Por Quique Genovar

Todo el mundo canalla coincide en que el Central modelo 2016 debe armarse en torno al mejor jugador del torneo. Y la dirigencia está abocada a que el sueño del pueblo futbolero de Arroyito se haga realidad. Pero claro está que la negociación no asoma como sencilla. Aunque la misma tiene como mojón el hecho de que el goleador quiere quedarse.

¿Por qué Ruben no se quiere ir más de Rosario? Porque es su lugar en el mundo para vivir y porque el rendimiento que tuvo en el Central de Coudet no lo tuvo en otro lado.

El jugador de 29 años tiene una vida muy sencilla. Del entrenamiento a la casa y una o dos escapadas, por semana, a la isla. ¿En qué lugar del mundo Marco podría hacer lo que hace en Rosario? En ninguno.

Ruben, es amante del río. Lancha, amigos y equipo de pesca están siempre a disposición del mejor jugador de la temporada. Su familia reconoce que es su cable a tierra y cada vez que él habla sobre su otra pasión lo hace con orgullo.

El hecho de que Ruben quiera quedarse facilita la negociación en un punto muy importante. Claro que desde lo económico, la cosa es compleja. El jugador exigió un contrato por tres temporadas y los dirigentes están en plena misión para llevar adelante el deseo del número 9. Si bien las cifras del vínculo no han salido a la luz, pasará a ser uno de los mejores pagos del fútbol argentino. Una vez llegado al acuerdo, vendrá lo más complejo de la misión: viajar a Ucrania para sentarse a negociar con los directivos de Dinamo de Kiev.

¿El mejor jugador del año volverá a tener un rendimiento como el que tuvo? No hay adivinos por aquí. Y más allá de que su futuro rendimiento pueda ir a contramano de la erogación que harán los dirigentes, lo hecho en la temporada no admite opiniones encontradas con respecto a qué es lo que tienen que hacer los directivos canallas en la negociación que ya empezaron y seguramente tendrá varios capítulos.