Como tantas veces le tocó definir entrando al área, ahora el delantero Ignacio Scocco deberá definir por algo más grande: su continuidad en River o el regreso a su querido Newell’s, dos amores que tiran para quedarse con los derechos del goleador.

El contrato del futbolista nacido hace 34 años en Hughes finaliza el 30 de junio, mientras el club de Núñez -con el entrenador Marcelo Gallardo a la cabeza- puja por lograr la renovación, sus viejos amigos de la Lepra lo tientan para que se pegue la vuelta.

En este contexto, Nacho tomará una definición apenas unos días antes de la fecha mencionada, sin urgencias debido al parate ocasionado por la pandemia de coronavirus que todavía no permite fijar una fecha para el regreso de la actividad.

En febrero pasado, Scocco recibió una oferta para estirar su vínculo con el Millonario y el Muñeco le manifestó su deseo de retenerlo en el plantel, pese a no haber sido durante su ciclo una de las prioridades a la hora de armar el frente de ataque.

Según reveló a Télam una fuente cercana al cuerpo técnico riverplatense, la decisión de dilatar su respuesta hasta junio no cayó demasiado bien en los dirigentes, aunque el tema no representa una gran preocupación ni una urgencia en este receso.

«La decisión está en manos de Scocco, ya le dimos una propuesta en su momento y él prefirió esperar para decidir dónde va a jugar, tanto el entrenador como nosotros ya le dijimos lo que queríamos», dijo hace unos días el presidente Rodolfo D’Onofrio.

Nacho había planteado dudas sobre su futuro debido a no tener continuidad en el equipo titular de River, ya que en su puesto rindieron notablemente el cordobés Matías Suárez y el colombiano Rafael Santos Borré, ingresando él en el segundo tiempo.

En tanto desde el lado de Newell’s se acercaron durante las últimas semanas para tentarlo con un regreso, no solo desde la comisión directiva sino también sus ex compañeros y amigos del plantel como Maxi Rodríguez y Mauro Formica, entre otros.

No obstante, debido a su gran presente Scocco también despertó el interés de algunos clubes del exterior, como el caso del Alavés de España, golpeado por la crisis económica, y el Inter de Porto Alegre, equipo brasileño que dirige Eduardo Coudet.