Por José Szpilard

Había que hacer varios ajustes por el lado de los Cavaliers para este segundo juego de las finales de la NBA. Por un lado, bajarles el ritmo en ofensiva a los locales sabiendo que los Warriors, en la transición de defensa a ataque, son prácticamente indetenibles. Y además, que la banca de los de Ohio debía aportar más para la causa si aspiraban nivelar la serie.

No ocurrió lo primero debido a que se mantuvo la tónica del primer enfrentamiento del jueves pasado, donde los de Oakland -cada vez que su defensa se sobreponía- eran una tromba en cada contraataque y ahí, los dirigidos por Steve Kerr (estuvo dirigiendo al equipo luego de sus dolores de espalda) no fallaban.

De la mano de un Steph Curry que tuvo una noche histórica, completando su primer tiple decena en finales de liga al marcar 32 puntos, con 10 rebotes y dando 11 asistencias. Intratable toda la tarde californiana estuvo el “monaguillo asesino”.

Si bien en esta oportunidad los relevos de los Cavs aportaron mucho más que en el primer juego (23 puntos contra los escasos 14 del jueves), no logró ser factor determinante en el desarrollo del partido.

En esta ocasión Kevin Love tuvo un muy buen juego aportando 27 tantos con 7 recobres, pero se lo ve muy solo por momentos a un Lebrón James que hace de todo, octavo triple-doble en su carrera en finales de NBA. Descomunal trabajo del “rey” con 29 puntos, 11 tableros y 14 pases gol.

Kyrie Irving, el otro del “big three”, no viene teniendo el desempeño que se lo acostumbra ver, donde padeció toda la primera mitad del juego a causa del plan táctico que Kerr les asignó a sus dirigidos; que radicaba en que cada vez que el base jugara un pick en cualquier lado de la cancha, lo doblaran en la marca y así lograr que se desprenda del balón sabiendo que es un asistidor renuente.

Así, se les hizo cuesta arriba a los vigentes campeones durante todo el duelo, remándola desde atrás y cada vez que se ponían en juego, los Warriors de la mano de Durant, Curry y de un Klay Thompson que apareció de gran manera anotando ya que aportó para la causa 22 puntos con un 4 de 7 en tiros de tres puntos. Escenario complicado para una remontada de los Cavaliers, que para colmo su ala pivot titular y muy rendidor Tristan Thompson sigue sin aparecer en esta serie y eso se nota en el rendimiento de los de Lue (hoy acabó con 8 puntos y 4 rebotes). El canadiense es vital en la lucha de ambos tableros.

Kevin Durant sigue demostrando que quiere más que nadie el anillo de campeón: ayer fue nuevamente la gran figura, junto con Curry, al desplegar un extraordinario nivel siendo decisivamente determinante cerrando una planilla de ensueño para esta gran súper estrella que tienen los de San Francisco, al aportar 33 puntos, 13 rebotes, 6 asistencias más 3 robos y ¡5! tapas. Impecable los del alero, que se ha convertido en un tremendo defensor, además de sus ya conocidos dotes de gran anotador.

El Oracle Arena vivió otra jornada intensa y de mucha algarabía, ya que sus fans se deleitaron con una victoria por demás de merecida y contundente, con un marcador final de 132-113, tomando ventaja de 2-0 en la serie que ahora se traslada al Quickens Loans Arena, la casa de los Cavs. Cuando el próximo miércoles Lebrón y compañía puedan darle un golpe de timón a estas finales que por ahora tienen a unos Warriors encendidos y en altísimo nivel. Tienen con qué, sino recuerden lo que sucedió el año pasado…