La aparición de Javier Pinola en Central constituyó una de las sorpresas más grandes y satisfactorias del torneo. El experimentado zaguero, que llegó a mitad de año para incorporarse al equipo de Eduardo Coudet, vino con algunos prejuicios sobre su edad futbolística.

Sin embargo, con el correr de los partidos se consolidó en la cancha y fue ganándose un lugar en el corazón del hincha canalla. Pero no sólo aquí es querido y respetado, sino también en Alemania, donde jugó mucho tiempo.

Precisamente en el Nuremberg, donde se desempeñó casi una década y se convirtió en ídolo total. Desde el club teutón llega el reconocimiento. Y Pinola, que desde el domingo está de vacaciones junto a su familia en Alemania, aprovecha para celebrarlo con la gente.

El homenaje es grande. Una tribuna del Estadio Grundig llevará, desde el miércoles, el nombre de Javier Pinola, en reconocimiento a la trayectoria que desarrolló el jugador argentino en esa entidad alemana.

El hoy zaguero de Rosario Central, de 32 años, jugó en la institución germana entre 2005 y 2015. Totalizó 416 partidos (incluidos cotejos amistosos) y marcó 22 goles. Ganó un título de la Bundesliga y recibió innumerables muestras de cariño de los hinchas, que hasta hicieron una colecta para que no se fuera del club, a pesar de haber descendido.

El evento se llevará a cabo este miércoles en la previa del cotejo que Nuremberg sostendrá contra Hertha Berlín por la Copa alemana.

A mediados de año, Chacho Coudet llamó innumerables veces a su ex compañero en Central y actual representante de Pinola, Marcelo Carracedo, hasta que lo convenció de que le diera el teléfono del defensor.

«Me llamó tantas veces que le di el teléfono de Pinola para que no me comiera la cabeza», confió el representante sobre las insistentes gestiones de Coudet para conseguir al defensor.

«Vine a Central porque me gustó que me llamara Coudet. Después tuve otros llamados de equipos argentinos, pero ya le había dado mi palabra al Chacho, que fue el primero que me llamó. Para mí es muy importante la palabra y es un sueño jugar en el fútbol argentino después de hacerlo diez años en Alemania», confió Pinola, quien, como en Nuremberg, se convirtió en ídolo de los hinchas ‘canallas’.

Hace dos meses, un hincha canalla pagó 45 mil pesos por la corbata auriazul de Pinola, en una subasta para recaudar fondos para las divisiones inferiores del club durante una cena de gala en la que participaron el plantel profesional, el cuerpo técnico y los dirigentes junto a 850 hinchas y socios de Rosario Central.