La joven cantante estadounidense Ariana Grande, una de las estrellas del universo pop para adolescentes, concretó anoche su segundo paso por Argentina con un recital en el DirecTV Arena que estuvo signado por fuertes medidas de seguridad ya que su presentación de hace 40 días en Manchester fue marco de un cruento atentado terrorista.

Con el fantasma de esa tragedia, que le costó la vida a 22 personas, la vocalista decidió retomar el paso de su “The Dangerous Woman Tour» y llegó a Sudamérica para concretar actuaciones en Brasil, Chile y hoy en el estadio de la localidad bonaerense de Tortuguitas donde reunió a unas 13.000 personas, en su mayoría adolescentes.

Cuando a las 21.20 Grande apareció sobre el escenario, la ansiedad estaba consumiendo a un reducto repleto desde hacía media hora. En ese lapso los técnicos y asistentes armaron la batería, acomodaron los teclados y la joven audiencia se movía por el predio paseando y moviendo las orejas de conejo que Grande popularizó como icono desde la portada de “Dangerous Woman”, su tercer álbum publicado el año pasado.

Con este nuevo paso por Argentina (el primero había sido en 2015 con el tour mundial “The Honeymoon”), Ariana ratificó el impacto que es capaz de causar entre las jovencitas quienes hoy desafiaron un imponente esquema de control y seguridad.

En un primer cacheo, efectivos de seguridad practicaron requisas, en un segundo control se colocaron escáneres detectores de metales y en un tercer puesto especialistas en explosivos revisaron mochilas y bolsos.

Lo que no pudo evitar la seguridad fue otro tipo de siniestro que se produjo con la venta de entradas falsificadas como las que una madre y su hija compraron por Internet a 2.500 pesos cada una, pero que no eran válidas. Ambas quedaron sin ingresar al recital a pesar del llanto de la niña que soñaba ver a su ídola como regalo de cumpleaños.