Por Pablo Martínez

Un papelón, los hinchas de Central ya se expresaron en las redes sociales, mucho enojo y pedido de renuncias. Porque esto es fútbol y es cierto que se puede perder contra un equipo inferior en categoría, pero lo terrible del Canalla fue la forma en que lo perdió, el auriazul no tuvo argumentos, defendió muy mal y generó muy poco.

El problema principal estuvo en la faz defensiva porque los correntinos con muy poco lo complicaron demasiado, a partir del Tony Medina que se movió por todo el frente de ataque y desnudó la ya debilitada defensa, con Bottinelli dando todas las ventajas posibles, regalando la pelota en el segundo tanto y cometiendo un penal en el tercer gol contrario.

Además, Central careció de volumen de juego, poco de Vecchio, nada de profundidad con Marinelli y Gamba, que estuvieron lejos del gol.

Lo que ocurrió en San Nicolás se veía venir, la mayoría de los pibes todavía no exhiben cualidades para estar en una primera división. También es cierto que no era el momento para apostar a las inferiores, porque en las últimas temporadas no hubo un jugador que se destaque en las juveniles.

Encima, los hombres de experiencia no generan nada, queda claro que Bottinelli no puede darle confianza a nadie, ni a los pibes ni a los grandes. Pero también hay culpa del entrenador y de los dirigentes, que fallan en los refuerzos y en el diagnóstico a la hora armar el plantel.

El horizonte Canalla es toda una incógnita, se vislumbra poco claro, el plan A con los pibes en cancha tuvo poca efectividad y habrá que buscar un plan B, para dar una señal de esperanza. Seguramente, habrá limpieza y una lista con varias incorporaciones.

El Kily González dijo que se siente fuerte y hablará con la directiva para planificar el futuro cercano, pero perdió demasiado crédito con la gente tras la dolorosa derrota de esta noche, que generó una crisis futbolística en Arroyito.