Por Santiago Fraga

Este sábado 25 de marzo, Arbolito volverá a Rosario para presentarse desde las 21 en el Distrito Siete (Ovidio Lagos 790), donde sacará a relucir su más reciente producción: Simples (Volumen 2).

Con la presencia invitada de Baila Cholita, Arbolito trae un show pensado para toda la familia que promete música necesaria para estos tiempos que estamos viviendo.

La trayectoria de este singular grupo que supo en sus 20 años de carrera mezclar la música popular argentina con el rock y otros géneros son garantía de fiesta que puede compartirse con chicos y grandes.

En esta ocasión, y luego de presentarse en la Marcha Nacional Docente en Capital Federal y en la vigilia del 24 de marzo en Paraná, Arbolito presenta Volumen II, producido por Sebastián Schachtel (Las Pelotas – La Portuaria) que el grupo regalará con cada entrada.

Previo al show, Conclusión dialogó de todo con Pedro Borgobello, clarinete, quena, guitarra y coros del grupo.

— El volumen uno de Simples fue producido por Pepe Céspedes y Juan Subirá, de Bersuit, y se nota la impronta de ellos. Ahora a cargo de la producción estuvo Sebastián Schachtel (Las Pelotas y La Portuaria), ¿qué podemos encontrarnos en este volumen dos?

Tiene otro color, no solamente en la tapa sino también en la música. Es un poco la idea de los Simples, que trabajando con distintos productores vayan resaltando esas diferentes aristas que tiene la banda. Somos una banda que tiene muchos colores musicales, rítmicos, tenemos una paleta muy grande, y nos pareció que haciendo estos discos con productores distintos podían surgir cosas interesantes y realmente con Pepe y Juan pasó que salió un hermoso trabajo, que fue el Vol. I, y con Sebastián pasó algo similar. Quedó algo con lo que estamos muy contentos y es un disco muy lindo, una pequeña obrita que también consta de tres canciones pero tiene otro carácter, otro enfoque.

— ¿Y en cuanto a las letras?

Las canciones quizás no son tan directas como fue el primero, que fue bien de frente y eran canciones de un momento en que necesitábamos decir las cosas, que por algo Pepe también las eligió. En cambio, Sebastián eligió otro tipo de canciones que por ahí tienen más que ver con lo más humano, aunque el color social de determinadas cosas siempre está (porque somos una banda que tiene mucho de eso), este tiene más que ver con el amor en sus distintas formas (no sólo una cuestión de pareja sino hasta una cuestión más social). Es un disco un poco más introspectivo quizás.

— ¿A qué se refieren cuando hablan de “música necesaria para estos tiempos?

Venimos de tocar el jueves en la Marcha Federal de Educación. Los tiempos que estamos viviendo son tiempos donde estamos volviendo a una lucha porque no se sigan recortando derechos, que no se siga vapuleando al pueblo. Estamos en un momento donde claramente los intereses de los que están en el poder van hacia cuestiones más personales, económicas casi empresariales, y creo que es un momento donde uno tiene que juntarse con otros y pelear por lo que nos corresponde como sociedad. Creo que las canciones que salieron en el Volumen 1 hablan de eso, y en realidad estas también, porque si bien son más introspectivas y más humanas son canciones que apuntan a juntarse. Cuando uno habla de canciones de amor piensa que se habla de canciones románticas, y son canciones que hablan de cómo nos están poniendo paredes de por medio, ya sea virtuales o reales, y en todo el mundo, no sólo acá. Estas nuevas canciones hablan de unirnos, de escuchar al que tenés al lado y estar juntos para cambiar la realidad que no nos gusta.

— La marcha docente, la vigilia del 24 de marzo en Paraná. ¿Qué sienten ustedes a la hora de tocar en esos escenarios?

Son escenarios de lucha y no tanto artísticos, donde uno pasa a estar desde un lugar más militante, por decirlo de alguna manera. No es un show, sino acompañarnos entre todos y en nuestro caso desde la música. Este tipo de eventos son parte de la identidad de la banda, siempre estuvimos tocando ya sea en escraches, cortes de ruta, asambleas populares, fábricas recuperadas, organismos de DD.HH, movimientos campesinos, indígenas, son parte de nuestra propia identidad. Creemos que tenemos que estar juntos para poder cambiar la realidad que no nos gusta, y estas cosas, las marchas, los lugares de lucha, son lugares donde nosotros siempre estuvimos en estos 20 años que lleva la banda y que tienen que ver con nuestra forma de ver el mundo y la sociedad.

— ¿Cómo están hoy en cuanto a la cabeza y las ideas, 20 años después de haber comenzado esta camino?

En primer lugar, estamos 20 años más grandes (risas). Ya todos tenemos familia, hijos, es otra etapa de la vida quizás, pero siempre con mucho disfrute en lo que hacemos. Somos un grupo de amigos, compañeros de la Escuela de Música Popular de Avellaneda que siempre disfrutamos mucho de hacer música juntos y andar, organizar fechas, hacer canciones, grabarlas, compartirlas, tocar en la calle; todo lo que hemos hecho durante estos 20 años sigue siendo parte del disfrute actual. Es muy satisfactorio, muy enriquecedor, y te genera todo el tiempo una energía muy copada. Te mantiene vivo y te hace seguir proyectando.

— ¿Este rol social de sus letras les trajo alguna vez problemas en su carrera?

No, nunca nos ha traído problemas directamente. Lo que sí, probablemente, ha habido muchos lugares a donde no nos han invitado a tocar y no nos han pasado en un montón de radios porque tenemos un mensaje claro siempre, pero que yo recuerde nunca tuvimos una complicación directa o que nos hayan amenazado o algo. Nunca nos pasó, pero sí que hay un montón de lugares donde no hemos ido a tocar por tener ese mensaje. Muchas veces las radios y los escenarios son mucho más abiertos a bandas que tienen un mensaje más lavado. Tiene que ver con la industria, y seguramente nos han  cerrado puertas en industrias, eso seguro.

— Esto de estar por fuera de la industria y encaminarse en la autogestión, ¿con el tiempo se vuelve más fácil o nunca deja de ser complicado?

La independencia tiene muchos costados. Está buenísimo poder tomar todas las decisiones y hacer lo que uno quiere. Es un camino siempre más lento, pero también es un camino siempre más firme. Cuando uno va paso a paso hace las cosas de una manera mucho más segura y las cosas que va logrando son más reales, de alguna manera. Siempre es complejo, porque cuestan más las cosas cuando uno las hace autogestivamente, pero a lo largo de los años uno fue aprendiendo y organizándose. Al principio hacíamos todo nosotros cinco, ahora somos un grupo mucho más grande.

— ¿Tienen pensado algún festejo por los 20 años?

Estamos planeando y viendo cómo lo vamos hacer, pero la idea es en Buenos Aires hacer dos Trastiendas, en julio y agosto, donde en cada una vamos a hacer cuatro discos salteados. En uno haremos “Folklore”, “La Arveja Esperanza”, “Despertándonos” y el “Volumen 1”, y en la segunda “La Mala Reputación”, “Cuando Salga El Sol”, “Acá Estamos” y el “Volumen 2”. Pero la idea es poder también hacerlo en otros lados, y recorrer toda la discografía y seguramente van a salir versiones nuevas de viejas canciones.