Andrés Calamaro se disculpó públicamente luego de la actuación ofrecida anoche en la ciudad boliviana de Cochabamba, que consideró “una pesadilla” y tras la que aseguró sentirse como «caballo viejo y cansado» y admitir que está al «límite» para cantar.

“Perdona Cochabamba, estuve horrible. Hace muchos años no ofrecía un concierto tan flojo, no podía respirar. No me levanté con el pie derecho esta mañana. Me asumo con ‘lo peor de los buenos artistas’, resumir”, comienza su descargo publicado en su cuenta oficial de Facebook.

Calamaro opinó que el show fue “una pesadilla”, remarcó que no tiene “excusas” y enumeró: “Ni la altura es excusa, ni los horribles teléfonos en alto, ni el escenario”, para finalmente asumir y comparar: “mía es la responsabilidad. Tampoco va a ser siempre bonito e inspirado como en Sevilla ni eficacia como en Valencia”.

En la misma línea el músico, de 58 años, confesó sentirse como “caballo viejo y cansado” y expresó: “Dudo que pueda cumplir con mis responsabilidades que no son pocas; estar a la altura de las expectativas así sean escasas o demasiadas. Son muchos años cantando y están todos en los pulmones y en la garganta”.

Además de poner en duda el cumplimiento de los compromisos que lo “esperan este año y el próximo”, el músico que mañana actuará en el municipio boliviano de Santa Cruz, dijo que sobre el escenario se identifica con el “toro y el torero” y sostuvo que no tiene “excusas ni a quien echar culpas” y que “tampoco basta con la voluntad y la buena disposición”. El compositor, nominado cuatro veces a los premios Grammy Latino por los rubros Álbum del Año y Mejor álbum de Pop Rock con “Cargar la suerte” y a Grabación del Año y Mejor Canción por “Verdades afiladas”, escribió: “Llegar con lo justo, esperando la ‘aparición del duende lorquiano’ no es prudente, no es justo ni con mis compañeros ni con el respetable”.

“Esta noche debería ser una advertencia Asumir la voz cantante de un concierto que es mayormente cantado, exige capacidades extraordinarias que no tengo; puedo escribir, puedo grabar, puedo conversar… pero para cantar tanto estoy en mi límite”, remarcó, como si mantuviese un diálogo con su consciencia.

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Tras su show en Bolivia el músico se presentará el 8 y 10 en Chile, y luego regresará a la Argentina para tocar el 13 en el Polideportivo Islas Malvinas, de Mar del Plata; el 17 en Club Floresta, de Tucumán; el 19 en Orfeo Superdomo, de Córdoba; y el 24 en el anfiteatro Cocomarola, de Corrientes.

El 26 viajará a Paraguay, el 31 hará lo suyo en Brasil, el 2 de noviembre ofrecerá un concierto en Montevideo, y volverá al país para actuar el 9 en el Estadio Ruca Che, de Neuquén; el 21 en el anfiteatro Ave Fénix, de San Luis; el 23 en el estadio Cantoni, de San Juan; el 30 en el anfiteatro Municipal, de Rosario; y el 5 de diciembre en el Buenos Aires Arena.

En el manifiesto publicado en su red social, el músico se despidió: “Esto es ‘alta competición’ (entre comilla porque no competimos sino conmigo y con lo que se espera de mí) y las noches muy buenas tienen que ser todas, son muchas. Perdón Cochabamba, todos se merecen lo mejor de mí”.