Por Gisela Gentile

Tres luces verdes y el agua del río

que lo ha visto todo y es fiel testigo

que lo ha visto todo y es fiel testigo

                                                    Inicio del tema musical de Adrián Abonizio para “El Escaramujo”

Intentos fallidos de nuevos contratos con la inmobiliaria, posibles ventas que se cayeron, deudas adquiridas, poca recaudación, son algunas de las consecuencias de un proceso pandémico que ha colocado a tantos espacios de la ciudad, al borde del precipicio.

Uno de ellos es el espacio Cultural “El Escaramujo”, ubicado en la esquina de Rioja y 1 de mayo, lugar de paso para muchos rosarinos y rosarinas que podíamos vivenciar como se fundía la música y la cultura con el imponente paisaje del Monumento y las calles empedradas.

A pocos días te tener que entregar con tristeza y desazón las llaves, de un reducto que supo cobijar parte del arte rosarino, Alejandro “Pipo” Marcogliese titular de “El Escaramujo”, dialogó con Conclusión para profundizar sobre la angustiante realidad que está atravesando. “Esto no es sólo un pedido por nuestra situación en particular, porque difícilmente podamos salvarlo, la petición es al gobierno Municipal, Provincial, Nacional, e incluso podría decir transnacional, ya que se ha visto esta misma situación repetirse en el mundo entero”.

Fue muy difícil para el sector que trabaja fundamentalmente en la nocturnidad, poder resistir la pandemia, sumado a que en los anteriores años, bajo el gobierno de Mauricio Macri, la situación ya venía en bajada. “Tratamos de buscarle la manera, poder resolverlo, pero tenemos una deuda muy grande y existe un desgaste muy importante con las inmobiliarias que no te quieren renovar o alquilar”.

En 2013 Escaramujo abría sus puertas y se iniciaba un camino en donde la cultura se fundía en un espacio que todos sentimos propio. “Estuve ligado siempre al arte y la cultura, en diferentes espacios para finalmente concretar lo que realmente quería hacer, ubicándonos en Rioja y 1 de mayo. En sus inicios pudimos llevar adelante esta iniciativa de una manera muy buena, luego con el gobierno de Macri comenzó a caer, para finalmente terminar de derrapar en la pandemia”.

Para muchas personas ligadas a la nocturnidad o gastronomía, el contexto de la pandemia y las diversas restricciones, fue lapidario. “En mi caso particular no soy un inversionista, por lo cual me fue imposible poder sostenerlo. Siempre dejo en claro, que soy una persona empática y hago la salvedad que esto es algo comercial, que hay personas que pagaron con su salud la pandemia. Siempre estuvimos reclamando diversas posibilidades junto a la agrupación <Mas Cultura> y los músicos, que cada vez se están quedando con menos espacios donde tocar”.

Si bien “Pipo” ya se encuentra casi sin chances de poder salvar el espacio, debido a que a fin de mes debería entregar las llaves del local, desde su lugar exige que la situación cambie para que no sigan cerrando otros espacios como el que él supo dar vida. “Tiene que haber alguna otra salida, algún ofrecimiento para ayudarnos. En mi caso particular por tener un sueldo no he podido ni siquiera acceder a los créditos u ayudas que se dieron el año pasado, por lo cual mantener el espacio fue una tarea imposible de sostener”.

Rosario se identifica con la música, el arte vive en esta ciudad, por lo cual es fundamental que este tipo de espacios queden a resguardo. “Si bien amo la música y siento que es necesaria para vivir, este pedido de sostener este tipo de espacios va más allá de <El Escaramujo>, si bien agradezco las muestras de cariño y solidaridad que recibí luego de una publicación que hice en redes sociales. Desde allí hasta surgió una propuesta por parte de muchos músicos para realizar un concierto en El Anfiteatro, una idea por demás de valiosa que demuestra que los artistas también necesitan de estos espacios para mostrar su trabajo. No es que uno piense que creó nada, la ciudad de Rosario es arte, la trova rosarina, entre otras situaciones fueron lo que impulsaron a poder dar forma a este espacio”.

Los días corren y el tiempo le pisa los talones a una ilusión que comienza a evaporarse. “Estoy pensando todo el tiempo como poder solucionarlo, pero sé que es una situación muy compleja. Fueron muchos años, pasaron muchos artistas de la ciudad y la región, hasta Adrián Abonizio, que es un amigo, escribió una canción que llamó <Tres luces verdes> que luego Santiaguito Campos le puso música. En la ochava había tres luces verdes que daban a una linda vista y lo plasmó en una canción dedicado al Escaramujo. Vuelvo a resaltar que son muchos las y los músicos que se han solidarizado y están pensando distintas ideas para poder visibilizar lo que sucede. No es solo por Escaramujo, sino por la necesidad de que no se pierdan lugares donde viva la cultura y el arte”, concluyó.