El Decreto de Necesidad y Urgencia que emitió el gobierno de Javier Milei donde se permite a los clubes convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas, despertó la alarma de la mayoría de las entidades afiliadas a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que ya se habían pronunciado en contra de la privatización en nuestro fútbol.

El decreto que anunció el gobierno permite la “Modificación de la ley de sociedades para que los clubes de fútbol puedan convertirse en sociedades anónimas si así lo quisieran”, dice el punto 27 de las 30 reformas que anunció el presidente Javier Milei.

Las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) están orientadas a la generación de beneficios y ganancias. Los principales dueños de los clubes bajo este modelo son inversionistas. Los socios no participan en la toma de decisiones relacionadas con la entidad deportiva, ya que la responsabilidad recae completamente en los accionistas, que pueden ser empresas, individuos o entidades, a través de la representación en un Consejo de Administración.

Vale destacar que para respaldar sus operaciones, estos clubes pueden atraer inversiones extranjeras y tienen la opción de cotizar en bolsa como vías para financiar sus actividades.

En los últimos días, comenzó a circular un rumor que decía que el Chelsea de Inglaterra estaría interesado en invertir en algunos clubes argentinos, entre ellos Newell’s y Lanús, que rápidamente se pronunciaron al respecto.

Tanto los dirigentes de la Lepra como los del Granate, ratificaron con convicción la decisión de no permitir que sus clubes sean sociedades anónimas deportivas y que continúen siendo asociaciones civiles, que los socios sigan definiendo su futuro.

En contraposición con la idea de Milei, que también fue fogoneada por el expresidente Macri, la Asociación del Fútbol Argentino establece en el artículo 10 del estatuto claramente que los clubes que sean invitados a formar parte de la entidad «deberán revestir el carácter de asociaciones civiles sin fines de lucro».

Queda claro que hasta tanto AFA no lo permita en su estatuto (lo tendría que modificar), si alguna institución decide “cambiar”, quedará inhabilitada para disputar competencias nacionales e internacionales (CONMEBOL y FIFA) y perderá la afiliación.

En 2022, la Asociación del Fútbol Argentino publicó un Informe de Clubes donde, en el apartado de Gobernanza y Administración, deja clara su postura sobre las Sociedades Anónimas Deportivas: «No consideramos que haya un modelo ideal de gobernanza, sí comprendemos que puede haber algunos parámetros para tener en cuenta. Pero nunca debemos olvidar que nuestros clubes son asociaciones civiles sin fines de lucro que tienen un deporte federado como el fútbol, pero que también cuentan con otras actividades deportivas, federadas y no federadas (muchas de ellas culturales), con gran contención social para su comunidad», asegura la AFA. «Resulta difícil de entender cómo es posible que aún no valoremos completamente a nuestros clubes e intentemos seguir copiando modelos que no son aplicables a nuestras realidades. Hay muchos modelos de gestión en el mundo: Sociedades Anónimas Deportivas, sistemas mixtos, Asociaciones Civiles. Y gestiones malas, hay en todos esos modelos. Nadie puede garantizar que una SAD sea sinónimo de una buena gestión y que, en contrapartida, una asociación civil sea de una mala».