Por Fabrizio Turturici

Sergio Pezzotta, árbitro profesional de fútbol con extensa trayectoria en las canchas argentinas, está inmerso ahora en la enseñanza de lo que más sabe: el arbitraje deportivo. En este marco, Pezzotta brinda un curso en convenio con la Asociación Empleados de Comercio para jóvenes que aspiran a seguir sus pasos.

En entrevista de Conclusión, el reconocido juez deportivo detalló: «El curso lo damos en conjunto con Gustavo Lechner. Buscamos que los jóvenes tengan la oportunidad de incursionar en una tarea que nosotros, de chicos, descubrimos como una casualidad y con el tiempo se ha transformado en una pasión», remarcó.

«Estamos iniciando la tercera temporada del curso que hacemos en convenio con CEF, Centro de Estudio y Formación de la Asociación Empleados de Comercio, que arranca la primera semana de abril. Lo bueno del mismo es que es gratuito y está direccionado a afiliados e hijos de afiliados, para brindarle una capacitación y meterlos en lo que es la tarea arbitral, tanto de fútbol como de básquet. En realidad, el de básquet tenemos pensado iniciarlo en un futuro cercano», anticipó Pezzotta.

Al detallar los beneficios del curso, el árbitro profesional  y gremialista de Sadra, señaló: «Lo bueno es que tiene salida laboral inmediata. Gran parte de los treinta recibidos en años anteriores están formando parte de planteles de árbitro de la Asociación Rosarina de Fútbol. Se trata de capacitarlos, prepararlos y que tengan la posibilidad de generar un recurso extra, más allá de la actividad propia que tenga cada uno».

«La idea es darle difusión y que la gente conozca lo que significa la tarea de ser juez deportivo»,  dijo Pezzota al tiempo que agregó: «Hace un par de años, nosotros nos acercamos a la Asociación Empleados de Comercio para presentar nuestro proyecto. El Secretario General, Luis Battistelli, vio con buenos ojos la posibilidad. Y es importante, en una sociedad donde cuesta conseguir trabajo, tener una salida laboral casi inmediata», consideró.

El curso dura seis meses «y consta de una parte teórica y otra física. Desde ahí se empieza, pero año a año, se van capacitando y no tienen techo. Pueden llegar hasta el fútbol profesional, si se lo proponen».

«Veo potencial en los chicos», señaló Pezzotta, a la vez que agregó: «Chicos es una manera de decir, porque se ha inscripto gente no tan joven (más de treinta) que hoy está dirigiendo la Rosarina u otras ligas que también son rentadas».

Los beneficios, además de formar profesionales, apuntan a difundir la actividad arbitral. «El problema de todo el arbitraje argentino es que hay más partidos que árbitros, entonces se hace difícil cubrir la gran demanda existente. Hay muchísimos torneos, entre profesionales, amateurs, libres…», sentenció.

Además, «a mí el arbitraje me formó como persona. Dentro de la enseñanza, intentamos inculcar también valores humanos. Me parece que es una manera de devolverle a la sociedad parte de lo que nosotros pudimos aprender con los años de fútbol profesional», confió.

«El arbitraje es sacrificio y trabajo, pero también tiene mucho de reconfortante. Como dije antes: yo me metí en esto de curioso y terminó siendo una pasión. Hoy, ya en el final de mi carrera, sigo disfrutando de estar dentro del campo de juego».

Por último, Sergio Pezzotta dejó un mensaje para atrapar aspirantes: «Invitamos a los chicos a partir de 16 años (y sin límites de edad) que quieran incursionar en el arbitraje deportivo. En principio, haremos el curso de fútbol, pero quedamos abiertos a cualquier disciplina que se pueda implementar. Estamos a la espera de que los afiliados al sindicato se inscriban, como ya lo hicieron en estas últimas dos temporada, para darles la posibilidad de que conozcan el arbitraje argentino», consumó.