Por Enrique Genovar

Conspira contra los objetivos de Central que tres jugadores de la jerarquía de Giovani Lo Celso, Teófilo Gutiérrez y Marco Ruben aún no toquen los mismos acordes. Sólo tuvieron principio de afinación en el primer tiempo con Defensa y Justicia. Luego poquito y nada se asociaron.

Encima esta versión de Lo Celso se muestra aún mejor que la de principio de año. El talentoso enganche envía pelotas de gol muchas más decisivas que en el torneo anterior y se ve incontenible para los adversarios.

Pero este presente de Gio se contrapone con el del goleador. Ruben, hasta ahora, no se muestra efectivo. Tiene chances y las pelotas esquivan a la red. Los goleadores viven de las rachas y si bien recién es el arranque deberá cortarla cuanto antes para que la misma no haga mella en el objetivo del equipo.

A Teo se lo nota fastidioso. Tal vez sea su forma de ser. Pero no tiene empacho en refunfuñar en pleno partido cuando sus potenciales socios no le dan la bola como a él más le gusta. Al colombiano le queda incómoda la batalla y en sus primeros partidos con la camiseta canalla le tocó luchar mucho y jugar poco.

Central necesita de los tres. El tridente fusionado puede hacerle un desastre a cualquier defensa rival. Pero la relación futbolística entre ellos no asoma aceitada para nada. Y no parece ser un inconveniente que excede a ellos. En los partidos que van se vio que contaron con libertad para buscarse y, a pesar de eso, no se encontraron. La habilitación de Teo para Ruben que terminó en gol contra Morón fue algo aislado.

La cosa recién arranca y es por esto que los análisis arrojan un resultado que en poco tiempo se puede revertir. Pero no hay dudas de que el tridente que tanto ilusiona a los hinchas aún no tocó su mejor melodía y eso que individualmente son de los mejores músicos.