísimo.

La Murga Falta y Resto presentó en el carnaval del 2018 un conjunto paritario, integrado por igual número de mujeres y hombres, rompiendo así con los parámetros tradicionales de esta celebración, que adjudican el género sólo a lo masculino. Sin embargo, este año uno de los responsables de la murga (Hugo “Piruja” Brocos) se negó a firmar la autorización para que la murga puede competir por no estar de acuerdo con el rumbo “feminista” que la agrupación adquirió. Esto llevó a que se geste un movimiento llamado “Sin nosotras no hay carnaval”, que busca visibilizar la importancia de la presencia femenina en esta fiesta popular.

>Te puede interesar: Falta y Resto: “La murga es una cuadrilla de laburo cultural y las canciones son nuestro instrumento”

– Y vos que lo ves desde adentro, ¿es muy difícil esta deconstrucción de una institución que ya tiene más de cien años?

– Algunas cosas sí y otras no. No se puede pretender que cambie de un día para el otro, pero hay un montón de gente laburando para que suceda, para que sea visible, para que el rol de la mujer dentro del carnaval sea igual de importante que el del hombre, para un montón de cosas. Hay un montón de movidas que están sucediendo para que eso cambie, hay un colectivo enorme acá de mujeres murguistas que están trabajando y haciendo algo re bueno, hay un montón de gente discutiendo el tema y desde las murgas mismo, charlándolo y trabajándolo. A nosotros nos pasó un día de marcha que no subieron las dos mujeres que tiene la murga, Vicky y Maira, y actuamos igual para visibilizar eso. Te vas encontrando ante distintas situaciones y la murga reflexiona, y sino se hubiera dado así capaz no hubiéramos tenido esa charla y ni resuelto qué podía suceder en base a esa situación. Está bueno que se discuta y seguir laburando para que haya un carnaval para todos.

– Son una murga que trabaja durante todo el año. ¿Cómo son los procesos de creación, cómo se eligen los temas que va a tratar la murga y las melodías?

– Al espectáculo del año que viene lo vamos a empezar a cranear a la vuelta de la gira. A medida que vamos agarrando cada vez más experiencia, vamos eligiendo y respetando los momentos. Cuándo hay que tocar, cuándo hay que parar, cuándo hay que sentarse a cranear un espectáculo. Antes hacíamos todo al mismo tiempo y nos dimos cuenta que eso tampoco está bueno. Entonces, queremos terminar de tocar “El club de los malos modales” y empezar con lo nuevo. Y ahí, con la hoja en blanco, nos reuniremos con la comisión de letras y empezaremos a tirar. Tirar realmente, es así, estar a la pesca de una buena idea, que puede ser un título, el nombre del espectáculo, una estética, una palabra, un cuplé y después rodear eso… no tenemos como una forma, sino que ha variado. El año pasado sabíamos que queríamos hablar de lo revolucionario y de la revolución, y bueno, ¿qué temas se pueden hablar dentro de lo de rebelarse, de la revolución?, ahí están las preguntas que uno se hace. Después, ¿quiénes pueden ser éstos? ¿Desde dónde lo cantamos? Y no nos gustaba para que el título fuera ni “Revolución” ni nada y ahí apareció esto de “Las aventuras del escuadrón rebelde” . Este año con lo del club queríamos hacer la historia de un lugar en vez de la historia de los personajes como el anterior. Queríamos que la historia sucediera en un lugar físico, puntual. Vas como intentando cambiar de lo anterior y a la vez sin ninguna estructura fija de cómo armar el espectáculo. Ahora no tenemos nada anotado, pero cuando te querés acordar ya hay un montón de ideas y a la que más puertas tengas para abrirle es la que nosotros elegimos.

– ¿Está confirmada la salida de un cupletero como Maximiliano Tuala? ¿Va a incorporarse a la gira que van a realizar en julio o ya se desvinculó?

– Maxi está haciendo todos los compromisos que la murga tiene con “El club de los malos modales”. Creemos que él es fundamental en este show. Al principio uno sentía miedo y el “¿ahora qué?”, como ya nos ha sucedido otros años con la baja de algún compañero, y antes era un caos. Pero a medida que uno va aprendiendo de estas situaciones lo ve también como una oportunidad que está buenísima para esto, para hacer algo totalmente distinto, sin esa presencia tan importante. Está buenísimo porque va a aparecer otro jugador en ese lugar o se va a hacer algo más colectivo. Nos pone a nosotros un nuevo desafío que es lo que más nos gusta, ya que enseñan esas situaciones que a veces no todo es como uno quiere y pueden suceder estas cosas. Cada uno es libre de formar parte del colectivo o de la murga que tenga ganas. En este caso, Maxi tenía ganas de armar una murga con unos amigos, y está buenísimo, más allá de lo que piense y sienta cada uno. Está bueno, es un aprendizaje. A nosotros lo que más nos gusta es el desafío de una nueva forma de hacer que nos va a presentar el próximo año.

Fotos: Santi Ago