Por Claudio Giglioni

Un partido de pronóstico reservado donde Argentina sigue siendo un croquis de primera orientación. Se sigue vistiendo como aquel que se quedó dormido y se pone la camisa mientras corre el colectivo. Argentina se va acomodando como en puede en el prueba y error.

Foyth será el marcador de punta por derecha. Se puede decir que se pierda llegada, pero ni Saravia ni Casco mostraron profundidad de llegada.

Acuña por Lo Celso para darle más equilibrio en la mitad del campo, donde el ex Central perdió el puesto por lo que no hizo. Estuvo lejos de ser el del Betis, que juega más cerca del área y que tiene gol. Vino para ser el socio de Messi y terminaron jugando uno en cada punta.

Si hablamos del socio de Messi, ni Paredes ni De Paul son cuarto volante.

Ha cambiado el esquema por el bajo rendimiento de sus jugadores porque de no ser Lo Celso tendría que jugar Dybala, alguno pensará en el Pity Martínez pero no fue convocado.

Argentina tiene para sí la historia, la posibilidad de que de una vez por todas aparezca Lio Messi en esta Copa. Messi no ha estado en el podio salvo en el primer partido con muy poco.

Una Venezuela que lo supera en cuanto a armado colectivo porque es un equipo que sabe a lo que juega. Y apuesta a las velocidad de Murillo y Rondón y a la salida de Mago por derecha.

Una venezuela que viene de empatarle a Brasil, de habernos ganado en marzo.

Pronóstico reservado. No es que me quiera lavar las manos. Es muy difícil hacer razonamientos a conciencia de una Argentina que va cambiando como un camaleón, va cambiando de esquemas, de formas y de nombres.