No ganó, pero dejó otra imagen. Newell’s sigue sin poder cortar el maleficio en los Clásicos aunque esta vez hizo méritos para merecer más. Y si no se llevó la victoria fue por Sosa y sus atajadas decisivas.

«Nos subestimaron y se equivocaron», disparó Osella. A la vista de lo sucedido en cancha tiene toda la razón. El planteo del DT fue exitoso, pero su plan se pudo concretar por la predisposición de los jugadores. La actitud fue otra, y entonces Central, que en la previa llegaba como favorito, apenas disparó dos tiros al arco.

Newell’s cambió, para bien. Entendió cómo debía jugar el partido y no ganó porque Sosa metió dos atajadas brillantes y Nacho demoró en un mano a mano que tenia pinta de gol.

Pero el cambio no fue producto del polémico «matar o morir». Tampoco de la apretada de la barra al plantel. Newell’s fue más que Central porque lo superó tácticamente y psicológicamente nunca le pesó el partido.

Tal vez ahora, más allá de seguir con la cuenta pendiente del triunfo, el equipo pueda definitivamente dejar la pesada mochila que parecía bloquearlo en cada Clásico. Si es así, el triunfo llegará pronto.