Por Ariana Robles

¿El rock y el folclore pueden ir de la mano? A lo largo de estos 20 años, Arbolito demostró que sí. Con varios premios obtenidos  y con su consagración en Cosquín hace algunos años, esta banda de Buenos Aires marcó un quiebre en la música a partir de la fusión de estilos de raíz folklórica de la Argentina y Latinoamérica con ritmos como el rock y el reggae.

Con un nuevo trabajo y fieles a su estilo de ser una banda activa que toca y sale de gira, Arbolito vuelve a Rosario para presentarse en Distrito Siete (Ov. Lagos 790)

Previo a su presentación de este sábado, Agustín Ronconi, voz, flauta traversa, quena, charango, violín y guitarra, charló con Conclusión sobre su nuevo disco, el presente de la banda y las novedades que les trajo este año.

– ¿Con qué se va a encontrar la gente este sábado en el recital?

– Estamos presentando lo que llamamos Simples Vol. 1, que es una producción discográfica de tres canciones, y seguramente esto se sumará al show que venimos haciendo que es una combinación de los últimos discos. Concretamente venimos a presentar este disco que es una experiencia nueva, porque no nos embarcarnos en una súper producción. Fue un año bastante difícil.

– ¿Este nuevo trabajo es similar a lo que venían haciendo?

– Mirá, son tres canciones muy distintas entre sí con la particularidad de que están Pepe Céspedes y Juan Manuel Bruno de la Bersuit como productores, que eso ya también le da un toque distinto. Si bien siempre estamos entre el rock y el folclore, quizás estas tres canciones están más rockeras en relación a otras cosas que hicimos. 14686112_729584557195434_1087510418_n

“Engaño” que es el tema que abre el disco tiene una característica bailable y rítmica, que es muy distinto a lo que solemos hacer, después “Pará la mano”  es una canción más acústica y “Que la tortilla se vuelva”, es una canción de la guerra civil española, donde actualizamos un par de estrofas con ritmo de cuarteto.

–  También contaron con la participación de Piti Fernández de Las Pastillas del Abuelo,  ¿cómo fue trabajar con él?

– Con los chicos nos conocemos hace mucho y ya habíamos compartido escenarios juntos.  Hace un tiempo  nos habían invitado a grabar a Pedro y a mí algunas canciones, así que hay relación hace rato. El Piti es un gran cantor, le puso una onda tremenda al tema y  una impronta muy rockera que le hizo muy bien a la canción.

– Teniendo en cuanto que ustedes ya tienen una larga experiencia en lo que es la autogestión, ¿cómo vivieron la grabación del disco y contar en esta oportunidad con productores?

– Fue todo muy relajado, muy prolijo. Al haber decidido esta metodología de tres canciones, nos relajó mucho. Cada encuentro era muy tranquilo y charlábamos de lo que venía pasando en el país, nos daba tiempo para compartir cosas más allá del laburo, en cambio si hubiesen sido 12 canciones, siempre tenés la sensación de que no te alcanza el tiempo. Trabajamos muy tranquilos, además los productores son súper profesionales, así que en menos de un mes entramos a grabar y después los dejamos tranquilos, con toda nuestra confianza.

– Remarcabas que fue un año difícil, y que en la previa del disco hablaron de la situación del país, ¿la realidad fue una de las temáticas que rodeó al disco?

– En casi 20 años, nos caracterizamos siempre en contar un poco lo que pasa. Siempre está implícita la historia del país en nuestros discos; es parte de nuestra manera de expresarnos, de exponer lo que sentimos en canciones.

Pero fuera de eso, fue un año en el que hubo un cambio muy abrupto. Más allá de las cuestiones electorales o partidarias, después del desenlace electoral uno sabía hacia donde iba a ir la política en el país. Hay cosas que nos sorprendieron como  la cantidad de despidos, tal es así que tenemos amigos que se han quedado sin trabajo solamente por cuestiones ideológicas.

Pero así es el juego de la política, por eso, mediante las  canciones,  tratamos de mantener  nuestra llama prendida de vivir en un país que nos incluya a todos.

– ¿Musicalmente sienten que están en otra etapa?

– Cada disco tiene una nueva etapa porque siempre aprendemos algo nuevo. Ya tenemos prácticamente terminado el Vol. 2 pero vamos a esperar un poco para lanzarlo. Fue un año en el que tocamos bastante menos pero Rosario es como nuestro segundo lugar,  porque hay muchos lazos,  y a los lugares que queremos siempre vamos. Otra cosa que se nos dio este año, fue el lanzamiento del libro “Por todas las libertades”, que cuenta la biografía de la banda. Es algo bastante loco que la editorial Planeta nos incluya dentro de un catalogo de bandas y dentro de la historia del rock nacional, y eso nos tiene bastante movilizados.

– ¿Cuánto cambió Arbolito desde sus comienzos allá por 1997 hasta ahora?

– Antes que nada ya somos una familia gigante porque ya hay muchos “arbolitos” más, tenemos hijos y eso cambió la dinámica de las giras, que antes no pasaba. Además, en estos años uno fue aceitando mucho la manera de trabajar en cuanto a lo técnico y lo artístico. Somos una banda que ya se puede plantar en cualquier escenario, ya sea folclórico o de rock, porque estamos consolidados en los dos géneros.

También estamos más relajados a la hora de producir. Ya no somos los mismos que hace 20 años pero tratamos de que todo salga con naturalidad en cada show, y así nos seguimos divirtiendo.