A pocos días de que se cumpla un mes sin fútbol en Argentina debido a la pandemia del coronavirus, los clubes se debaten en el gran dilema de sortear el aislamiento nacional sin profundizar las crisis económicas que acarreaban con anterioridad.

El fútbol, como otras cientos de actividades, no está exento del daño económico que causa la cuarentena, que también afecta a las ligas más importantes del mundo, a partir de la nula afluencia de sus socios, que en muchos casos son un sostén con el pago de las cuotas, más allá del monto por derechos televisivos que reciben los clubes.

Pesificado, y en algunos casos más importantes, dolarizados, el parate del fútbol argentino -una de las últimas ligas en Sudamérica en detener la actividad- sumió a los clubes en una verdadera montaña rusa para poder encontrar soluciones sobre el pago de salarios no solo de los futbolistas, sino también de sus empleados.

El gobierno, en las últimas horas, dispuso un Repro para ayudar a aquellos clubes que tengan al menos 100 empleados excluidos los planteles profesionales, según consignó Adrián Taccone en Noticias Argentinas.

Algunos clubes como Estudiantes de La Plata, Racing y Talleres de Córdoba fueron los primeros en blanquear la reducción de los salarios del plantel profesional, algo que también harán Boca, San Lorenzo y Atlético Tucumán, entre otros.

En tanto que Patronato directamente no los pagó, para priorizar a los empleados administrativos. Por su parte, Defensa y Justicia tuvo un gesto destacado en medio de la crisis y no les cobró la cuota a los socios del mes de abril.

Antes del inicio de la hecatombe, el primer llamado de atención lo dio River al negarse a jugar el partido de la primera fecha de la Copa Superliga ante Atlético Tucumán, cerrando las puertas del club, motivo por el que fue sancionado por las autoridades.

Eso fue el 14 de marzo, un día después de conocerse el primer caso confirmado de coronavirus en el país. La fecha se disputó en su totalidad, menos ese partido, pero sin público, y cuando todo hacía prever que la actividad continuaría, el gobierno lanzó la recomendación a la AFA y la Superliga para que el torneo se suspenda.

De ahí en más comenzó un cúmulo de hipótesis, rumores, versiones y demás cuestiones que trajeron al universo fútbol palabras como economía, finanzas, reanudación, salarios, gremios, en un pandemonium infernal de salidas difíciles de cumplir.

Si bien los clubes mostraron su lado solidario y muchos de ellos pusieron sus instalaciones al servicio de los municipios, como Central y Newell’s en Rosario, además del predio de la AFA en Ezeiza, la realidad es que el día a día se fue complicando.

Las empresas que cuentan con los derechos de televisión prometieron el pago del mes de marzo, pero nada está dicho para abril y para los meses venideros, algo que modificaría negativamente el panorama. Es que el presidente Alberto Fernández ya adelantó que «es imposible» que el fútbol vuelva en mayo por esta pandemia que azota al país.