¿Preferis 100 mil dólares ahora? ¿O un millón en 10 años? esa es la premisa de «El Test», la comedia ganadora de tres premios ACE, que llega este sábado a las 21 en el Auditorio Fundación Astengo.

Carlos Belloso, uno de sus protagonistas, dialogó con Conclusión acerca de la obra, como así también de su carrera en televisión y cine.

—La obra tiene como premisa el dinero ¿Cómo se lleva este tema que está en boga a la comedia?

—Es una excusa el dinero porque en realidad es una cena entre amigos y tienen una historia en común, donde lo emocional entra en juego. Hay un test que hace elegir entre lo que hay ahora y qué hay después. Tiene que ver con la impaciencia que uno tiene o con la espera que uno pueda llegar a darle ciertas premisas. Cuando se tira esa pregunta :»¿Qué elegís?»estamos eligiendo tapar agujeros o elegir algo a largo plazo. Es algo que nos interpela ahora con respecto a la coyuntura también, qué queremos, tapar agujeros como siempre o un proyecto de vida que tenga que ver con algo más sólido. El dinero vendría a ser como una excusa. Es importante y esencial a veces, pero también sirve como excusa para pelearnos u odiarnos. Este test está basado en el autocontrol y se lo hace a los niños que se conoce como «El test de la golosina». Lo siniestro de esto es ver retorcer a los niños aguantando en comer esa golosina y también se da que no les importa nada y la comen igual. En este caso los amigos tienen diferencias económicas, una de las parejas esta mal económicamente y la otra es millonaria. Al principio es divertida para la reunión de amigos pero luego aparece la posibilidad de esas dos selecciones.

—Imagino que el público se ve involucrado ante esta obra.

—La gente se identifica porque están defendidas las posturas con los personajes. Como la obra arma un esquema emocional que defiende cada postura, es divertida en base a eso. Es una comedia dura porque a veces te estás riendo de algo que puede llegar a pasar.

—¿Qué es lo que más te divierte de tu personaje?

—Es el personaje que más dinero tiene y yo no tengo un mango (risas). Entonces me divierte el tratar de hacer creíble que está tan distante a mí y, al mismo tiempo, verdaderamente hacerlo creíble y con decencia . Como tiene dinero tiene tiempo para planear la vida y yo juego con eso. Es una actuación distinta de las que yo suelo hacer, que tiene que ver con crear un clima pertinente para que la otra pareja que no tiene un peso, resbale en aceite. Me divierte mucho eso.

—Se puede decir que es un villano pícaro.

—A ver villano no es, porque también juegan sus emociones y la gente se puede sentir identificado.

—¿Cómo ves la actualidad que vive el teatro?

—El teatro siempre sobrevive a cualquier hecatombe en este país, porque es como la médula espinal de muchas expresiones artísticas. No te olvides que además de actores hay escenógrafos, escritores, iluminadores, etc; de hecho se inauguraron más salas de teatro. Carlos Rotemberg inauguró el Multi Tabarís con más salas de teatro. Todo de primer nivel para agrandar las posibilidades para que la gente vaya al teatro. Lo que pasa es que tampoco hay mucho dinero en la calle, las deudas sobran y ahí se vuelve más complicado. Uno está cansado de recibir migajas, uno está dando una obra de teatro y la gente va menos, obviamente, porque tiene que pagar la luz, el gas y los están ahorcando. Ese dinero se restringe para hacer obras de teatro y para el actor que cobra menos. Hay menos producciones porque hay un dinero que el gobierno actual cortó y no se si es de recorte, pero se siente que hay menos oferta de laburo para los actores.

—Coartar esa posibilidad de mostrar estas expresiones culturales hace daño.

—Si, hay distintos circuitos de teatro independiente que gira por todo el mundo y es desconocida por la gente. Y ahí hay una gran diferencia a la hora de mostrar el arte. Pero también hay algo del cotidiano que es comer todos los días, que los compañeros actores lo sienten y yo también lo siento. Lo que pasa que en la coyuntura de cada uno está la diferencia. Yo estoy bien trabajando, salgo de uno y me meto en otro trabajo; y particularmente no siento la diferencia porque tengo trabajo. Pero cuando uno está en el cotidiano y ve a sus compañeros sin trabajo, se pone mal. Aunque te vaya bien estás mal por esa situación.

—Pasando a la tele hay dos personajes importantes de tu carrera «El Vasquito» en «Campeones» y «Willy» en «Tumberos» ¿Cómo fueron esas experiencias?

—»Campeones» era una tira diaria costumbrista que cuando apareció en Pol-Ka fue mágico, porque pocas veces se hacía una historia que hablaba del barrio, del gimnasio y de los personajes que uno ve en el cotidiano. En esa dinámica aparece este personaje que era para mí un dibujito animado, podía ser cualquier cosa y podía cambiar de reacciones muy intempestivamente. Aparte estaba encargo de procurar el humor permanentemente. No me quiero olvidar de Pablo Cedrón que hacía un contrapunto con este personaje. Me costó despojarme un poco de «El Vasquito» y surgió la posibilidad de «Tumberos», que era un personaje que hablaba de una temática más realista. Tenía que ver con las cárceles y estaba sumergido en una cárcel en donde pasaban cosas propias de una pesadilla.

—Recuerdo que tu personaje vivió un momento muy tenso con el de Alejandro Urdampilleta.

—Pasaron cosas puntuales que pasan en el sistema carcelario o de medios de un país, pero llevado a un inverosímil que es este personaje que sale de la cárcel y aparece en los medios como siendo lo mismo que adentro. Willy  amaba estar dentro de la cárcel y cuando sale obviamente tiene una tristeza enorme. Creo que eso pasa más veces de lo que uno cree.

—No me voy a olvidar de una película que te une a Rosario que es «Felicidades» de Lucho Bender.

—Mi personaje era un cómico que decía que hacía de payaso para poder dejar de serlo (risas). Compartí escena con Luis Machín en la que salíamos de Rosario hacia Buenos Aires en un viaje interminable en plena Nochebuena. Conozco a Luis desde hace muchos años, desde que hacíamos teatro en los ochenta y siempre es un placer trabajar con el. Fue una película que me dio mucha felicidad, hablando de «Felicidades», porque realmente personas como vos se acuerdan de pasajes de la película que me lo hacen ver. Una película coral con muchas historias en donde se nos rompía el auto durante una lluvia torrencial. Mencionaste una película que es importante para mi.

—¿Qué se viene para el futuro? También vas a estrenar «Unidad XV»

— «Unidad XV» se va a presentar en una gala del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Yo ahora estoy filmando una película con Ricardo y el Chino Darín, Luis Brandoni, Rita Cortese, Daniel Aráoz y Verónica Llinás dirigida por Sebastián Borenztein. Tiene que ver con lo que pasó con el corralito en 2001 en la Provincia de Buenos Aires.