El mundo de la música es un universo de gustos y placeres. Muchos recordamos momentos que atravesaron nuestra existencia con solo oír un fragmento de esa canción. O quizás viene a nuestra memoria esa película que tanto se disfrutó al escuchar la banda sonora de la misma.

Hace ya 7 años nació un power trío de funk, Budapest, una banda que apela a la sensibilidad urbana y sensorial del oyente con sus ritmos alegres y movedizos, con una tendencia a escarbar en la memoria auditiva y atrapar a quien disfruta de sus sonidos desde un lado particularmente emotivo.

Este trío está formado por Matías Bresciani en bajo, Milton Salvatelli en guitarras y Lucas Castelli en batería, quienes se conocieron “de manera muy coincidente, gracias a nuestro gusto por la música funky”.

Estos tres rosarinos comenzaron a sonar desde el año 2011 cuando una invitación de una banda amiga los puso ante la disyuntiva de salir a tocar en una fiesta, pero sin el cantante, que en principio participaba de la formación anterior y que no estaba en el país en ese momento. Esto los llevo a tomar la decisión de “salir a la cancha” con algunas improvisaciones y arreglos que hacían en los momentos de descanso durante los ensayos. Y así, de esta manera, se afincó el formato power trío funky, que llega al día de hoy con “una idea más consistente sobre el proyecto que había nacido años atrás”.

La maduración de Budapest llega a su punto de excelencia con la grabación de su segundo material discográfico realizado en Estudios Penny Lane de la mano del Ingeniero Carlos Altolaguirre y Agustín Bandiera como director musical, trabajo llamado No Smoking y que el trío presentará en el Centro de Expresiones Contemporáneas (Sargento Cabral y el río) este sábado a las 20 con entrada libre y gratuita.

Será un show que promete mucho funk, gran gusto musical y músicos invitados de lujo, entre ellos Marcelo Vizarri, Ignacio Bresciani, Bruno Lazarini, Matías Moro y la participación especial del baterista de Catupecu Machu Javier Herlein.